(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga)

Señor de la guerra:

Su crueldad, su crueldad alimenta nuestra esperanza cada vez más.

Su frialdad , su frialdad alimenta nuestro  calor cada vez más.

Su maldad , su gran maldad alimenta nuestro  cariño mucho más.

Su ambición, su infinita ambición alimenta nuestra  solidaridad verdaderamente más.

Su inhumanidad, su inhumanidad alimenta inmensamente nuestro amor al prójimo muchísimo más.

Su odio, su enorme odio alimenta nuestros corazones abiertos cada vez más abiertos.

Su intolerancia , su increíble intolerancia alimenta nuestra  tolerancia mucho más.

Su egoísmo, su lamentable egoísmo alimenta nuestra bondad más y más.

Su locura, su estúpida locura alimenta nuestra cordura cada día más.

Su sinrazón , su burda sinrazón alimenta nuestras lógica cada segundo más.

Su cobardía, su gigantesca cobardía alimenta nuestra valentía cada minuto más.

Su ira , su cabezona ira alimenta nuestra calma cada momento más, más y más ……

Señor de la guerra:

Sepa usted que con sus intenciones está consiguiendo exactamente lo contrario que usted mismo pretendía conseguir:

Desunir no unir.

Asustar no envalentonar.

Poderío no exclusión.

Imperio no miseria.

Admiración  no desprecio.

Señor de la guerra usted no merece ni una palabra más.