susana lopez chicon(Susana López Chicón) Es lamentable ver y comprobar como se está perdiendo la decencia y no solo lo que conocemos como tal sino la decencia en un compromiso, en una palabra, o un gesto. Ya no existen escrúpulos para nada y si en lo que a subir de nivel se refiere, nos encontramos con que el poder, ejerce su dominio como mejor le conviene. Estamos sumidos en un mundo donde los intereses son tales que hay gente capaz de cualquier cosa por destacar o conseguir trepar en la línea de ascenso en un puesto de trabajo y nada importa de cuan alto sea el precio o cuan bajo sea lo que hay que agacharse y encima hay quien se vanagloria de haber caído o mejor dicho “tumbado” en beneficio de unos cuantos euros más a final de mes. Asi se crean jefaturas, sin tener que pasar por oposiciones y en las que solo basta pasar por la piedra. Así mientras el curriculum sea menor la piedra deberá ser más grande imagino, ya que hay casos en los que quien pasa por la piedra es un auténtico peñasco.

Lo triste es que aunque cada uno sabe donde están sus límites parece que ser decente y no dejarse embaucar por algunos poderosos de bajo postín, está mal visto y hasta hay que comulgar con que lo otro, es lo normal, lo que se lleva y la única forma de conseguir que te reconozcan un trabajo.

Ya no valen las horas dedicadas, el empeño o la constancia y la honradez que uno pueda desempeñar, lo fácil, lo chavacano, lo vulgar y el derecho a pernada van ganando por puntos.

 

Yo soy de aquellas personas a las que le inculcaron nobleza, honestidad, principios y sobre todo una dedicación al trabajo por la cual me siento orgullosa de ser reconocida en mi entorno más inmediato. Aquel que me conoce sabe la capacidad de la que soy poseedora, quizás por mi tenacidad o mi empeño pero nunca he tenido que poner por delante de mis manos y mi cerebro otra parte de mi cuerpo y conforme a lo que pienso, creo y soy, nunca lo haré. No pienso que degradarse como mujer y sobre todo como ser humano merezca unas monedas más a final de mes por muy necesarias que hoy en día lo sean. Si es asi como quieren que consigamos ser reconocidos, ya se los pongo fácil de antemano, pero no como les gustaría sino todo lo contrario.

 

Mis ideas, mis sentimientos y mi persona valen mucho más que unas asquerosas manos sobando lo que solo he ofrecido por amor a quien mucho he querido. No voy a rebajarme por nada ni por nadie, siempre iré con la verdad por delante pese a quien pese y si me tiene que pesar a mi, que sea con la cabeza muy alta con el orgullo de ser quien soy y llevar lo que me han inculcado mis padres como bandera. Una bandera que en mi caso ondea con el orgullo de sentirme libre de elegir mi destino y ponerlo en manos de personas que me demuestren también su decencia.