(Jmm Caminero) Petr Ginz (Praga, 1928, Auschwitz, 1944) escribió lo que se ha titulado Diario de Praga, entre 1941-1942, además de varias obras literarias y docenas de pinturas y dibujos. Posiblemente un superdotado que la locura de la irracionalidad de su tiempo lo transformó en cenizas.

Fue deportado con su familia al campo de Terezin, allí organizó y dirigió una revista cultural, titulada Vedem. Escribió varias novelas que alguna se ha conservado y, al menos, parece ser unos cientos de dibujos que también algunos se han conservado, una copia facsímil de uno de ellos, un astronauta israelí lo llevó al transbordador. Petr Ginz se puede considerar que era un adolescente superdotado, ahora llamarían de altas capacidades que la sinrazón y la locura y la maldad humana, lo convirtió en ceniza y humo.

– El Holocausto, como otros grandes males a la humanidad, o grandes males que cada individuo sufre, lleva a plantear ¿cómo es que si Dios es Omnipotente en Amor-Sabiduría-Bondad permite el mal-maldad? A raíz de esta pregunta, en este contexto se han planteado docenas de subpreguntas y se ha conceptualizado de multitud de formas y maneras, ¿qué hacía Dios en Auschwitz? ¿Porqué mi único hijo ha fallecido en un accidente de tráfico por un conductor ebrio? ¿Cómo me he quedado huérfano yo y mis tres hermanos? ¿Cómo soportar esta grave enfermedad biológica o esta enfermedad social en forma de guerra¿…?

¿Pero también hay que preguntarse por qué si estaba en San Giovanni Rotondo? ¿Por qué si con la madre Esperanza de Jesús en Italia?

Tomás de Aquino, en la Summa, I, 25,6 planteó que Dios quiso crear un universo en vía, es decir, en evolución, diríamos hoy, en perfeccionamiento, es decir, todo el cosmos camina hacia un mayor grado de perfección, diría T. de Chardin.

Por otro lado, no somos esclavos, somos seres con una naturaleza libre, todos los días estamos seleccionando o escogiendo, una o diez o docenas de actos que muestran nuestra libertad, en mayor o menor grado, por tanto, vamos acumulando individual y colectivamente, bienes y males, hacemos bienes todos los días, hacemos males. Bienes pequeños que se van acumulando, males pequeños que se van acumulando, bienes y males individuales y colectivos que se van acumulando…

El ser humano radicalmente tiene que optar por el bien instrumental o el no-bien instrumental o de eficiencia o de una labor equis, pero también por el bien o el no-bien o mal moral, o incluso el bien espiritual o el mal espiritual.

Esta es su enorme responsabilidad y consecuencia, el ser humano cada día, tiene que buscar la verdad y el bien, la verdad y el bien en distintos sentidos, se pertenezca a un estrato social o, a otro, a una cultura o a otra… El ser humano es libre, tiene libertad, no libertad absoluta, pero si libertad condicionada, pero libertad. Y, este es el drama del ser humano y su gran tragedia y su gran fortuna, que somos libres.

– No somos conscientes, que casi todo tipo de mal, lleva emparejado otros tipos de males, no solo como consecuencias, sino como causas y motivos. Dicho de otro modo, en el caso de este niño adolescente, no solo se le erradicó como un árbol en plena florescencia su vida, sino que se le encerró en un guetto, se le anuló su derecho a ir a la escuela, de estar en su casa, en su pueblo, con sus amigos, etc. Que no se conculcaron en este caso, y en todos, un gran derecho como es el de la vida, sino docenas de derechos.

Derechos que bajo ninguna forma, ya en el sistema jurídico de su sociedad, en el sistema jurídico de su Estado, incluso siendo una no-democracia, en su sistema social de costumbres, en su sistema moral de su época no se podría hacer. Por ejemplo, “obligar a llevar una estrella de David, y además, muy grande y amarilla”. Eso  de la estrella, es la anulación de uno o varios derechos del ser humano, no ya solo ahora, sino en esa época.

Es cierto, que en el siglo veinte, hubo diversos genocidios, cuándo hablamos de éste y del que le tocó a este niño, tiene características especiales. Pero estamos hablando de la injusticia realizada a este adolescente en concreto, a este pueblo por ser descendiente de algún progenitor de una etnia o religión o raza o…, no sé que palabra utilizar, pero también, por extensión, especialmente a todos los genocidios del siglo veinte. Esperando al analizar, que al entrar en el vientre de la bestia, en definitiva del mal y de la maldad, seamos capaces de “intentar averiguar: pautas y modos y maneras y formas y conceptos”, para que esto no se vuelva a repetir.

Como el investigador médico que estudia la enfermedad biológica para intentar curarla, modestamente, el investigador social y cultural y filosófico que estudia esta enorme lacra y enfermedad sociopolítica para que no se vuelva a producir. Porque pasan las décadas, y no entendemos-comprendemos, al menos yo, como en el siglo veinte se pudieron producir estas hecatombes de campos de concentración o de exterminio y medidas similares, en media Eurasia, con banderas diferentes… Sistemas que proclamaban la libertad y la igualdad y la solidaridad y el progreso, pudiesen terminar en esta situación…

Para terminar, no sé si todo el mundo puede entrar en la lectura y la meditación de las dos o tres docenas de Diarios de niños y niñas del holocausto, pero desde luego, al menos, a uno y en uno debería bucear, para que al menos su memoria no se olvide. Este niño quién sabe si hubiese sido un nuevo Picasso o un Joyce, pero al menos, aunque no hubiese llegado a ese nivel de calidad, al menos, podría haber respirado el aire y pisado el suelo y haber tenido amores y desamores, quizás hoy sus nietos estarían a nuestro lado, pero esta locura de la irracionalidad sociopolítica, se lo llevó.

Mi modesto homenaje, a este niño, y a todos, del color que sean, de cualquier continente, que han quedado dormidos en la cuneta de la historia por cualquier bandera…

Terminemos con una frase de su diario: “[…] Dicen que tenemos que entregar, antes del 31 de diciembre, las armónicas, los termómetros, las máquina de fotografía…”. ¿Me pregunto, qué mente-conciencia-consciencia pudo idear-pensar-analizar y exigir requisar esos instrumentos, y con qué fin…? ¿Qué grado de maldad o de la perfección de la maldad…? ¡Paz y pan y bien…!

https://www.youtube.com/channel/UCP1qKD3iC1dhkOschAftOAQ  © jmm caminero (10 junio 2020 cr).

Fin artículo 2.140º: “Diario de Praga de Petr Ginz, un superdotado transformado en humo”.