huyendo a Egipto(Antonio Serrano Santos)  ¡Vaya pechá de gente  de  familia numerosa hasta que nasió el Señó!  Ni la guía telefónica.  Abraham, Jacob, Matusalén, Salomón…¡yo qué sé! Anda, que algunos y algunas eran la oveja negra de la familia.  Su tatatarabuelísimo, el rey David, elegío “ a deo”, que endispués fue un santurrón, se cameló a la pareja de su general, un tal Urías, se acostó con ella y mandó poné a su marío en el sitio más menuito de la batalla y, claro, le dieron matarile.

Bueno, vamo a lo que vamo. María, que estaba prometía, sólo prometía, con el buenaso de José, que era un máquina toterreno, chapusero y un manitas, que le metía mano a to pa podé comé, con su cuchitril de pyme, pa eso era joven,  y antes de vivir juntos, se encontró que su novia estaba preñá del Espíritu Santo; pero del Espíritu Santo, sí, sí. No os riáis, que, endispués, largáis, en la misa,  como si fuera la tabla del cinco,  en el Padrenuestro:“Creo en Dios, Padre Todopoeroso…”.¡Ja!  Ya lo dijo mi amigo Lucas. José, que era un tío legal, se comía el coco pensando, porque su mujer era buena. Pero buena de verdá. Y la quería tanto que, sin pedir explicasiones, estaba desidío a dejarla, sin que naide se enterara. Porque la iban a apredrear ; que allí tenían esa bonita costumbre. Pero las cotillas de siempre ya estaban como la ““viejalvisillo”: ¡Mira la santita, la mosquita muerta! Pa que te fíe de las aguas mansas.

Y el último que se entera es el cornúo del marío. Las  “amigas” de María le insinuaban, pa quitá el escándalo, claro, porque la “ querían” muuucho, que antes que se notara más, ya se sabe, el aborto. Ella se callaba , pero desía pa dentro:  ¿Yo, mi Niño? ¡ Pero si es mi Vida, que ya siento sus pataitas y sus ganas de salí,
y comerse el mundo.

José había perdío el sueño. Y cuando estaba más desesperao, otra vez, nuestro amigo ange,  encargao de los problemas del Jefe, le dijo :
“Hombre, José, no te pongas asín, que to va a salí mu requetebien . No la eches, que es cosa de Dio y El sabe lo que jase. Alégrate porque ese Niño va a  sarvá a los tuyos; por eso tú, como su padre que eres, le pondrás Jesús, que quiere desí: Sarvadó, pa perdoná los pecados.” Ya lo dijo el profeta Isaías: “ Una virgen consebirá y parirá un hijo y se le pondrá por nombre: Enmanuel, que quiere desí: “ Dios con nosotros”.¡ Casi na!  El santo hombre, más pasiente que Job, así lo hizo. Y se dijo: “ Que le den por saco a las cotillas. Yo me llevo a mi mujé que es una santa. Grabié se fue disiéndose:  ¿Por qué me mandará a mí mi Jefe estas cosas? ¿ No podría haserlo El?josé en sueños
Me tendrá que pagá horas extras, digo yo”. Y se echó a reí porque sabía, el mu tuno, que las cosas de más caliá se las daba a él, no a los angelitos.
El era un Arcange, y en la mili angélica los grados son grados.

Y ahora viene lo bueno. Los Reyes Magos.  Casi na. Que no, enanos, que no; que los Reyes no son los papaítos. Claro, lo de la cigüeña…No. No es lo mismo. Ahora veréis. Ya había nasío Jesús en Belén. El cabrón de Herodes era el rey. En esto, se formó un guirigay en Jerusalén de no te menees. La gente se creían que era un circo ambulante, pero ¡ca! Demasiao pa eso. Tres Reyes Magos, tres, sí, niños, que aluego le dieron tres regalos al crío. Toa la calle salió a verlos y los últimos de la fila, saltaban pa guiparlos.  ¿O no os acordáis de la cabalgata? Ni caramelos ni na: oro(¡ toma ya!), con eso tenían ya pa llegá a finá de mes; insienso, pa olé bien, que estaba la pobresita mamá sucia, como toas las mamás, de dar la teta a los chupópteros bebés: y mirra, que no sé pa qué puñetas sirve; pero ya la aprovecharán, como tos los pobres. ¡ No vea la mala leche que le entró al joío Herodes( he dicho Herodes y no Heroe porque, a veces, me hago  el finolis), cuando le dijeron sus lameculos que buscaban al Rey de los judíos acabaíto de nasé. Y venían na más que del Oriente. Del quinto pino, vamos. Y que una estrella los guiaba. Pa qué. Le fartó tiempo al puñetero para localisá al niño. Sus secretarios, chupatintas, se lo dijeron: “en Belén tie que nasé.” Y el mu hidepu…  (perdón, chicos, pero esta palabrota la dice también Don Quijote, bueno, Cervantes, pero no la digáis vosotros), pues va y los llama y les dice, el muy grasioso, que cuando vean al niño, le avisen, que él “ también irá a llevarle un “regalito”. Al llegá a la casa, porque ya no estaban en la cueva, no iban a está allí dos años que ese era el tiempo que tardaron los Magos en llegá; además, José, que no cobraba el paro, hizo unos chapusillos, alquiló una casita y pensaba emigrá a Nazaret, antes que lo desahusiaran; que no ganaba pa tanto. Cuando el churumbelillo vio tanto brillo, los camellos, los regalos, los turbantes…, se reía y hasta lo montaron en un camello. Despué de jartarlo de besos, adorarlo y darle la norabuena a los padres, se largaron más que de prisa, escurriendo el bulto, porque el “ bueno” de Herodes los esperaba, vamos, pa lo del regalito. Tararí que te vi, dijeron, que eran más listos que él. Bueno, también es que el angelito les dio el chivataso, que si no…cualquiera sabe.

Cabreao que estaba y echando chiribitas, porque le había salío el tiro por la culata, pa vengarse, y porque estaría aburrío, mandó dar escabechina a tos los críos de dos años pa bajo,el mu hidep…( no pido perdón, esta vez)  ¡Casi na! Los gritos de las mamás llegaban hastalcielo.. Pero, otra vez, el incansable superange, avisó a José y éste, con ella y el niño, salió pitando pa Egipto. Emigrante, no. Refugiao. Porque el rey Herodes y los suyos eran peores que El Estado Islámico. Los degollaron a tos; sistema rápido y publiciá asegurá. Los medios apenas dijeron na ¿ pa qué? unos cuantos sientos de niños no son na. Y cualquiera le dise al rey  “tienes los ojitos negros.” Y tos, como ratones cobardes, se desían:”¿ Quién le quien le pone los cascabeles al gato?”.

El evangelio en “ andalú”. 2º.- MATEO. ( A Marcos y Juan lo dejamos, por ahora, para no cansar)  ¡Vaya pechá de gente  de  familia numerosa hasta que nasió el Señó!  Ni la guía telefónica.  Abraham, Jacob, Matusalén, Salomón…¡yo qué sé! Anda, que algunos y algunas eran la oveja negra de la familia.  Su tatatarabuelísimo, el rey David, elegío “ a deo”, que endispués fue un santurrón, se cameló a la pareja de su general, un tal Urías, se acostó con ella y mandó poné a su marío en el sitio más menuito de la batalla y, claro, le dieron matarile.
Bueno, vamo a lo que vamo. María, que estaba prometía, sólo prometía, con el buenaso de José, que era un máquina toterreno, chapusero y un manitas, que le metía mano a to pa podé comé, con su cuchitril de pyme, pa eso era joven,  y antes de vivir juntos, se encontró que su novia estaba preñá del Espíritu Santo; pero del Espíritu Santo, sí, sí. No os riáis, que, endispués, largáis, en la misa,  como si fuera la tabla del cinco,  en el Padrenuestro:“Creo en Dios, Padre Todopoeroso…”.¡Ja!  Ya lo dijo mi amigo Lucas. José, que era un tío legal, se comía el coco pensando, porque su mujer era buena. Pero buena de verdá. Y la quería tanto que, sin pedir explicasiones, estaba desidío a dejarla, sin que naide se enterara. Porque la iban a apredrear ; que allí tenían esa bonita costumbre. Pero las cotillas de siempre ya estaban como la ““viejalvisillo”: ¡Mira la santita, la mosquita muerta! Pa que te fíe de las aguas mansas. Y el último que se entera es el cornúo del marío. Las  “amigas” de María le insinuaban, pa quitá el escándalo, claro, porque la “ querían” muuucho, que antes que se notara más, ya se sabe, el aborto. Ella se callaba , pero desía pa dentro:  ¿Yo, mi Niño? ¡ Pero si es mi Vida, que ya siento sus pataitas y sus ganas de salí, y comerse el mundo.

José había perdío el sueño. Y cuando estaba más desesperao, otra vez, nuestro amigo ange,  encargao de los problemas del Jefe, le dijo :
“Hombre, José, no te pongas asín, que to va a salí mu requetebien . No la eches, que es cosa de Dio y El sabe lo que jase. Alégrate porque ese Niño va a  sarvá a los tuyos; por eso tú, como su padre que eres, le pondrás Jesús, que quiere desí: Sarvadó, pa perdoná los pecados.” Ya lo dijo el profeta Isaías: “ Una virgen consebirá y parirá un hijo y se le pondrá por nombre: Enmanuel, que quiere desí: “ Dios con nosotros”.¡ Casi na!  El santo hombre, más pasiente que Job, así lo hizo. Y se dijo: “ Que le den por saco a las cotillas. Yo me llevo a mi mujé que es una santa. Grabié se fue disiéndose:  ¿Por qué me mandará a mí mi Jefe estas cosas? ¿ No podría haserlo El?
Me tendrá que pagá horas extras, digo yo”. Y se echó a reí porque sabía, el mu tuno, que las cosas de más caliá se las daba a él, no a los angelitos.
El era un Arcange, y en la mili angélica los grados son grados.

Y ahora viene lo bueno. Los Reyes Magos.  Casi na. Que no, enanos, que no; que los Reyes no son los papaítos. Claro, lo de la cigüeña…No. No es lo mismo. Ahora veréis. Ya había nasío Jesús en Belén. El cabrón de Herodes era el rey. En esto, se formó un guirigay en Jerusalén de no te menees. La gente se creían que era un circo ambulante, pero ¡ca! Demasiao pa eso. Tres Reyes Magos, tres, sí, niños, que aluego le dieron tres regalos al crío. Toa la calle salió a verlos y los últimos de la fila, saltaban pa guiparlos.  ¿O no os acordáis de la cabalgata? Ni caramelos ni na: oro(¡ toma ya!), con eso tenían ya pa llegá a finá de mes; insienso, pa olé bien, que estaba la pobresita mamá sucia, como toas las mamás, de dar la teta a los chupópteros bebés: y mirra, que no sé pa qué puñetas sirve; pero ya la aprovecharán, como tos los pobres. ¡ No vea la mala leche que le entró al joío Herodes( he dicho Herodes y no Heroe porque, a veces, me hago  el finolis), cuando le dijeron sus lameculos que buscaban al Rey de los judíos acabaíto de nasé. Y venían na más que del Oriente. Del quinto pino, vamos. Y que una estrella los guiaba. Pa qué. Le fartó tiempo al puñetero para localisá al niño. Sus secretarios, chupatintas, se lo dijeron: “en Belén tie que nasé.” Y el mu hidepu…  (perdón, chicos, pero esta palabrota la dice también Don Quijote, bueno, Cervantes, pero no la digáis vosotros), pues va y los llama y les dice, el muy grasioso, que cuando vean al niño, le avisen, que él “ también irá a llevarle un “regalito”. Al llegá a la casa, porque ya no estaban en la cueva, no iban a está allí dos años que ese era el tiempo que tardaron los Magos en llegá; además, José, que no cobraba el paro, hizo unos chapusillos, alquiló una casita y pensaba emigrá a Nazaret, antes que lo desahusiaran; que no ganaba pa tanto. Cuando el churumbelillo vio tanto brillo, los camellos, los regalos, los turbantes…, se reía y hasta lo montaron en un camello. Despué de jartarlo de besos, adorarlo y darle la norabuena a los padres, se largaron más que de prisa, escurriendo el bulto, porque el “ bueno” de Herodes los esperaba, vamos, pa lo del regalito. Tararí que te vi, dijeron, que eran más listos que él. Bueno, también es que el angelito les dio el chivataso, que si no…cualquiera sabe.

Cabreao que estaba y echando chiribitas, porque le había salío el tiro por la culata, pa vengarse, y porque estaría aburrío, mandó dar escabechina a tos los críos de dos años pa bajo,el mu hidep…( no pido perdón, esta vez)  ¡Casi na! Los gritos de las mamás llegaban hastalcielo.. Pero, otra vez, el incansable superange, avisó a José y éste, con ella y el niño, salió pitando pa Egipto. Emigrante, no. Refugiao. Porque el rey Herodes y los suyos eran peores que El Estado Islámico. Los degollaron a tos; sistema rápido y publiciá asegurá. Los medios apenas dijeron na ¿ pa qué? unos cuantos sientos de niños no son na. Y cualquiera le dise al rey  “tienes los ojitos negros.” Y tos, como ratones cobardes, se desían:”¿ Quién le quien le pone los cascabeles al gato?”.

“El evangelio en “ andalú”. 2º.- MATEO. ( A Marcos y Juan lo dejamos, por ahora, para no cansar)  ¡Vaya pechá de gente  de  familia numerosa hasta que nasió el Señó!  Ni la guía telefónica.  Abraham, Jacob, Matusalén, Salomón…¡yo qué sé! Anda, que algunos y algunas eran la oveja negra de la familia.  Su tatatarabuelísimo, el rey David, elegío “ a deo”, que endispués fue un santurrón, se cameló a la pareja de su general, un tal Urías, se acostó con ella y mandó poné a su marío en el sitio más menuito de la batalla y, claro, le dieron matarile.

Bueno, vamo a lo que vamo. María, que estaba prometía, sólo prometía, con el buenaso de José, que era un máquina toterreno, chapusero y un manitas, que le metía mano a to pa podé comé, con su cuchitril de pyme, pa eso era joven,  y antes de vivir juntos, se encontró que su novia estaba preñá del Espíritu Santo; pero del Espíritu Santo, sí, sí. No os riáis, que, endispués, largáis, en la misa,  como si fuera la tabla del cinco,  en el Padrenuestro:“Creo en Dios, Padre Todopoeroso…”.¡Ja!  Ya lo dijo mi amigo Lucas. José, que era un tío legal, se comía el coco pensando, porque su mujer era buena. Pero buena de verdá. Y la quería tanto que, sin pedir explicasiones, estaba desidío a dejarla, sin que naide se enterara. Porque la iban a apredrear ; que allí tenían esa bonita costumbre. Pero las cotillas de siempre ya estaban como la ““viejalvisillo”: ¡Mira la santita, la mosquita muerta! Pa que te fíe de las aguas mansas. Y el último que se entera es el cornúo del marío. Las  “amigas” de María le insinuaban, pa quitá el escándalo, claro, porque la “ querían” muuucho, que antes que se notara más, ya se sabe, el aborto. Ella se callaba , pero desía pa dentro:  ¿Yo, mi Niño? ¡ Pero si es mi Vida, que ya siento sus pataitas y sus ganas de salí,
y comerse el mundo.

José había perdío el sueño. Y cuando estaba más desesperao, otra vez, nuestro amigo ange,  encargao de los problemas del Jefe, le dijo :
“Hombre, José, no te pongas asín, que to va a salí mu requetebien . No la eches, que es cosa de Dio y El sabe lo que jase. Alégrate porque ese Niño va a  sarvá a los tuyos; por eso tú, como su padre que eres, le pondrás Jesús, que quiere desí: Sarvadó, pa perdoná los pecados.” Ya lo dijo el profeta Isaías: “ Una virgen consebirá y parirá un hijo y se le pondrá por nombre: Enmanuel, que quiere desí: “ Dios con nosotros”.¡ Casi na!  El santo hombre, más pasiente que Job, así lo hizo. Y se dijo: “ Que le den por saco a las cotillas. Yo me llevo a mi mujé que es una santa. Grabié se fue disiéndose:  ¿Por qué me mandará a mí mi Jefe estas cosas? ¿ No podría haserlo El?
Me tendrá que pagá horas extras, digo yo”. Y se echó a reí porque sabía, el mu tuno, que las cosas de más caliá se las daba a él, no a los angelitos.
El era un Arcange, y en la mili angélica los grados son grados.

Y ahora viene lo bueno. Los Reyes Magos.  Casi na. Que no, enanos, que no; que los Reyes no son los papaítos. Claro, lo de la cigüeña…No. No es lo mismo. Ahora veréis. Ya había nasío Jesús en Belén. El cabrón de Herodes era el rey. En esto, se formó un guirigay en Jerusalén de no te menees. La gente se creían que era un circo ambulante, pero ¡ca! Demasiao pa eso. Tres Reyes Magos, tres, sí, niños, que aluego le dieron tres regalos al crío. Toa la calle salió a verlos y los últimos de la fila, saltaban pa guiparlos.  ¿O no os acordáis de la cabalgata? Ni caramelos ni na: oro(¡ toma ya!), con eso tenían ya pa llegá a finá de mes; insienso, pa olé bien, que estaba la pobresita mamá sucia, como toas las mamás, de dar la teta a los chupópteros bebés: y mirra, que no sé pa qué puñetas sirve; pero ya la aprovecharán, como tos los pobres. ¡ No vea la mala leche que le entró al joío Herodes( he dicho Herodes y no Heroe porque, a veces, me hago  el finolis), cuando le dijeron sus lameculos que buscaban al Rey de los judíos acabaíto de nasé. Y venían na más que del Oriente. Del quinto pino, vamos. Y que una estrella los guiaba. Pa qué. Le fartó tiempo al puñetero para localisá al niño. Sus secretarios, chupatintas, se lo dijeron: “en Belén tie que nasé.” Y el mu hidepu…  (perdón, chicos, pero esta palabrota la dice también Don Quijote, bueno, Cervantes, pero no la digáis vosotros), pues va y los llama y les dice, el muy grasioso, que cuando vean al niño, le avisen, que él “ también irá a llevarle un “regalito”. Al llegá a la casa, porque ya no estaban en la cueva, no iban a está allí dos años que ese era el tiempo que tardaron los Magos en llegá; además, José, que no cobraba el paro, hizo unos chapusillos, alquiló una casita y pensaba emigrá a Nazaret, antes que lo desahusiaran; que no ganaba pa tanto. Cuando el churumbelillo vio tanto brillo, los camellos, los regalos, los turbantes…, se reía y hasta lo montaron en un camello. Despué de jartarlo de besos, adorarlo y darle la norabuena a los padres, se largaron más que de prisa, escurriendo el bulto, porque el “ bueno” de Herodes los esperaba, vamos, pa lo del regalito. Tararí que te vi, dijeron, que eran más listos que él. Bueno, también es que el angelito les dio el chivataso, que si no…cualquiera sabe.

Cabreao que estaba y echando chiribitas, porque le había salío el tiro por la culata, pa vengarse, y porque estaría aburrío, mandó dar escabechina a tos los críos de dos años pa bajo,el mu hidep…( no pido perdón, esta vez)  ¡Casi na! Los gritos de las mamás llegaban hastalcielo.. Pero, otra vez, el incansable superange, avisó a José y éste, con ella y el niño, salió pitando pa Egipto. Emigrante, no. Refugiao. Porque el rey Herodes y los suyos eran peores que El Estado Islámico. Los degollaron a tos; sistema rápido y publiciá asegurá. Los medios apenas dijeron na ¿ pa qué? unos cuantos sientos de niños no son na. Y cualquiera le dise al rey  “tienes los ojitos negros.” Y tos, como ratones cobardes, se desían:”¿ Quién le quien le pone los cascabeles al gato?”.

El evangelio en “ andalú”. 2º.- MATEO. ( A Marcos y Juan lo dejamos, por ahora, para no cansar)  ¡Vaya pechá de gente  de  familia numerosa hasta que nasió el Señó!  Ni la guía telefónica.  Abraham, Jacob, Matusalén, Salomón…¡yo qué sé! Anda, que algunos y algunas eran la oveja negra de la familia.  Su tatatarabuelísimo, el rey David, elegío “ a deo”, que endispués fue un santurrón, se cameló a la pareja de su general, un tal Urías, se acostó con ella y mandó poné a su marío en el sitio más menuito de la batalla y, claro, le dieron matarile.

Bueno, vamo a lo que vamo. María, que estaba prometía, sólo prometía, con el buenaso de José, que era un máquina toterreno, chapusero y un manitas, que le metía mano a to pa podé comé, con su cuchitril de pyme, pa eso era joven,  y antes de vivir juntos, se encontró que su novia estaba preñá del Espíritu Santo; pero del Espíritu Santo, sí, sí. No os riáis, que, endispués, largáis, en la misa,  como si fuera la tabla del cinco,  en el Padrenuestro:“Creo en Dios, Padre Todopoeroso…”.¡Ja!  Ya lo dijo mi amigo Lucas. José, que era un tío legal, se comía el coco pensando, porque su mujer era buena. Pero buena de verdá. Y la quería tanto que, sin pedir explicasiones, estaba desidío a dejarla, sin que naide se enterara. Porque la iban a apredrear ; que allí tenían esa bonita costumbre. Pero las cotillas de siempre ya estaban como la ““viejalvisillo”: ¡Mira la santita, la mosquita muerta! Pa que te fíe de las aguas mansas. Y el último que se entera es el cornúo del marío. Las  “amigas” de María le insinuaban, pa quitá el escándalo, claro, porque la “ querían” muuucho, que antes que se notara más, ya se sabe, el aborto. Ella se callaba , pero desía pa dentro:  ¿Yo, mi Niño? ¡ Pero si es mi Vida, que ya siento sus pataitas y sus ganas de salí,
y comerse el mundo.

José había perdío el sueño. Y cuando estaba más desesperao, otra vez, nuestro amigo ange,  encargao de los problemas del Jefe, le dijo :
“Hombre, José, no te pongas asín, que to va a salí mu requetebien . No la eches, que es cosa de Dio y El sabe lo que jase. Alégrate porque ese Niño va a  sarvá a los tuyos; por eso tú, como su padre que eres, le pondrás Jesús, que quiere desí: Sarvadó, pa perdoná los pecados.” Ya lo dijo el profeta Isaías: “ Una virgen consebirá y parirá un hijo y se le pondrá por nombre: Enmanuel, que quiere desí: “ Dios con nosotros”.¡ Casi na!  El santo hombre, más pasiente que Job, así lo hizo. Y se dijo: “ Que le den por saco a las cotillas. Yo me llevo a mi mujé que es una santa. Grabié se fue disiéndose:  ¿Por qué me mandará a mí mi Jefe estas cosas? ¿ No podría haserlo El?
Me tendrá que pagá horas extras, digo yo”. Y se echó a reí porque sabía, el mu tuno, que las cosas de más caliá se las daba a él, no a los angelitos.
El era un Arcange, y en la mili angélica los grados son grados.
Y ahora viene lo bueno. Los Reyes Magos.  Casi na. Que no, enanos, que no; que los Reyes no son los papaítos. Claro, lo de la cigüeña…No. No es lo mismo. Ahora veréis. Ya había nasío Jesús en Belén. El cabrón de Herodes era el rey. En esto, se formó un guirigay en Jerusalén de no te menees. La gente se creían que era un circo ambulante, pero ¡ca! Demasiao pa eso. Tres Reyes Magos, tres, sí, niños, que aluego le dieron tres regalos al crío. Toa la calle salió a verlos y los últimos de la fila, saltaban pa guiparlos.  ¿O no os acordáis de la cabalgata? Ni caramelos ni na: oro(¡ toma ya!), con eso tenían ya pa llegá a finá de mes; insienso, pa olé bien, que estaba la pobresita mamá sucia, como toas las mamás, de dar la teta a los chupópteros bebés: y mirra, que no sé pa qué puñetas sirve; pero ya la aprovecharán, como tos los pobres. ¡ No vea la mala leche que le entró al joío Herodes( he dicho Herodes y no Heroe porque, a veces, me hago  el finolis), cuando le dijeron sus lameculos que buscaban al Rey de los judíos acabaíto de nasé. Y venían na más que del Oriente. Del quinto pino, vamos. Y que una estrella los guiaba. Pa qué. Le fartó tiempo al puñetero para localisá al niño. Sus secretarios, chupatintas, se lo dijeron: “en Belén tie que nasé.” Y el mu hidepu…  (perdón, chicos, pero esta palabrota la dice también Don Quijote, bueno, Cervantes, pero no la digáis vosotros), pues va y los llama y les dice, el muy grasioso, que cuando vean al niño, le avisen, que él “ también irá a llevarle un “regalito”. Al llegá a la casa, porque ya no estaban en la cueva, no iban a está allí dos años que ese era el tiempo que tardaron los Magos en llegá; además, José, que no cobraba el paro, hizo unos chapusillos, alquiló una casita y pensaba emigrá a Nazaret, antes que lo desahusiaran; que no ganaba pa tanto. Cuando el churumbelillo vio tanto brillo, los camellos, los regalos, los turbantes…, se reía y hasta lo montaron en un camello. Despué de jartarlo de besos, adorarlo y darle la norabuena a los padres, se largaron más que de prisa, escurriendo el bulto, porque el “ bueno” de Herodes los esperaba, vamos, pa lo del regalito. Tararí que te vi, dijeron, que eran más listos que él. Bueno, también es que el angelito les dio el chivataso, que si no…cualquiera sabe.

Cabreao que estaba y echando chiribitas, porque le había salío el tiro por la culata, pa vengarse, y porque estaría aburrío, mandó dar escabechina a tos los críos de dos años pa bajo,el mu hidep…( no pido perdón, esta vez)  ¡Casi na! Los gritos de las mamás llegaban hastalcielo.. Pero, otra vez, el incansable superange, avisó a José y éste, con ella y el niño, salió pitando pa Egipto. Emigrante, no. Refugiao. Porque el rey Herodes y los suyos eran peores que El Estado Islámico. Los degollaron a tos; sistema rápido y publiciá asegurá. Los medios apenas dijeron na ¿ pa qué? unos cuantos sientos de niños no son na. Y cualquiera le dise al rey  “tienes los ojitos negros.” Y tos, como ratones cobardes, se desían:”¿ Quién le quien le pone los cascabeles al gato?”.

El evangelio en “ andalú”. 2º.- MATEO. ( A Marcos y Juan lo dejamos, por ahora, para no cansar)  ¡Vaya pechá de gente  de  familia numerosa hasta que nasió el Señó!  Ni la guía telefónica.  Abraham, Jacob, Matusalén, Salomón…¡yo qué sé! Anda, que algunos y algunas eran la oveja negra de la familia.  Su tatatarabuelísimo, el rey David, elegío “ a deo”, que endispués fue un santurrón, se cameló a la pareja de su general, un tal Urías, se acostó con ella y mandó poné a su marío en el sitio más menuito de la batalla y, claro, le dieron matarile.

Bueno, vamo a lo que vamo. María, que estaba prometía, sólo prometía, con el buenaso de José, que era un máquina toterreno, chapusero y un manitas, que le metía mano a to pa podé comé, con su cuchitril de pyme, pa eso era joven,  y antes de vivir juntos, se encontró que su novia estaba preñá del Espíritu Santo; pero del Espíritu Santo, sí, sí. No os riáis, que, endispués, largáis, en la misa,  como si fuera la tabla del cinco,  en el Padrenuestro:“Creo en Dios, Padre Todopoeroso…”.¡Ja!  Ya lo dijo mi amigo Lucas. José, que era un tío legal, se comía el coco pensando, porque su mujer era buena. Pero buena de verdá. Y la quería tanto que, sin pedir explicasiones, estaba desidío a dejarla, sin que naide se enterara. Porque la iban a apredrear ; que allí tenían esa bonita costumbre. Pero las cotillas de siempre ya estaban como la ““viejalvisillo”: ¡Mira la santita, la mosquita muerta! Pa que te fíe de las aguas mansas. Y el último que se entera es el cornúo del marío. Las  “amigas” de María le insinuaban, pa quitá el escándalo, claro, porque la “ querían” muuucho, que antes que se notara más, ya se sabe, el aborto. Ella se callaba , pero desía pa dentro:  ¿Yo, mi Niño? ¡ Pero si es mi Vida, que ya siento sus pataitas y sus ganas de salí,
y comerse el mundo.

José había perdío el sueño. Y cuando estaba más desesperao, otra vez, nuestro amigo ange,  encargao de los problemas del Jefe, le dijo :
“Hombre, José, no te pongas asín, que to va a salí mu requetebien . No la eches, que es cosa de Dio y El sabe lo que jase. Alégrate porque ese Niño va a  sarvá a los tuyos; por eso tú, como su padre que eres, le pondrás Jesús, que quiere desí: Sarvadó, pa perdoná los pecados.” Ya lo dijo el profeta Isaías: “ Una virgen consebirá y parirá un hijo y se le pondrá por nombre: Enmanuel, que quiere desí: “ Dios con nosotros”.¡ Casi na!  El santo hombre, más pasiente que Job, así lo hizo. Y se dijo: “ Que le den por saco a las cotillas. Yo me llevo a mi mujé que es una santa. Grabié se fue disiéndose:  ¿Por qué me mandará a mí mi Jefe estas cosas? ¿ No podría haserlo El?
Me tendrá que pagá horas extras, digo yo”. Y se echó a reí porque sabía, el mu tuno, que las cosas de más caliá se las daba a él, no a los angelitos.
El era un Arcange, y en la mili angélica los grados son grados.
Y ahora viene lo bueno. Los Reyes Magos.  Casi na. Que no, enanos, que no; que los Reyes no son los papaítos. Claro, lo de la cigüeña…No. No es lo mismo. Ahora veréis. Ya había nasío Jesús en Belén. El cabrón de Herodes era el rey. En esto, se formó un guirigay en Jerusalén de no te menees. La gente se creían que era un circo ambulante, pero ¡ca! Demasiao pa eso. Tres Reyes Magos, tres, sí, niños, que aluego le dieron tres regalos al crío. Toa la calle salió a verlos y los últimos de la fila, saltaban pa guiparlos.  ¿O no os acordáis de la cabalgata? Ni caramelos ni na: oro(¡ toma ya!), con eso tenían ya pa llegá a finá de mes; insienso, pa olé bien, que estaba la pobresita mamá sucia, como toas las mamás, de dar la teta a los chupópteros bebés: y mirra, que no sé pa qué puñetas sirve; pero ya la aprovecharán, como tos los pobres. ¡ No vea la mala leche que le entró al joío Herodes( he dicho Herodes y no Heroe porque, a veces, me hago  el finolis), cuando le dijeron sus lameculos que buscaban al Rey de los judíos acabaíto de nasé. Y venían na más que del Oriente. Del quinto pino, vamos. Y que una estrella los guiaba. Pa qué. Le fartó tiempo al puñetero para localisá al niño. Sus secretarios, chupatintas, se lo dijeron: “en Belén tie que nasé.” Y el mu hidepu…  (perdón, chicos, pero esta palabrota la dice también Don Quijote, bueno, Cervantes, pero no la digáis vosotros), pues va y los llama y les dice, el muy grasioso, que cuando vean al niño, le avisen, que él “ también irá a llevarle un “regalito”. Al llegá a la casa, porque ya no estaban en la cueva, no iban a está allí dos años que ese era el tiempo que tardaron los Magos en llegá; además, José, que no cobraba el paro, hizo unos chapusillos, alquiló una casita y pensaba emigrá a Nazaret, antes que lo desahusiaran; que no ganaba pa tanto. Cuando el churumbelillo vio tanto brillo, los camellos, los regalos, los turbantes…, se reía y hasta lo montaron en un camello. Despué de jartarlo de besos, adorarlo y darle la norabuena a los padres, se largaron más que de prisa, escurriendo el bulto, porque el “ bueno” de Herodes los esperaba, vamos, pa lo del regalito. Tararí que te vi, dijeron, que eran más listos que él. Bueno, también es que el angelito les dio el chivataso, que si no…cualquiera sabe.

Cabreao que estaba y echando chiribitas, porque le había salío el tiro por la culata, pa vengarse, y porque estaría aburrío, mandó dar escabechina a tos los críos de dos años pa bajo,el mu hidep…( no pido perdón, esta vez)  ¡Casi na! Los gritos de las mamás llegaban hastalcielo.. Pero, otra vez, el incansable superange, avisó a José y éste, con ella y el niño, salió pitando pa Egipto. Emigrante, no. Refugiao. Porque el rey Herodes y los suyos eran peores que El Estado Islámico. Los degollaron a tos; sistema rápido y publiciá asegurá. Los medios apenas dijeron na ¿ pa qué? unos cuantos sientos de niños no son na. Y cualquiera le dise al rey  “tienes los ojitos negros.” Y tos, como ratones cobardes, se desían:”¿ Quién le quien le pone los cascabeles al gato?”.