Las lluvias torrenciales de este fin de semana (por lo demás habituales en otoño en nuestro clima) han provocado un acúmulo de material en el cauce del arroyo del Pinar, proveniente de las canteras, que ha generado problemas en la rotonda de acceso a dichas canteras. También han provocado cierto revuelo en los medios digitales en relación, sobre todo, a los supuestos acuerdos sobre mantenimiento recogidos en el famoso Acuerdo Marco que dio lugar a Plan de Reexplotación Minera que ha estado vigente (de forma presuntamente irregular) hasta el 29 de Marzo pasado. Del orden de una decena de camiones se acumularon en la rotonda a primera hora sin poder pasar a la espera de que las máquinas les franquearan el paso para sorpresa de los que pensaban ingenuamente que la actividad en las canteras era ya mínima.

La PDSS quiere hacer un par de puntualizaciones al respecto:

PRIMERA

Las canteras no han dejado de trabajar en ningún momento:

a) ni durante las décadas en que lo hicieron de forma “ilegal y clandestina” (según sentencia firme del TSJA de 2005)

b) ni durante los siete años de duración del Plan de Reexplotación Minera (eufemísticamente llamado de “Restauración y Reforestación”) que se diseñó expresamente para eludir la sentencia de cierre anteriormente mencionada, y cuya presunta ilegalidad está aún pendiente de ser dirimida por el TSJA (y eso que ya ha acabado).

c) ni una vez concluido el Plan esta pasada primavera como la PDSS ha demostrado en repetidas ocasiones con fotos y vídeos en, al menos, la cantera de Pinos.

Hay algunas horas en las que el ritmo de salida de camiones es del orden de 50 cada hora. Y eso que estamos en plena crisis de la construcción.

 

SEGUNDA

De las dos canteras cuyas licencias aún no han sido declaradas ilegales (ARIPISA y ARIPRESA) y que siguen trabajando, la primera de ellas excedió hace ya mucho tiempo la superficie para la que le fue concedida inicialmente la licencia, circunstancia que está aún pendiente de ser dirimida por los tribunales. También.

 

TERCERA

Los perjuicios que la salvaje y continuada actividad minera está generando en su entorno son evidentes. El episodio de este fin de semana es sólo una pequeña muestra. Los daños a la salud por el polvo en suspensión son indiscutibles. Los daños ambientales en una zona de gran interés ecológico son descomunales e irreversibles. Y  el sinnúmero de irregularidades que se acumulan alrededor de las canteras para beneficio de unos pocos y perjuicio de todos es ya escandaloso: el gobierno municipal de Alhaurín y el Autonómico Andaluz miran para otro lado por motivos que sólo ellos conocen y que nosotros no podemos más que imaginar.

El pueblo debe tomar, de una vez por todas, las riendas de esta vergonzosa gestión.

Acude a las próximas movilizaciones de la PDSS

 

Eduardo Sáez Maldonado

Plataforma en Defensa de la Salud y la Sierra