La delegada territorial de Inclusión Social aborda el impacto del acceso temprano a la pornografía en las X Jornadas de Concienciación Juvenil

El consumo de pornografía en los jóvenes, sus consecuencias, riesgos e impacto social han centrado las X Jornadas de Concienciación Juvenil, celebradas en Málaga y organizadas por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), en colaboración con el Centro de Tratamiento de Adicciones y Salud Mental MonteAlminara.

La delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Ruth Sarabia, ha participado en este encuentro para poner el foco de atención “en la utilización que están realizando nuestros jóvenes, muchos sin experiencia previa para comparar, de este tipo de material”, y ha subrayado que “el porno no es un manual para el sexo”.

En este sentido, la delegada de la Junta, que ha acudido como ponente a las Jornadas y ha estado acompañada por la coordinadora provincial del IAJ, Alba Ortiz, ha invitado a las administraciones competentes en la materia y a la ciudadanía en general a “reflexionar y actuar ante el uso que la juventud está realizando de un producto que consume aproximadamente el 62,5% de la población entre 16 y 29 años”, según datos extraídos de un informe de la Fundación FAD Juventud.

Sarabia se ha referido a los estudios publicados y ha alertado de la temprana edad a la que los menores tienen su primer contacto con la pornografía, situándose entre los 9 y 12 años, “niños y niñas que no están preparados para entender que lo que se encuentra en ese material audiovisual nada tiene que ver con la realidad, llegando a ocasionar situaciones de frustración”.

Además, ha añadido que “a los 13 años, especialmente los chicos, buscan un contenido del que aprenden una realidad absolutamente distorsionada de lo que debe ser una relación sexual y afectiva basada en el respeto”.

Ante esta situación, Sarabia ha apuntado “a la necesidad de llevar a cabo iniciativas que reconduzcan a nuestros jóvenes hacia una visión más crítica de la pornografía, un producto que se presenta con una ausencia absoluta de valores y se cosifica a las mujeres con un papel de sumisión”.

Al respecto, la delegada de la Junta ha identificado esta línea de actuación con el objetivo de la campaña ‘Lo que quieres saber del sexo que no te lo enseñe el porno’, una iniciativa de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), para sensibilizar y prevenir especialmente a jóvenes y adolescentes sobre el consumo de la pornografía.

Esta campaña, que cuenta con un vídeo, cartelería y cuña de radio, se difundió a finales del pasado año en espacios exteriores, salas de cine, redes sociales y medios de comunicación, con el objetivo de “avanzar con una educación en valores desde las edades más tempranas”, ha subrayado Ruth Sarabia.

Para concluir, la delegada territorial ha agradecido la implicación de los profesionales que han asistido a estas X Jornadas de Concienciación Juvenil y ha hecho un llamamiento al entorno familiar de los menores, “a los padres y a las madres, que deben ser partícipes en este objetivo común donde buscamos que nuestros adolescentes y jóvenes opten por relaciones sexuales afectivas saludables, que son precisamente las que no se encuentran en un vídeo porno”.

Jornadas

Las X Jornadas de Concienciación Juvenil ‘Consumo de pornografía en los jóvenes. Consecuencias, riesgos e impacto social’, se han celebrado en la sede de Turismo Andaluz de Málaga y han contado con la participación como ponentes de la delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Ruth Sarabia; la directora médica y psiquiatra del Centro MonteaAlminara, Inmaculada Navas; el terapeuta e intervencionista familiar en adicciones, Javier Ortiz, y el Juez Emilio Calatayud, Magistrado experto en temas relacionados con delitos relacionados por menores y adolescentes.

En este encuentro se ha abordado el consumo de pornografía en los jóvenes, el riesgo que puede conllevar en sus relaciones sociales, sexuales y afectivas y cómo se puede llegar a convertir, debido al abuso de su consumo, en una posible adicción.