(Francisco Javier Zambrana Durán – Plaza de España)

La pureza de los pasos sobre la alfombra roja tiñe con su desparpajo la retina de los asistentes. No necesitan flashes los cámaras, pues lo fotografiado brilla por sí solo. La atmósfera cubre una pintura magnífica, que recrea lo clásico, lo actual y lo futuro; lo complejo, lo elaborado y lo sencillo. La armonía de estos tres puntos cardinales hace de un simple desfile de moda una leyenda escrita sobre las telas más prestigiosas de la alta costura. Y no una cualquiera.

            Desfilan de menor a mayor, ya sea de edad o talla. Sin importar la belleza que exista dentro y fuera del cuerpo de cada una de las personas que danzan por la pasarela arreglada en la Plaza de España, centro de Alhaurín de la Torre. Se suceden los distintos estilos que son protagonistas en una noche en la que los focos alumbran la escena de la perfección llevada al extremo.

            Ana Alicia Ruiz es artífice de esta función. Su vocación, la alta costura, la ha llevado a convertirse en uno de los ejemplos de la ciudad de la Costa del Sol en este universo de la moda. Llevando la tradicionalidad por bandera y buscando a la vez la mayor de las innovaciones en cada uno de los momentos, ha destacado por sus habilidades dentro y fuera de la pasarela. Sin embargo, ante todo, en las gestiones realizadas en ella.

Modelo en el desfile de Alhaurín de este sábado. – Fuente: Francisco Zambrana – Diario Alhaurín.

            Para un adecuado funcionamiento de lo que tiene lugar en el desfile, es necesario poner a punto exactamente cada aspecto que tenga lugar en él. No falta detalle, y la planificación es exquisita, exactamente igual que lo que es exhibido. Se busca el más difícil de los matices y se le da forma para que sea parte de la recreación artística más pura y exacta de una verdadera reunión de modelos.

            Más de una decena de fotógrafos, situados en cada una de las zonas estratégicas, se hacen con las capturas de modelos que demuestran la mayor profesionalidad. Una mirada, un simple gesto, un guiño mueven los obturadores de un grupo llegado de toda Andalucía, de los cámaras especializados en esta disciplina. Nadie se arriesga a perder una sola captura, un solo disparo. Y es que, tal y como la organización conoce, todo lo no retratado, no puede ser contado.

            Es por ello por lo que cuando cae la más absoluta de las oscuridades sobre la parte central de la avenida, el espacio se queda pequeño para la multitud que observa, atónita, lo que allí acontece. Porque aquello va más allá, mucho más allá de lo convencional. Desafía los límites, rompe con lo establecido para crear una nueva base y reafirmarse en ella. Es puro. Es arte. Y, por ello, es digno de recibir todo elogio, todo calificativo que se encuentre a la altura de la costura más elevada.

            De la allí presentada.


Realizado por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).

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