tyg-cover-cms_article_columnEl nuevo cortometraje de Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas, expone por medio de un satírico y entretenido relato cómo a menudo los pueblos indígenas y tribales son destruidos en nombre del “desarrollo”.

El vídeo de animación Allá vamos, otra vez, que dura dos minutos, muestra cómo el “desarrollo” puede arrebatar a pueblos indígenas autosuficientes su tierra, su modo de vida y su orgullo, y convertirlos en mendigos.

En el cortometraje, basado en un cómic del autor Oren Ginzburg, los expertos en desarrollo proclaman que quieren llevar “desarrollo sostenible” a un pueblo indígena imaginario de la selva que acaba viviendo en un barrio marginal y en la indigencia.

El mensaje central de Allá vamos, otra vez es que imponer forzosamente el “desarrollo” a los pueblos indígenas puede destruirlos y que las tribus saben mejor que nadie qué es bueno para sí mismas.

“¿Qué clase de desarrollo es este que acorta las vidas de las personas?”, pregunta Roy Sesana, bosquimano de Botsuana, a Survival.

Allá vamos, otra vez se basa en casos reales de “desarrollo” impuesto a pueblos indígenas y tribales. Etiopía, por ejemplo, está obligando a 200.000 indígenas en el valle del bajo Omo a reasentarse con el argumento de llevarles “una vida moderna”.

“Estamos esperando a morir. Lloramos. Cuando el Gobierno se lleva a las personas de un pueblo, no habrá lugar para los cultivos y mis hijos pasarán hambre y no tendrán comida”, dijo un hombre mursi a Survival.

Etiopía está reasentado forzosamente a 200.000 indígenas en el valle del bajo Omo con la excusa de llevarles 'una vida moderna'.
Etiopía está reasentado forzosamente a 200.000 indígenas en el valle del bajo Omo con la excusa de llevarles ‘una vida moderna’.
© Survival

Survival está pidiendo a sus miles de simpatizantes que escriban a las agencias de cooperación al desarrollo británica y americana, las mayores donantes de Etiopía, para que se posicionen en contra de las graves violaciones de derechos humanos que se producen en ese país en nombre del “desarrollo”.

Según declaró Davi Kopenawa, de la tribu yanomami de Brasil: “No es que los yanomamis no quieran el progreso u otras cosas que tienen los hombres blancos. Lo que quieren es poder elegir y que el cambio no les venga impuesto, lo deseen o no”.