(Jmm Caminero) En la Capilla o Cripta de Santa María de la Concepción de los capuchinos en Roma se encuentran los restos, huesos, de cuatro mil frailes capuchinos, que forman y decoran las paredes.

Esta iglesia fue construida entre 1626 y 1631. El cardenal Antonio Barberini indicó que los huesos de miles de frailes capuchinos de otro convento fueran a parar a dicha cripta.

En pleno barroco internacional e italiano y romano, surge diríamos esta obra, que desde luego, razón esencial de ella, no solo es enterrar unos huesos que estaban en otro cementerio, sino recordar, en primer lugar a los capuchinos, rama de la orden franciscana, también a la población en general, que “todos vamos a morir”, y por consecuencia, hay que llevar una vida moral y espiritual correcta, en esta vida, según cada uno en su estado de vida, sea casado o fraile o viuda o soltera…

Toda realidad humana, se puede realizar por unos conceptos o causas o aprioris, y buscando unos fines y metas e intereses. Por tanto, esta realidad que estamos, modestamente analizando, esta cripta, los creadores buscaban unos fines metafísicos y religiosos, de mostrar y demostrar, que toda persona se acercase a ella, debería recordar, que por muchos sufrimientos que tuviese, y en esa época, todavía existían epidemias y todos los males, de una sociedad del antiguo régimen y preindustrial, habría que superarlos.

En segundo lugar, que todo ser humano, se debería preparar para la muerte, llevando aquí una vida moral y espiritual y religiosa correcta, cada uno en su estado. Y, por consecuencia, no olvidase los “novísimos”, es decir, que todo ser humano tiene alma, que en la hora de la muerte será juzgada y sancionada, que existe eternidad para cada uno con y en Dios, signifique esto lo que signifique, y que existe Cielo y No-Cielo eterno.

Antes de que en Europa se inventase o descubriesen, los expresionismos, los surrealismos y otros movimientos artísticos culturales, que han tintado toda la cultura del siglo veinte, y todavía siguen continuando, debemos recordar, que en estos dos siglos, desde el siglo diecisiete hasta el diecinueve, se crearon varias capillas, que se denominan de los huesos, por ejemplo, en Portugal.

Es decir, aunque la finalidad de esta cripta, como hemos indicado, no era artística, ni puramente estética, sino diríamos era una especie de “instalación o happening”, diríamos ahora, aunque su finalidad era religiosa-espiritual, es decir, de alguna manera, permitir un consuelo al ser humano, una manera de que cada uno sobrellevase sus sufrimientos, y en todas las épocas, existen multitud de angustias-penas-sufrimientos-injusticias-hambres, al menos, cada persona, con esta idea de la esperanza de la Otra Vida, pudiese vivir-existir, lo mejor posible, en ésta. Aquí, es una muestra clara del “arte” y del “arte religioso” como curación y terapia para el existir actual…

En el seno de la Roma llena de barroquismo, de Renacimiento, de grandes iglesias, del gran Vaticano, del arte, donde se reflejan la sombra y la luz, de la deformación exagerada, no entraremos aquí a definir el barroco europeo, que se extendió por todos los rincones de la Europa cristiana, especialmente católica, como también una manera, de contrarrevolución y contrarreforma hacia y por el luteranismo, que llevó a las iglesias, en mayor o menor medida, se llenasen, de cuadros y esculturas para expresar las verdades del cristianismo, iglesias que temían el “miedo al vacío plástico”, “horror vacui”, para los entendidos. Cada centímetro reflejaba un color o una forma o un símbolo o formaba parte de una pintura o una escultura.

Quizás, esta cripta, sea una especie de contradicción a ese fenómeno, del lujo arquitectónico y estético y artístico romano, pero al mismo tiempo, puedo entender, que esta construcción, que no se puede indicar que tenga la finalidad esencial de ser puramente artística o estética, en pleno sentido, es también, diríamos la otra cara del barroco, del barroquismo, o es, una consecuencia radical de ese movimiento no solo plástico sino casi filosófico…

Hoy, que las grandes ferias de arte del mundo, los grandes museos del arte actuales o contemporáneos, están llenos, o tienen secciones o salas, dedicadas a la instalación, a la escultura en movimiento, la videoinstalación, y a otros géneros combinados, hay que decirles, que estas criptas llenas de huesos, varias recorren la columna vertebral de la península europea, estas “preinstalaciones religiosas”, se les adelantaron, es decir, aunque no guste, esta cripta realizada, con otros fines, es tan actual, como la última instalación o megaescultura, que se instale en la Bienal de Venecia, de este año o del siguiente.

Hoy, Internet permite, que usted, en varías búsquedas, recorra, algo de esta “construcción cultural” y, quizás, sin morbo, sin estridencias, aunque a mí, esta forma de expresión de la religiosidad, o de la predicación, podríamos indicar, no es de mi agrado. Quizás, comprenda y entienda, otros aspectos de la realidad, de su realidad.

Todos, al menos, de momento moriremos, todos, dicen los biólogos, tenemos un límite de vida, nuestra especie, alrededor de ciento y veinticinco años. Y todos, todos los humanos, una vez o mil veces, en su vida, se preguntan, en definitiva, lo que nos quiere presentar esta “gruta-cripta-capilla-cueva”, ¿somos inmortales, tenemos alma inmortal, solo existe esta vida, o existe también Otra…? ¡Paz y bien, saludo franciscano, por cierto…!

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Fin artículo 2.253º: “Los cuatro mil esqueletos de Via Veneto”.