La salud auditiva es una a las que, por regla general, y de no ser que se sufra de alguna patología que necesite de atención médica, se presta menos atención. Esto es un grave error, ya que una mala audición además de provocar problemas de tipo social puede ser síntoma de alguna patología oculta.

Cuando oír mal comienza a alterar los quehaceres más cotidianos, ya sea en el trabajo, en la calle o en casa quizás sea buena idea acudir a un centro auditivo de calidad para saber si es necesario reforzar este sentido y conocer los tipos de audífonos que pueden hacerlo.

Tipos de audífonos

Los audífonos, también conocidos como sonotones, se pueden clasificar en 3 tipos diferentes en función de su colocación: intrauricular, retroauricular y de ajuste abierto.

Hay otras maneras de clasificarlos, por ejemplo, dependiendo del grado de audición, pero esta es la que con mayor frecuencia se utiliza.

Audífonos intrauriculares o ITE

También conocidos como invisibles son los que van introducidos por completo en el conducto auditivo, por tanto, deben estar hechos a medida. Dotados de una tecnología muy avanzada son capaces de eliminar parte del ruido ambiente para permitir que la comunicación sea más clara y fluida.

Están recomendados para pérdidas auditivas bajas o medias, y estéticamente son los favoritos, sin embargo, requieren de buena destreza manual para manipularlos y que no siempre se tiene.

Audífonos retroauriculares o BTE

Este modelo, que se coloca detrás de la oreja, es el que más se usa en pérdidas auditivas importantes, de severas a graves, ya que presentan direccionalidad y una mayor potencia, aunque pierde un tanto en estética frente al ITE.

Una de las características que le hace muy versátil es que se adapta a los problemas de audición cambiante, esto es, cuando una persona no oye siempre igual y esto evita el tener que cambiarlo por otro.

Audífonos de adaptación abierta u Open Fit

Este modelo es un retroauricular, pero más pequeño que el BTE y con la característica de que el altavoz se introduce en el oído. Gracias a su tubo flexible es completamente adaptable al entorno y esto permite que el sonido resulte mucho más natural, aunque se elimine ruido de fondo.

Es más resistente y requiere de menos habilidad para utilizarlo. Algunos modelos son recargables, con lo cual no es preciso estar pendiente de la compra de pilas, y su autonomía es una de cualidades que hace de él el idóneo para personas que necesitan pasar mucho tiempo fuera de casa.

Con independencia del modelo, ya que dentro de estos tres tipos la gama se amplía, lo más necesario es ver cuál es el que se adapta bien a la anatomía y particularidades de cada uno para que no resulten incómodos.

Si no se conoce el tipo de audífono que mejor se adapta a tus necesidades es difícil que la audición mejore tanto como es de esperar. Por ello es imprescindible contar siempre con la prescripción de un audiólogo que determine cuál es el necesario y a partir de ahí elegir al gusto.