(José Mateos Mariscal, Wuppertal Alemania)

«No se fue de su país buscando riquezas. Buscaba una calle donde pudiesen caminar sus hijos» (Erik Del Bufalo).

Otro año se va con la misma ilusión de regresar, pero también otro viene lleno de deseos por seguir creciendo, En España me cansé de ver inseguridad, corrupción, desprotección, y falta de educación.

Me llamo José Mateos Mariscal y soy Emigrante. El mundo que conocía, mi calle, mi familia, mis amigos son “allí en Zamora ( España) .
Aquí y ahora” es una ciudad nueva y una vida distinta en Alemania. No soy el que era y, sin embargo, soy más yo que nunca. La extranjeridad es un estado del alma y la mía nació para estar en tránsito.

Que me metan en la cárcel, por no poder pagar la hipoteca,por lo menos tengo alojamiento, comida y me puedo matricular en la UNED Y ahora es como si hubiera sido un drogadicto y un delincuente toda mi vida, quedando en la lista de los morosos .porque ahora qué me espera, ¿la calle?, es que yo me veía así y decía “Oh!”, es que piensas en matarte, te lo juro ¿eh? es que lo piensas.”
Yo no opte por el suicidio, ni tampoco ha acabado en la cárcel o en la calle. Expatriados con mi familia a Alemania , donde vivo con mi mujer y mis hijos , que trabajo como basurero en el Ayuntamiento de Wuppertal . España es una máquina de hacer indigentes.

la burbuja del pelotazo me explotó en la cara.
Comprando una vivienda en la época de bonanza y, ante las dificultades para pagarla, después de desahucio tras desahucio emigramos a Alemania. Porque nosotros somos 4 miembros familiares entre ellos dos menores , en España sobreVivíamos con 426€ Pues yo el día de mañana, pues quisiera tener una vivienda para la jubilación, misión imposible en España.

El racismo que se critica ferozmente es el de Mi lucha, Uno queda muy bien si en una conversación comenta indignado las masacres, el Holocausto, la esclavitud. Pero el otro racismo, el de todos los días, el de “los del sur de Europa son vagos, lentos, tontos, serviles, ladrones, sucios, ignorantes, salvajes, lascivos…”, el racismo doméstico de la señora y la asistenta, del empleador y el obrero, del conductor y el peatón, del guardia y el paseante
no se ve tan mal, no se critica.

Asco Hitler que quería exterminar, yo solo creo que los migrantes se deberían
quedar por allá en sus casitas en los árboles, con sus niños barrigudos y
negritos, con sus comidas extrañas, con sus piojos y sus bailes flamencos tipo gitanos decadentes, yo solo creo que este país se va a ir a la ruina si permite que esta gente siga  entrando…

Hay días malos en la diáspora y son malísimos, como si mil demonios se
hubieran completado en tu contra, como “del odio de Dios”. Esos días pienso si
en verdad vale la pena. Esta pena, grande como una iglesia, esta pena de saber
que todo lo que llena tu vida está lejos.
Mis sobrinos nietos hija de mi hermano tiene dos hijos , mi sobrina nieta Aprendió a hablar y yo no estaba, el sonido de su voz, de su primera voz, no lo conocí sino por teléfono. Me llama tío porque mi hermano le dice quién soy, pero en realidad no me conoce.

¿Llegará a quererme tanto como a su otros tíos que vive a cinco minutos de su
casa?

¿Vale la pena estar acá cuando es el día de la madre, el matrimonio de mi mejor
amigo, el clásico del Madrid Barcelona , Navidad, Año Nuevo?… ¿Vale la pena estar acá los
días en los que alguien te humilló, en los que recibiste un trato injusto, en los
que te mueres de miedo o de dolor o de ganas de volver a acurrucarte en los
brazos de tu hermana para que te diga que todo va a estar bien? ¿Vale maldita sea
la pena de todos los que sienten pena de estar lejos de ellos, todos los queridos?
No valen la pena los euros, no, esos no valen ninguna pena y tampoco por
mucho que compren compran el tiempo perdido.

La Emigración es un estado rudo, desafiante,castigador, te hace sentir vulnerable, desamparado, torpe, huérfano y hasta delincuente, pero el mundo es de todos y sobre todo mío y lo voy a explorar porque yo, José Mateos Mariscal Emigrante, defiendo con mi carne y mis huesos el derecho de la gente de vivir en el suelo que le dé la gana. Y a mí hoy me ha dado la gana vivir en Alemania.

Tienes más tiempo para hacer las cosas, tienes más tiempo para pensar, no tienes esa presión, aunque sigues teniendo la presión, porque sigues pensando en España y en conseguir currículum para volver a España.