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(A. J. Jimenénez) En estas fechas de verano y calor es habitual que pasemos bastante tiempo con nuestros pequeños en la piscina o en la playa. Puede que sea el primer año que llevas a tu bebé al agua o que ya tengas niños un poco mas grandes. Sea como sea, es imprescindible que tomemos algunas precauciones para evitar sustos desagradables.

Por desgracia, el ahogamiento es una de las causas de muerte accidental más frecuente entre los niños pequeños, por eso es fundamental prevenir cualquier tipo de riesgo.

Las situaciones más repetidas, es que el bebe caiga al agua en un momento de distracción de los padres, con lo cual no se le debe quitar ojo ni un solo instante, ya que una simple llamada telefónica, o cualquier distracción por pequeña que nos parezca, puede ser fatal.

Nada más entrar a la piscina, hay que colocarle los manguitos o flotador o cualquier otro método de seguridad que vayamos a utilizar. Debemos de comprobar que lo que usemos tiene que estar en perfectas condiciones.

Si tenemos piscina en casa, hay que colocar una valla o barrera de protección alrededor de la piscina, de forma que nuestro bebé no pueda acceder a ella por si solo.

Lo mejor es que desde muy pequeñitos nuestros hijos aprendan a nadar, ya que esa es la mejor medida de prevención que tenemos para ellos, pero aún así, siempre tenemos que estar pendientes de ellos cuando estén en el agua, ya que el que sepan nadar, tambien puede suponer un exceso de confianza para ellos y que se aventuren a cometer mas imprudencias.

En el caso de los bebés, no solo debemos estar pendientes cuando están dentro del agua, también cuando están fuera, y sobre todo no tener ningún tipo de juguete dentro de la piscina, ya que eso, puede provocar que intente ir a buscar su juguete y el riesgo que ello conlleva de caer al agua.

El peligro no solo está dentro del agua, tambie fuera, ya que los niños pueden darse un golpe jugando, resvalar en una zona mojada, etc, con el consiguiente peligro de caida al agua o de golpearse de manera que puede hacerse bastante daño.

Nunca tenemos que dejar a los niños cometer imprudencias en las piscinas como tirarse de forma que pueda golpearse con el fondo de la misma, pues por muy bien que sepan nadar si se golpean en la cabeza principalmente, o en alguna otra parte del cuerpo, pueden resultar lesionados o quedar inconscientes por lo que de nada le sirve el saber nadar, circunstancia esta, muy habitual de accidente con bastante riesgo de ahogamiento.

Para terminar decir, que si tenemos hijos, pequeños, bebes, o incluso un poco más grandecitos, es muy recomendable saber actuar en caso de accidente y tener conocimientos de primeros auxilios así como de reanimación cardiopulmonar, por que nunca sabemos cuando puede ocurrir un accidente y unas nociones básicas pueden salvarle la vida a nuentros hijos.