(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de Instituto de Málaga) La creatividad lleva a los niños a utilizar su imaginación y sus ilusiones de una manera a veces increíble, nos encontramos con casos totalmente inesperados cuando fomentamos en el aula la creatividad de nuestro alumnado.

Es impresionante  la gran capacidad que tienen los humanos en edades tempranas para inventar todo tipo de cosas, historias y temas que pueden dejarnos en muchas ocasiones totalmente anonadados.

Muchas personas adultas pierden su capacidad de imaginación e inventiva con la edad.

Desde mi punto de vista como docente nunca deberíamos perder  nuestro potencial de creación, inventiva, ilusión e imaginación. Esa virtud de inocencia que tienen los niños y adolescentes son un gran ejemplo del por qué de nuestra existencia, no solamente desde el punto de vista educativo sino desde muchos aspectos en la vida de los seres humanos, la creatividad, la imaginación son los motores de la motivación para aprender y para tener ilusión en la vida.

Desafortunadamente muchas personas en edad adulta piensan que ya no es momento de utilizar su imaginación, su creatividad, su inventiva y¿ por qué no? a veces su locura, un poco de locura no viene mal en un mundo en el que el estrés, la ansiedad, las prisas y el materialismo son los dueños de nuestro destino, debemos pensar que la inocencia de un niño es completamente pura y ese estado de pureza lleva a lograr en multitud de ocasiones grandes creaciones qué ni siquiera el mejor artista en su día más inspirado tendría la posibilidad de lograr, ya que la inocencia implica total libertad, frescura y naturalidad.

Esa naturalidad por desgracia es la que perdemos muchos adultos al estar condicionados por aspectos sociales, normativos, políticos, económicos etc…

Por consiguiente tras esta disertación me gustaría insistir en profundidad en la apremiante  necesidad de fomentar en las escuelas la creatividad, la imaginación, la inventiva, las dosis de un poco de locura controlada por los adultos y por otro lado fomentar actitudes que conlleven creaciones qué con toda seguridad muchos profesores no esperan de su alumnado digamos qué aunque parezca complicado es necesario dejar fluir los pensamientos de nuestros estudiantes y a través de ellos lograr escenarios educativos absolutamente imprevisibles  y de muchas maneras totalmente constructivos y productivos.

Por lo tanto compañeros y compañeras profesionales de la educación utilicemos ese potencial infinito de imaginación que existe en las mentes y corazones de nuestros estudiantes de una forma positiva   enriquezca al resto de sus compañeros a ellos mismos y a nosotros como docentes y de paso de lugar a diálogos interesantísimos en el seno de sus hogares.