Decía en la primera parte de este artículo que tiene que haber una causa de naturaleza ajena y anterior al Big-Bamg y a la energía- materia, ya que ese Big-Bamg no podía explicar por sí mismo su aparición; y esa causa tiene que ser tan ajena y anterior a su aparición que, para justificar su existencia y como causa del Big-Bamg, no puede haber en su naturaleza ni cambio ni duración, porque sería lo mismo que el Big-Bamg y no podemos seguir así hasta el infinito ya que no existe efecto, por infinito que sea, que no tenga una causa.

Quiere esto decir que sólo se aplica el concepto de ser sin duración ni cambio, es decir, eterno, en la historia de las religiones, a Dios, sobre todo, de las tres grandes religiones: el judaísmo, el Islam, y el cristianismo. Y esto es de tal importancia histórica que la misma ciencia no puede dejar de lado. Estas tres grandes religiones tienen un nexo común: el monoteísmo. El judaísmo, que es anterior al cristianismo y del que éste procede; el Islam, formado por  un sincretismo de elementos judíos, cristianos y fetichistas ( cosas ajenas a ambas religiones y que Mahoma unió¨. No hay más que leer el Korán y estudiar la historia del Islam). Por lo que no se pueden llamar religiones el budismo, el sintoísmo, el confucionismo y otras sectas que son, en realidad, filosofías.

Dije al final de la primera parte que “esto nos lleva al problema de la existencia de Dios y a la realidad o verdad histórica de la religión,” en general. Quiere decir que la religión para ser religión tiene su base en Dios. Por lo que, tanto El como la religión, son términos correlativos: no se puede explicar la existencia de la religión sin Dios, ni la de Dios sin ella. Y esto históricamente.  En cuanto al contenido de las religiones, su verdad, ya no sólo histórica, depende de la autenticidad de los testimonios escritos, orales, incluso, como en la católica, de hechos de naturaleza extraordinaria, inexplicables para la ciencia, en algunos casos, que aún se están repitiendo.

En cuanto al problema de la existencia de Dios, el ateísmo es un fenómeno reciente, una excepción que confirma la regla, una ínfima minoría en la historia universal hasta hoy. Surgió a partir del siglo XVIII y primeros del XIX, con la industrialización y el avance de las ciencias. Ya en el Renacimiento el teocentrismo fue sustituido por el antropocentrismo. El hombre ocupa el centro, en lugar de Dios, de las artes, las letras y la ciencia. Surge, no obstante, el Humanismo cristiano hoy seguido hasta en política, contra el pagano. Hasta entonces sólo aparece la palabra ateo aplicado por los romanos a los cristianos al no aceptar éstos a sus dioses, por su fe en el único Dios. Hasta el caso curioso de llamar al dios cristiano un orgulloso por no querer compartir un puesto entre los muchos dioses que ellos habían colocado, de las tierras conquistas, en el Capitolio.

Dije también, al final de la primera parte, que la religión que más rápidamente se ha extendido y ha influido en el mundo, en especial en Occidente y gran parte de Asia y toda América, es la religión católica, y que, por eso, merece la pena fijarnos, y en primer lugar, en ella y en sus connotaciones.

La acusación de ateísmo y el negar el culto al emperador divinizado, fue la raíz de los tres siglos de persecuciones. Amén del ejemplo de vida de los cristianos que contradecía a la mayoría de los romanos y los avergonzaba, sobre todo, a los nobles.    Oponer al emperador, un hombre divinizado, otro hombre- Dios, o Dios- hombre, Jesucristo, con poder para resucitar de los muertos y dar vida eterna, con un código moral de amar hasta a los enemigos y a los más pobres, en una sociedad esclavista y enemiga de los enemigos, y con un culto misterioso de pan y vino, que decían los une y alimenta su vida espiritual y social, era impensable, una provocación, un rechazo a sus cultos idolátricos y costumbres depravadas, hasta en el pueblo, que pedía:”Panem et circenses!” Pan y espectáculos. Y luego, morir.

Y, sin embargo, después de innumerables mártires, todo el imperio fue absorbido por esta forma de vida. Tertuliano dijo :”La sangre de los mártires es semilla de cristianos”. La razón de esta fuerza no sólo estaba en la doctrina, ni en el culto; estaba, dicen ellos, en una Persona: Jesucristo. Jesús de Nazaret. No creen los cristianos en algo, sino en Alguien; y es su Espíritu, el Espíritu Santo, que les envió, el que dirige la Historia hacia los planes de Dios; invencible, y venciendo, hasta hoy, toda oposición. No hay religión más perseguida, ni más seguida, de todas, hasta hoy mismo, en todo el mundo.

Hoy, el materialismo, el hedonismo de los países “civilizados”, desarrollados, ha llevado a un nuevo ateísmo en su forma de agnosticismo e  indiferentismo; y a un  ateísmo práctico entre muchos cristianos, como esos que dicen: ”soy católico, pero no practicante”. Y es que la religión lleva consigo cierta exigencia moral que coarta, no la libertad, sino el abuso de ella. Y ciertas prácticas de culto, oración y caridad, necesarias en un cristiano, se oponen a sus caprichos y comodidades, erigiéndose ellos en lugar de Dios, señores de su conciencia y creadores de una moral a su gusto: “el relativismo moral”. Se ciegan y endiosan, con orgullo. Europa se descristianiza mientras los países pobres, subdesarrollados, los humildes y sencillos, acogen con fervor a Jesús de Nazaret, su verdad, su vida y ejemplo. Sin dejar de luchar por su dignidad, es la mejor tierra de cultivo para la semilla del evangelio.. ¡”Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos!”. Estas son las connotaciones de la religión cristiana desde su origen, y la Iglesia Católica es la encargada por su fundador de transmitirlas: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…””…y el poder del infierno no podrá contra ella”.

Tiempo y eternidad. Materia y espíritu. Ciencia y religión. Dios y el hombre. Amor y verdad. Vida eterna. Pero, de verdad, ¿interesa esto a muchos?