La usurpación de tierras en Etiopía causa hambre entre las tribus.

La usurpación violenta de tierras en el valle del Bajo Omo, en Etiopía, está haciendo que algunas tribus se vean desplazadas y no puedan cultivar su tierra, dejando a miles de personas están hambrientas y “esperando a morir”.

Mientras el mundo se prepara para concienciar sobre las cuestiones relacionadas con la pobreza y el hambre en el Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre), Etiopía continúa poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de 200.000 indígenas tribales, hasta el momento autosuficientes.

Tribus como los suris, mursis, bodis y kwegus están siendo violentamente expulsados de sus comunidades para dar paso al lucrativo proyecto de plantaciones en el valle promovido por el Gobierno etíope.

Las fuerzas de seguridad están despejando brutalmente la zona para los enormes campos de algodón, palma de aceite y caña de azúcar, que privarán a las tribus de sus más valiosas tierras de cultivo y pasto. Confiscan ganado, destruyen almacenes de comida y ordenan a las comunidades que abandonen sus hogares y se trasladen a las zonas de reasentamiento designadas.

Las fuerzas de seguridad están confiscando ganado y expulsando forzosamente a las tribus del bajo Omo.

Las fuerzas de seguridad están confiscando ganado y expulsando forzosamente a las tribus del bajo Omo.
© Survival

Un hombre mursi ha descrito a Survival International cómo el proceso de “aldealización” está destruyendo a su familia: “El Gobierno está tirando el sorgo al río. Ha cogido los cultivos y los ha tirado al río. Solo me quedan unos pocos sacos… Estamos esperando a morir. Estamos llorando. Cuando el Gobierno reúna a toda la gente en una aldea no habrá sitio para los cultivos y mis hijos pasarán hambre, no tendrán comida”.

Un hombre suri también ha relatado: “Despejaron la tierra. ¿Por qué ha vendido el Gobierno nuestra tierra? No hay pastos para el ganado. La gente tiene hambre… Estamos preocupados por el forraje. Estamos indignados y no tenemos esperanza”.

 

Desde el valle del Omo
Una mujer mursi denuncia la destrucción de los cultivos de la tribu. Su identidad se ha mantenido en secreto para protegerla frente a represalias.

La polémica presa Gibe III en Etiopía es un elemento esencial del programa de plantaciones. Una vez completada, la presa pondrá fin a la crecida anual del río Omo e impedirá que las tribus usen sus fértiles orillas para plantar sus valiosos cultivos y alimentar al ganado.

Etiopía no ha consultado con ninguna comunidad indígena acerca de la construcción de Gibe III ni sobre sus agresivos proyectos de plantaciones en el valle, que es un lugar Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado hoy: «En el Día Mundial de la Alimentación, la gente tiene que conocer la decisión de Etiopía de arrebatar a las tribus del valle del Bajo Omo, de repente, su modo de vida autosuficiente. Durante generaciones estos pueblos han utilizado su tierra para cultivos y pastos para su ganado con el objetivo de alimentar a sus familias. Ahora les han quitado este derecho básico de una forma brutal, dejándolos hambrientos y asustados.