Pasada ya la Semana Santa, volvemos a la normal rutina del trabajo…¡¡Para los pocos afortunados que lo tienen!!  Pues según está todo, habrá muchísimos que no puedan tener esa suerte; pues por desgracia hoy, tener un trabajo es tener mucho.

 

Este año, el Dios de la lluvia, parece que le ha dado por llorar intensamente por esta nuestra tierra, y nos privó de ver salir el Viernes Santo, al Señor de la Veracruz  en todo su esplendor y  su Santa madre, solo pudo asomarse a la puerta de la Iglesia; aun así, fue maravilloso ver como el pueblo no se resignaba a abandonar la plaza, aunque la lluvia calaba, todos seguíamos esperando ese milagro que no llegó.

 

Pero nos conformamos con haber visto el jueves al Nazareno del Paso, y a su Santísima Madre, todo un honor para los fieles, y una maravilla para los ojos.

 

Menos mal, que el domingo, este Dios llorón, nos dio una tregua, y pudimos disfrutar con ese Resucitado en todo su esplendor. Un trono sencillo y muy hermoso, pues en él, se paseaba la salvación de toda la humanidad.

 

Esperemos que ya el agua nos dé un poco de tregua, y la Primavera nos muestre  todo su colorido y el sol de Andalucía nos acompañe. Así sea…