Por Jesús Antonio Fernández Olmedo: En la ciudad china de Tianjin, Feng un abogado laboralista de renombre,clase media alta codiciado casado y trabajador incansable , mujer y un hijos y algo desconectado de las relaciones que no fueran más allá del interés económico inmediato debido a su ambición . Su vida era una aparente perfección, vacaciones en Europa, hijos con buenos resultados académicos, mujer enfermera, 3 casas, 1 chalet para los fines de semana. Que mas se le pude pedir a la vida. Sin embargo un buen día del año

 

se comienza a quedar sin clientes ricos debido a que le llega la crisis ya palpable en toda la sociedad china media de los años 2.045. El tambaleo de esta clase hacia una década que iba en progresión: sustitución del acero por la fibra óptica; cada persona tenía ya su propia computadora neuroelectrónica basada en su ADN . Todos estos cambios los lideraba India en este momento. Por fortuna aparecían otros factores de progreso en esta sociedad  como eran la democratización de las instituciones, la apertura religiosa, política, libertad de expresión de los medios de comunicación, abolición de la censura, etc…El mundo sin ser todavía libre comenzaba a dar muestras de cambio a nivel humano. Era un momento de especial transición.

 

En las calles de la ciudad y en todos lados se podían ver restos todavía de un mundo ya pasado, sin embargo, todo apuntaba a que la “coheteria” china  señalaba, desde un letargo de décadas cuando no de represión, a otro lugar.

 

La gente se manejaba por vehículos que no tocaban el suelo sin ser  contaminantes, aparecían jardines por toda la ciudad al mejor estilo japonés. El aprovechamiento de la energía marítima era excelente y toda su picisfactoria.

 

En las mujeres había recién comenzado una subida de nivel que ya no podría volver más atrás a nivel humano, se posicionaban, no se dejaban humillar.

 

Este fuerte tambaleo producido en la situación económica de Feng le dejó únicamente con clientes pobres que le producían cercanía en la relación con ellos aunque no les reportaba mucho económicamente.

 

Al dejar de soportar un nivel alto económico en  su relación un buen día su mujer coje a sus hijos y decide dejarlo, ya no  podía mantener vacaciones en París, no podía darles a sus hijos un colegio privado, ni tampoco su mujer Ying  podía comprarse la ultima novedad en bolso de Armani , ella decía siempre: “no se que hacer sin dinero”

 

 

 

 

Feng un  dia se va por primera vez a la discoteca, se emborracha y pierde el control. No le atraían las prostitutas con lo que se vá de allí.

 

Las cosas para Feng  ya no van bien. Sensación de caída, fracaso. Se cabrea con los clientes, no para de pensar en la supuesta “recuperación” que anuncian los burócratas del país ya agonizantes. En sentimiento para Feng  era de sin salida. Un  día miró por la ventana y vió un mundo que comenzaba a cambiar pero el no había sido consciente tan metido que estaba en sus gilipolleces personales.

 

En un bar. conoció a Yan  una mujer joven pero que sin ser atractiva y estar en el paro despertó cierta curiosidad en Feng , era también abogada sin ejercer, practicaba Aikido y la no violencia que es la base de esta disciplina japonesa y pertenecía a la minoría étnica unigur.

 

Sucedieron varios encuentros después hasta que se enamoró de ella.

 

Otro día por la calle alguien le dio un libro el cual decía en su portada:

 

 

“Los que llevan el fracaso en su corazón pudieran alumbrar el último triunfo”

 

 

Esto le hizo pensar comenzó a tomar contacto con una sensibilidad que estaba escondida desde hacía tiempo.

 

Entonces paralelamente  al gigante asiático Feng  comienza su despertar en un lento ascenso hacia otra alborada.