La fibromialgia es una enfermedad crónica e incurable, que afecta la calidad de vida de quienes la padecen. Cada día se está convirtiendo en un síndrome bastante común y relativamente conocido. Aunque muchas personas saben que existe, porque tienen alguna amistad o familiar que lo padece, con frecuencia no entienden bien de que se trata.

Antes de terminar este mes de mayo, quisiera compartir este artículo sobre conceptos generales de la fibromialgia, para que sirva como punto de referencia, no solo para quienes creen padecerla, sino sobre todo para aquellas personas que no la padecen, a fin de que puedan llegar a comprender un poco de que se trata.

La fibromialgia se presenta mayormente en mujeres entre los 20 y 50 años de edad; pero también la pueden sufrir hombres y niños. Se estima que un 5% de la población mundial, la padece. A pesar de que provoca síntomas que pueden ser muy dolorosos, ni los músculos ni los órganos internos sufren daño, y aunque no pone la vida en peligro, es crónica y en muchas ocasiones llega a ser incapacitante, afectando totalmente la calidad de vida del paciente.

La persona que tiene fibromialgia presenta un dolor sostenido en el tiempo, que puede ser generalizado en todo el cuerpo o localizado en la mayoría (si no en todos) de los 18 puntos gatillo; a parte del dolor, se experimenta entumecimiento de las articulaciones, sensibilidad en los músculos, tendones y otros tejidos blandos, y una extrema sensibilidad al tacto en casi todas las partes del cuerpo. El dolor puede ser profundo, una punzada o un ardor. Aunque el dolor parezca provenir de las articulaciones, éstas en realidad no se ven afectadas.

La fibromialgia también involucra una extrema fatiga, insomnio, problemas para dormir, ansiedad y depresión, síntomas que generalmente se ven en casi todos los pacientes. Quienes la padecen, se despiertan con dolores en todo el cuerpo y mucha rigidez. Algunos experimentan dolor durante todo el día, mientras que para otros, el dolor va disminuyendo durante el día y empieza a empeorar de nuevo en la noche. El dolor también puede empeorar como resultado de ciertos estímulos, como actividad física, calor, frío, humedad, ansiedad y estrés.

Algunas personas tienen problemas para conciliar el sueño, mientras que otras tienen problemas para permanecer dormidas, pero en casi todos los casos, cuando se despiertan, se sienten sumamente cansados, como si hubiesen estado realizando una fuerte actividad durante la noche.

Los problemas de sueño, en muchos casos crean un círculo vicioso, que causa cansancio, que en conjunto con el estrés incrementa el dolor y malestar, que a su vez empeora la ansiedad y depresión, que impide conciliar el sueño y descansar apropiadamente.

La fibromialgia puede ser clasificada como primaria o secundaria en cuanto a su fuente de origen, es decir, si se experimenta sola o en conjunto con alguna otra afección reumatológica o inmunodeficiente. De igual forma, también puede ser calificada como leve, moderada o severa, en cuanto a la intensidad y magnitud de sus síntomas.

Los puntos gatillos son 18 zonas sensibles (en pares en ambos lados del

cuerpo) que se encuentran en los tejidos blandos de las siguientes áreas del cuerpo, y cuyo dolor se irradia hacia fuera de éstas:

Nuca

Hombros por delante

Hombros por detrás

Pecho (arriba cerca del cuello)

Espalda alta (a nivel dorsal)

Espalda baja (a nivel lumbo-sacro)

Caderas

Codos

Rodillas

Síntomas

Aunque el dolor es el síntoma principal de la fibromialgia, existen alrededor de 60 síntomas adicionales, que dependiendo de la severidad, se pueden experimentar o no. Algunas personas solo experimentan dolor y cansancio, mientras que otras experimentan prácticamente todos los síntomas, como un libro de texto, pero aunque no todos los pacientes presentan el mismo cuadro, la mayoría experimentan períodos alternos de crisis y mejoría. Durante los crisis, también conocidas como brotes, los fuertes dolores, el malestar general, la fatiga y la dificultad para dormir impiden que se pueda llevar una vida normal.

Otros síntomas de la fibromialgia pueden incluir:

Fatiga y falta de energía

Problemas cognitivos con la memoria de corto plazo, falta de concentración, distraerse con facilidad, etc., también conocidos como fibroneblina.

Síndrome de intestino irritable

Síndrome de ATM (Articulación temporo-mandibular) – Dolor en las mandíbulas y la cara.

Entumecimiento y hormigueo en brazos, manos, piernas y pies Hipersensibilidad a los olores, las luces fuertes, los ruidos fuertes o los medicamentos.

Rigidez matutina y/o luego de un descanso prolongado Reducción de la capacidad para desempeñarse eficientemente en el trabajo Poca resistencia física Sequedad de boca y ojos Dolor que se mueve por todo el cuerpo Dolores de cabeza frecuentes o migrañas Tensión muscular o contracciones musculares Calambres Sensación de inflamación (aunque en realidad no está presente) Trastornos gastrointestinales Problemas urinarios Problemas con la tiroide Depresión y ansiedad Sensibilidad emocional Síndrome de piernas inquietas Mareos y problemas para mantener el equilibrio.

En el caso de las mujeres, periodos menstruales dolorosos.

Causas

No se sabe a ciencia cierta, cual es la causa, pero se sospecha que los siguientes eventos o situaciones podrían desencadenar la fibromialgia:

Trauma físico o emocional

Exposición prolongada al estrés oa situaciones estresantes Trastornos del sueño Cirugía mayor Otra enfermedad reumatológica o inmunodeficiente Infecciones virales (aunque aún ha sido identificada alguna en particular) Bajos niveles de ciertos neurotransmisores (como serotonina y/o dopamina) Una respuesta anormal en ciertas áreas del cerebro que perciben el dolor de una manera amplificada

Diagnóstico

De hecho, en muchas ocasiones, pueden tomar varios años para llegar a su diagnóstico, mientras que los pacientes desafortunadamente deambulan de un médico a otro buscando respuesta para sus síntomas, sin recibir el tratamiento adecuado.

No existen exámenes de laboratorio, estudios especiales o radiografías que permitan diagnosticar la fibromialgia, sin embargo, el médico indicado para diagnosticarla es el Reumatólogo. El esquema general de diagnóstico es clínico, y se hace inicialmente mediante el descarte de otras enfermedad con síntomas iguales o similares. Se realiza una batería de pruebas para descartar artritis, lupus, osteoporosis, enfermedades inflamatorias y/o inmunodeficientes, problemas con la tiroide, etc.

Se utiliza el siguiente criterio clínico para diagnosticar la fibromialgia:

Presentar valores normales en todas las pruebas de otras enfermedades con síntomas similares Presentar dolor continuo durante al menos tres meses, ya sea generalizado o localizado.

Responder con dolor ante la presión o el estímulo de al menos 11 de los 18 puntos gatillos.

Tratamiento

Aunque no existe un tratamiento para la cura, hay muchas medidas que pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Los tratamientos para la fibromialgia pueden volverse un tema controversial, ya que generalmente incluyen tanto terapia física, medicamentos y ejercicio, como terapias alternativas, pero todos los profesionales de la salud coinciden en que uno de los primeros pasos es realizar un cambio en el estilo de vida.

Terapias Físicas

Ejercicios de bajo impacto

Estiramientos

Aplicación de calor para relajar los músculos Aplicación de frío en los puntos gatillos para desinflamar.

Masoterapia

Masaje de Terapia Linfática

Técnicas de relajamiento

Terapias no convencionales o alternativas

Tai Chi

Yoga

Acupuntura

Meditación

Terapia con Ultrasonido o corriente analgésica (TENS)

Medicamentos

Algunos de los medicamentos que se recomiendan para tratar la fibromialgia, buscan en mayor medida reducir el dolor y mejorar el sueño. Con frecuencia se han utilizado analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares.

Entre los mas usuados se encuentran:

Analgésicos: aunque su eficacia varía entre una persona y otra, se pueden tomar analgesicos suaves como Acetaminofén (Tylenol), para aliviar el dolor y la rigidez, o como Tramadol (Ultram), que es un analgésico con receta.

Antiinflamatorios: el médico también puede recomendar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) como el Ibuprofeno (Advil, Motrin,

otros) o Naproxeno sódico (Aleve, otros).

Anticonvulsivos: son medicamentos utilizados para para tratar la epilepsia que han resultado útiles en la reducción de ciertos tipos de dolor. La gabapentina (Neurontin) a veces funciona para reducir los síntomas de fibromialgia, mientras que la pregabalina (Lyrica) fue el primer medicamento aprobado por la FDA para tratar la fibromialgia.

Antidepresivos: algunos como la Duloxetina (Cymbalta) y Milnacipran (Savella), también aprobados por FDA para tratar la fibromialgia, pueden ayudar a aliviar el dolor y la fatiga, mientras que la Amitriptilina o la Fluoxetina (Prozac) o Paroxetina (Paxil) pueden ayudar a inducir y mejorar el sueño.

Relajantes Musculares: son eficaces para tratar el dolor de los músculos, sobre todo, los dolores punzantes, calambres y hormigueos. Uno de los mas recomendados para tratar la fibromialgia es la Ciclobenzaprina (Tonalgen o Dorixina Relax)

No existe una medicina o tratamiento específico para controlar o manejar la fibromialgia. En general algunos enfermos suelen aliviar sus síntomas con una combinación de varios medicamentos y terapias, mientras que otros, sin embargo, ni siquiera responden a los tratamientos. Realmente no hay una fórmula exacta para cada caso, se trata mas bien de ensayo y error, buscando la mejor combinación de forma personalizada.

Terapia de apoyo sicológico

Hablar con un psicólogo o terapeuta puede ayudarle a conocer la enfermedad y sus síntomas, aprender a identificarlos y controlarlos, manteniendo una actitud positiva. Le permite fortalecer sus habilidades y enseñarle estrategias para lidiar con situaciones estresantes.

También es importante que las personas que conviven con el paciente que sufre de fibromialgia, conozcan la enfermedad para que puedan colaborar en el tratamiento y manejo de la misma, facilitando el mantenimiento del ritmo diario de vida.

Prevención

Como ya hemos dicho, la fibromialgia no se puede prevenir o curar. Sin embargo, la meta consiste en evitar la crisis, mejorar los síntomas y reducir el tiempo que dure un brote. Para esto, es importante tener presente cuales son las cosas que debemos evitar.

Factores que pueden detonar crisis o exacerbar los síntomas:

Cambios de temperatura

Humedad

Stress o ansiedad

Esfuerzo excesivo

Demasiada actividad física

Cambios hormonales

Otras enfermedades

Cirugías

Cambios en su estilo de vida

Todos los profesionales de la salud coinciden en que es importante realizar cambios al estido de vida, para incluir lo siguiente:

Realizar ejercicio regularmente, moderado y de bajo impacto (con el permiso de su médico).

Realizar ejercicios ligeros que no afecten áreas dolorosas como: caminar, andar en bicicleta.

Nadar, preferiblemente en agua tibia.

Realizar ejercicios de estiramiento regulares.

Aprender técnicas de relajación

Realizar con frecuencia, ejercicios de respiración y de relajación Reducir el estrés Evitar situaciones estresantes Mantenerse tan activo como sea posible, evitando extralimitarse Aprender de manera constante como auto-manejar su enfermedad.

Evitar las sobrecargas musculares

Mantener un peso adecuado

Llevar una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, con bajo contenido en especias Evitar los alimentos o bebidas excitantes (café, alcohol) Distribuir la alimentación en cuatro comidas al día, con cenas ligeras.

Mantener un ritmo de vida estable

Llevar a cabo rituales que faciliten el sueño.

Espero que esta guía, que aunque resumida, me salió un poco extensa, sea una buena referencia para quienes piensen que pueden estar sufriendo de fibromialgia, o para quienes quieren aprender al respecto porque conocen a alguien que lo padece y desean comprenderlo y ayudarle.