(Elizabeth Santángelo) La expresión, “menos es más”, acuñada por el arquitecto alemán Mies Van Der Rohe, determinó la estética de la arquitectura contemporánea, dando origen a lo que hoy en día conocemos como “minimalismo” y dictó la estética contemporánea, tanto en el diseño como en la arquitectura.

 

Para el minimalismo, el espacio es una de las cualidades más importantes de la arquitectura, por lo que centra su atención en las formas puras y simples. Esta definición me hace pensar y relacionar la importancia que tiene en el campo de la salud, que cuanto menos observemos síntomas acompañados de temores, más y mejor calidad de vida experimentaremos.

 

Las personas que no tienden a examinar constantemente su estado corporal, ya sea buscando dolores, o bien comparando su estructura física con otros que padecen los mismos síntomas, pueden vivir más libres de la enfermedad y sus consecuencias.

 

La autora del libro Ciencia y Salud con  de las Escrituras, Mary Baker Eddy, llegó a la conclusión que “es más difícil sanar por medio de  a un paciente que sea muy versado en teorías médicas que a uno que no lo sea”.

 

Y Thomas Gray, poeta inglés lo expresa de esta manera: “Donde la ignorancia es una bendición, es tonto ser sabio”.

 

Llama la atención un componente inocuo que está usando la medicina convencional, y es el denominado “placebo”.

El placebo es “la sustancia que carece de acción terapéutica por sí misma pero que, de todas formas, produce un efecto curativo en el paciente, sin acción farmacológica”. Esto es posible porque el paciente recibe la sustancia convencido de que ella posee realmente capacidad curativa.

 

 

 

Esta manera simple y pura de suministrar una sustancia inocua pero que según la aceptación  del paciente puede causar cambios y ser efectiva, es concluyente que a medida que haya “menos” uso de drogas o compuestos químicos en el uso de los medicamentos, “más” y  mejores resultados se obtendrán.

 

Es la aceptación y confianza por parte del paciente lo que determina la efectividad de la dosis suministrada.

 

Me planteo qué buena oportunidad tuvieron los discípulos de Jesús cuando les señaló que subieran a la barca y fueran a la otra orilla.

¿No será útil pensar que hoy mismo podemos cruzar a la otra orilla?

 

Espero que crezca el número de personas que tienen este tipo de visión respecto a la salud y el bienestar, vislumbrando otras alternativas para alcanzar una vida más saludable y equilibrada.

 

 

 

Elizabeth se desempeña como Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para Argentina.

Contacto: Argentina@compub.org        Blog: lasaludHOY.wordpress.com