(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de Instituto de Málaga) Hay un asunto que como docente y como persona me cuestiono siempre, pero ahora durante esta grave crisis del covid- 19 me lo estoy cuestionando más que nunca y es el tema de ¿Qué significa el amor para los habitantes de nuestro país y del mundo y más en esta gran pandemia?

Pues bien desde mi punto de vista el amor es querer a los demás y no desear que les pase nada malo,  incluso a veces dar la vida por tus seres queridos y ¿Qué es lo que está ocurriendo en España y en muchos lugares del mundo ?

Pues que parece que el amor como yo lo entiendo, brilla por su ausencia y además se expresa lo contrario, un desprecio total por la salud propia y la del prójimo al no respetar las normas de seguridad.

Yo pienso muchas veces ¡Madre mía! No quiero contagiar a nadie y luego me paro y vuelvo a pensar: ¿Por qué hay personas que pasan egoístamente de todas las medidas de seguridad y se juegan su vida y la de otros seres queridos o de cualquier ser humano que esté a su lado en fiestas, viajes, lugares públicos o simplemente yendo a visitar a un anciano a una residencia sin haberse hecho las pruebas del covid?

Pues la conclusión a la que he llegado es que el amor es un aprendizaje desde pequeños y que cuando uno sufre una calamidad entiende el sufrimiento ajeno, pero parece que cuesta mucho trabajo, pues los hábitos actuales son los del egocentrismo, materialismo, la dolce vita y el carpe diem.

Todos o muchos de nosotros  queremos ser siempre jóvenes, tener más que el vecino y sentirnos apreciados por nuestro físico, nuestro intelecto o nuestras posesiones.

La realidad es que la felicidad no es lo que el ego te pide sino lo que tú siembras de amor, de cariño ,de afecto en los otros.

Eso es lo que recuerda un estudiante de su maestro :  que le dio apoyo, cariño, ayuda y afecto al fin y al cabo amor.

¿Podríamos plantearnos de verdad cual es nuestro objetivo en la vida? ¿Acumular cosas o dejar una semilla de  buen recuerdo y amor a nuestros seres queridos o personas que se nos cruzan en la vida ?

¿Podríamos pensar que la inacción es más grave que algunos delitos ?

Osea si veo a alguien en un lugar público sin protección y paso, estoy dejando que muchos se contagien , mi actitud personal es llamar al responsable o al cajero o al camarero e informarle , pues de esa acción pueden depender muchas vidas, un ejemplo ha sido un bar con tres contagios al lado de una residencia de ancianos y se han contagiado 52 abuelos y dos ya están en el cielo.

¿Eso es lo que yo quiero para mi vida para mí mundo para mí gente?

Nooooo, noooo y mil veces no.

Hago un ruego psicológico, fisiológico y espiritual a todos los que no respetan las medidas de seguridad :

«Por favor pensad que si  no respetáis las normas de seguridad el que lo paga puede ser tu hijo, tu madre, tu abuela, tu mejor amigo o quizás tú mismo.»

Tened conciencia y amor al prójimo y no sigáis por este camino los que lo hacéis, porque estáis contribuyendo a que las generaciones futuras se tengan que avergonzar de vosotr@s por haberles dejado una gran ruina mental, económica, social y en sus corazones.