(Jmm Caminero) Juan de Portoplano empezó su paseo matutino, con cierta alegría y felicidad interna, mesurada como era todo en ese ser o persona o en su modo de sentir y percibir y estar. Como siempre intentaba mirar y percibir realidades de dentro y de fuera. Ese era diríamos su vocación y oficio y profesión no remunerada por parte de la sociedad…

– El hombre que estuvo toda su vida esperando una carta.

– ¡Ven, ven Espíritu Santo…!

– ¿Qué es la paz, la verdad, la equidad, la justicia, la libertad, la bondad, la belleza y los grandes conceptos-valores, y cómo armonizarlo entre ellos, en uno mismo, en la sociedad, en el Estado, de estos con la Naturaleza, y de éstos con las cuestiones espirituales-metafísicas-religiosas?

– ¿Tener una afiliación ideológica, en unos territorios, ha sido tener una ventaja sobre otras personas que no lo han tenido, en distintos rasgos o parámetros sociales…? ¿Siempre ha sido lo mismo, a lo largo de siglos? ¿Por lo cual, convierte a las personas, dóciles a los poderes ideológicos del momento, y los que no tienen esos parámetros, o no tienen ninguno, o teniéndolos no los muestran, se convierten en personas que tienen menos posibilidades a y en multitud de baremos rectores sociales? ¿Se puede calcular dicha realidad, deforma empírica, con estudios antropológicos y sociales, en cada territorio, para ver, si esto se produce o se ha producido…?

– Entiendo y comprendo tu dolor y traumas, debidos a cuestiones sociopolíticas del pasado, pero no entiendo, que éstas heridas te hagan dejar de ver la realidad, y de percibir lo que es mejor para tus nietos y biznietos.

– Encontrar y saber, lo que es responsabilidad social, de la sociedad frente a ti o todos, y lo que es responsabilidad tuya frente a los otros y la sociedad.

– Una de las cuestiones más difíciles sería averiguar, en los actos individuales de cada persona, después qué responsabilidad tiene la sociedad o la totalidad.

– ¿El polígrafo sería el instrumento para saber con mayor grado de certeza, una prueba más, para demostrar y mostrar, junto con las otras, la verdad en un juicio o en una polémica? ¿Debería ser obligatorio en los sistemas judiciales, o al menos, debería ser voluntaria para la persona que quisiese aplicarla a sí mismo? ¿Pero por qué esta prueba, complementaria de otras, no se aplica en muchas sociedades, ni siquiera voluntariamente…?

– ¿El compuesto biopsicológico mental cerebral del que somos y del que estamos hechos, funciona, por decirlo de alguna manera, a su ritmo y movimiento y forma, y la consciencia de ello es limitada? ¿Igual que todo lo que surge de ese mar interior, no es negativo o malo, no todo lo que se evapora de ello, es positivo y correcto, a y en todos los sentidos? ¿Por lo cual, no todos lo que sentimos es positivo, ni todo lo que sentimos o deseamos o pulsionamos o instintos es bueno, ni malo, sino que hay que con la racionalidad y el saber ortodoxo darle medida y mesura, en la verdad-bondad-prudencia-eficiencia-racionalidad…?

– El ser humano necesita la belleza. ¿Pero que es la belleza? En mi modesto entender, la belleza no es o no existe si no va relacionada y unida con la verdad-veracidad-bondad-bien, en todos los sentidos, y también con el bien moral y el bien espiritual?

– Quizás la belleza, sea una especial conformación neuronal psicológica y mental del cerebro, en relación con una realidad externa y exterior.

– No sabemos lo que es el cerebro, por lo cual no sabemos lo que somos. La gran y grave pregunta es cuándo sepamos, o cada vez conozcamos mejor, si seremos capaces de utilizar el saber sobre el cerebro de forma correcta. O los poderes externos e internos, del individuo y de la colectividad, lo dirigirá el mundo hacia un lugar o hacia otro.

– El ser humano en su avatar histórico ha llegado a la organización del mundo, al nivel de creación de millones de empresas, de todo tipo, y de distinto grado jurídico. La cuestión, es el sentido profundo de la realidad, éste es el mejor sistema, en eficiencia, que parece lo es, pero también a nivel de verdad-bondad-racionalidad-prudencia…

¿Ya que las empresas han llegado a un grado tal de fuerza en la sociedad o de presencia, como quieran indicarlo, que de alguna manera, limita muchas cuestiones, a y en todos los sentidos? ¿Hablamos de la gran tecnología es la informática, o la cibernética, cuándo es o será o sería en el fondo la organización mundial, en millones entes productivos, que denominamos empresas, sean públicas o privadas, se dediquen a un sector o a otro…?

– El individuo y la familia del individuo, pasa toda su existencia, primero formándose para ser parte de una empresa, segundo, estando en una empresa, hacer todo lo posible para continuar con y en ella. Para poder realizar un trabajo, por lo cual, vivir y sobrevivir. No critico dicha realidad, porque esta es la realidad, pero ésta sería en enjambre más profundo de la realidad humana, en cuanto a lo social, y ésta la tecnología o combinados de tecnologías más profundos y esenciales. Más que la cibernética y todo lo demás, que serían partes de ese entramado.

De vuelta el de Portoplano, recordaba y se definía a si mismo, como el ser humano que siempre había estado esperando una carta. Esperando que alguien valorase su trabajo, ese trabajo cultural e intelectual de intentar indagar algo de lo real y de la realidad. Aquella mañana, ya se decía, a sí mismo, toda la producción cultural, sea mediocre o notable, se perderá, porque a toda construcción de interpretación del mundo, existen tres firmas: la del autor, la de su época si desea que siga existiendo, la de los entendidos en esa materia. Son necesario las tres firmas para que un cuadro o un libro de filosofía o una novela o una composición musical perdure…

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Fin artículo 1.767º: Citas XI de Juan de Portoplano.