(Eduardo Madroñal Pedraza) El presidente Trump ha retirado formalmente a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en medio de la actual pandemia de COVID-19, especialmente agudizada en su propio país. Trump ya había lanzado varias amenazas al respecto -en las redes sociales, como tiene por costumbre, después vinieron las declaraciones oficiales- acusando a la OMS de parcialidad con China y de haber dado una respuesta lenta al brote del virus en Wuhan.

Hay que recordar que con la pandemia ya en pleno desarrollo por el mundo Trump dijo que podían morir de 100.000 a 250.000 estadounidenses -y que además la mayoría de fallecidos iban a ser pensionistas- pero que ello no era motivo para detener la economía, es decir, para dañar la obtención de ganancias por los oligopolios norteamericanos. Es triste la noticia. Y solo deseamos que Trump no diezme al pueblo estadounidense.

Pero de lo que no se habla es que Estados Unidos tiene 800 bases militares a lo largo y ancho del planeta, entre otros países, en España. ¿Por qué Trump no retira las tropas desplegadas en tales bases y las cierra? Se ha hablado de que Estados Unidos reducirá su presencia militar en Alemania, de los actuales 34.500 efectivos, estacionados de forma permanente, a 25.000.

El primer argumento dado es que Alemania no ha elevado su gasto militar al 2% del PIB -como exige Trump- para cumplir con los compromisos de financiación que tiene adquiridos con la OTAN.Merkel ha contestado inmediatamente que “las tropas estadounidenses en Alemania sirven tanto para proteger a Alemania y a la parte europea de la OTAN como para defender los intereses de los Estados Unidos de América”. El presidente polaco Duda se ha precipitado a ofrecer su territorio e incluso a poner nombre a la nueva base, Fort Trump.

Porque la realidad es que Alemania es el país europeo con mayor presencia militar de Estados Unidos en Europa, con un total de 34.602 soldados y 17.000 civiles, y con más de 12.000 alemanes trabajando en las bases estadounidenses. Los siguientes países por número de militares norteamericanos son Italia, Reino Unido y España. Solo hay otro país en el mundo, Japón, que supere a Alemania, con 38.900 efectivos americanos establecidos en su territorio.

La base área de Ramstein (en Renania-Palatinado) es la principal instalación para todas las operaciones de EEUU en Oriente Medio, Norte de África y Asia Meridional. Es también una estación de retransmisión para las comunicaciones de los drones. Además, los cuarteles generales del mando europeo (EUCOM) y africano (AFRICOM) de Estados Unidos están en Stuttgart, y el hospital militar -donde se atienden los heridos norteamericanos producto de la intervención militar de Estados Unidos en Afganistán, Irak y otros países de Oriente Medio- se llama Landstuhl Regional Medical Center. Incluso EEUU está actualmente construyendo un nuevo y mayor hospital en Weilerbach, que en cualquier caso sería para soldados estadounidenses, no alemanes. Existen también las áreas de entrenamiento militar de Grafenwoehr y Hohenfeks para sus fuerzas.

Porque las bases estadounidenses en suelo europeo son para proporcionar a Washington una valiosa y privilegiada avanzadilla hacia zonas cercanas del planeta. En Alemania han sido esenciales para las intervenciones militares que EEUU ha llevado a cabo durante décadas en Oriente Próximo, Afganistán, Irak y África. Y el puesto de mando para África no está en África, sino en Europa, en Stuttgart. Por ello, no es creíble que Estados Unidos quiera reducir sus tropas en Europa cuando la tensión con Rusia no ha mostrado ningún signo de moderación como en Ucrania, en Libia y en Siria.

Aunque se parezca -porque se divulga- que Estados Unidos no está ejerciendo como la única superpotencia realmente existente en el mundo actual, la realidad es que su actividad militar no ha parado ni un solo segundo incluso en plena pandemia. De hecho, la actual Administración Trump ha incrementado la presencia militar estadounidense en Europa: hay más tropas permanentes, más fuerzas rotando por el continente, más ejercicios, y más patrullas en el Mar Negro y en el Báltico.

Porque la línea Trump lleva constantemente sus planes para retrasar el declive imperial de Estados Unidos, y trata de mantener la hegemonía. El primer objetivo es el cerco a China. Lo que le ha llevado a exigir a la OTAN que incluya a China entre sus enemigos estratégicos. Porque quieres concentrarse en Asia Pacífico y, para ello, entre otras cosas necesita que sus vasallos europeos paguen más a la estrategia del imperio, en lo militar principalmente, que Europa aporte más en dinero y tropas, incluso en el Cercano Oriente y en África.

Porque Estados Unidos -en plena pandemia- ha aumentado su actividades militares alrededor de China. Ha invadido repetidamente las aguas territoriales chinas y del Mar de China Meridional y ha cruzado el estrecho de Taiwán, desplegando tres portaaviones en el océano Pacífico por primera vez en años. Los portaaviones y los grupos de ataque a gran escala han sido siempre símbolos paradigmáticos del poder naval estadounidense. De hecho, el portaaviones Roosevelt regresó al mar el 4 de junio después de pasar semanas en el puerto de Guam a raíz del brote de coronavirus aparecido a bordo en marzo, cuando más de 1.000 de los casi 4.900 miembros de la tripulación dieron positivo.

“España, nuestro más antiguo aliado”, EEUU dixit, quizá recordando sádicamente 1898.

Pero la presencia militar de Estados Unidos también está en los países europeos como en los Estados bálticos y en España. Una presencia que no se limita, por lo tanto, solo a Alemania. También a España. De hecho, el destructor de misiles guiados de la clase Arleigh Burke, USS Roosevelt llegó a su nuevo puerto base, en la Base Naval de Rota, el pasado 14 de abril, habiendo salido de Mayport, Florida, el 21 de marzo. Es el primero de los cuatro destructores estacionados en Rota que reemplazará a los más antiguos que había hasta ahora, aportando una mayor capacidad con sensores, armas y sistemas de comunicación más avanzados. Es uno de los cuatro buques estadounidenses desplegados en España como parte del escudo antimisiles de la OTAN. El Roosevelt se unirá en España al USS Ross, el USS Donald Cook y el USS Porter.

Cuando España está localizada “en el Báltico”

La presencia de la OTAN es creciente en Polonia, y en Estonia, Letonia y Lituania. A pesar de la pandemia, el 1 de mayo, 6 cazas despegaron desde Zaragoza hasta la base lituana de Siauliai para sustituir a las Fuerzas aéreas de Bélgica y Polonia, que desde enero están operando. En total suman 137 militares españoles, porque desde mayo a septiembre España lidera la misión. Aunque el teniente coronel al mando de la misión reconoce que “nuestro interés estratégico está vinculado a nuestra posición geográfica, el suroeste de Europa, pero estamos aquí porque se nos ha pedido estar aquí, en el otro rincón de la Alianza, a más de 3.000 kilómetros de nuestra base en Zaragoza”.

¡Que Estados Unidos retire sus bases, y sus tropas, de España y del resto del mundo!