(Redacción) Decía mi Abuelo: «Chico, cada vez que se nos va alguien querido, una luz desde el cielo nos planta una flor….»

Hoy, tras varios días duros, apesadumbrado, hemos despedido a la amiga Vivi, hoy, tras varios días de no creernos lo ocurrido, de llorarla desde mi interior, le dijimos adiós, le dijimos que la recordaremos y le dijimos que la queremos, ¡Siempre!. Hoy, vi amigos, familiares, compañeros, autoridades con lágrimas en los ojos. Hoy, vi también que la vida puede ser injusta, por eso, Hoy y no más tarde, hay que seguir con el sentimiento y recuerdo de la persona que nos deja, más vivo que nunca. Hoy en mi Jardín existe una nueva luz, una nueva planta tal como decía mi Abuelo. Y es que a la buena de Vivi no le haría justicia una simple flor, ella se merecía algo más.

¡Un Árbol!, que crecerá entre nosotros para no olvidarla, para tenerla presente cada primavera, cuando florezca, cuando ese árbol germine sus frutos, cual sonrisa infinita de la amiga que se nos fue, y cada día, cada hoja, cada fruta, será una señal, un detalle de que sigue entre nosotros.

Sirvan estas líneas como acompañamiento en el pesar de la pérdida,  a todos los que tuvimos la suerte de tenerla de una u otra forma cerca nuestra, amig@s, en el Pádel, en el trabajo, muy especialmente a Juanma, a su Madre, a su Hermana…

Estoy seguro que no solo para ella, a sus compañeros y compañeras que también nos dejaron, tendrán una semilla en cada flor que nazca, cada año.

Vivi, este árbol es para ti, para tu recuerdo, para tus compañeros, esta es mi forma de recordarte, y siempre estarás en nuestros corazones y, desde hoy, en mi jardín.