(Antonio Serrano Santos) Una traducción directa del griego original, y transcripción, es un decir, al andaluz coloquial.Un humor sano, andaluz, que respeta la dignidad y veracidad del relato evangélico. Juan,” el discípulo amado”, el adolescente,nos va a contar, y yo lo transcribo, lo siguiente:

Jesús tenía que pasá por Samaria, camino de Galilea. Llegó a una ciudá, Sicar, juntito a la heredá que dio Jacob a su hijo José, pegaíto a la fuente de Jacó; bueno, eso de fuente e un desí, porque era un pozo. Jesús, fatigaito der to, de la caminata, que ya era er mediodía, se sentó al fresquito que salía der pozo. En esto que llega una mujé der pueblo; vamos, de Samaria, a sacá agua. Era una cita “programá”. Y es que tos estamo citaos, más tarde o más temprano. Está claro, porque nunca el encuentro de una persona con Dios es pura casualiá. Ya lo dijo Jesús: ” Ni la hoja de un árbol se mueve  sin la voluntad de Dios”. Miró de reojo al judío, joven y guapetón, y, como si na, haciéndose la longui, pero sin quitarle ojo, comensó a sacá agua con su cubo. Jesús, con mucha educasión, le dise:” Dame de beber”.¿ Tenía sed de verdad, que creo que sí,  y era, tambié, una manera de entablá conversasión? Porque sed, lo que se dise sed, sí que era la de la cruz, después de perdé tanta sangre, al desí: “ ¡Tengo sed!”. ¿ O tambié era otra forma de llamá la atensión, al mismo tiempo que la sentía? Porque ya había dicho: “Cuando Yo sea levantado en alto, atraeré  todo hacia mí”. Sería el sentro de atención de la Historia. Del amor y del odio.La samaritana, una mujé, le dio a bebé agua. En la cruz, unos hombres le dieron hiel y vinagre. Sus discípulos habían ido a la ciudá a comprá provisiones. Ella, luego que el judío calmó su sed,  le suelta, una mihita escamá:  ¿Pero, bueno, cómo tú, siendo un judío,me pides de beber, a mi, que soy una mujér, y samaritana? “ Porque los judíos y los samaritanos, siendo de la misma raza, se llevaban como los perros y los gatos. (Bueno, y para que se vea que esto no cambia, como los indepen y los no indepen,  o los forofos der Madrid y los der Barsa, los verdes y los moraos, los de  izquierda y los de  derecha, siendo toitos  der mismo pelo). Y se tenían tan mala leshe, que el insulto  más bonito era desí a uno : ¡ Eres un samaritano! A Jesús se lo endilgaron más de una vez. Ningún judío pasaba por allí, ni lo dejaban. Con desí que no quisieron resibí a los discípulos; y Juanillo, el adolescente,“el discípulo amado”,  le dise a su Maestro:  “¿Quieres que mandemos un rayo del cielo y los destruya?”   ¡Mira, el niñito! Vamos,como tenían podé pa expursá demonios se creían que podían dar matarile a to quisque.  Pues allí mismito, se coló el rabí judío.

Y sigue la cosa. ¡Cualquier cosa!: una mujé, tan ninguneá en esos lares, y samaritana. Pa qué. Un jodío judío, pensó para su caletre , ella, que no se cortaba por na. Er judío,  con media sonrisa, y fijando losojo,  en la samaritana, va y le dise, con un asento mu serio y amistoso: “ Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, tú le pedirías a él y él te daría a ti agua viva” (Agua viva es la que corre, como el manantial, no la que está remansá en un pozo). “Señor – dice ella- (¡ay, amiga, ya no dices el tú, judío; ahora es señor. Claro, si sacó a Dios. Ya no es un ligue el de este tío)  no tienes con qué sacar el agua y el pozo es profundo ¿ de dónde te viene esa agua viva? ¿ Es que tú eres más importante que nuestro padre Jacob que hizo este pozo y bebió él, sus hijos y sus rebaños?” Jesús deja pa despué lo de má importante. Y sigue su leción, más preocupao de ella que demostrá su importancia – El que beba de esta agua volverá a tener sed ( mientras desía esto, a la pobresilla se le ponían lo ojillos redondos como bolillas, y bebía las palabras del nasareno,  guapo que era el puñetero judío,)pero el que beba del agua que yo le dé- sigue él hablando como si no viera el embobamiento de la mujé) no tendrá sed jamás; porque el agua que le dé se hará en él una fuente que brota hasta vida eterna”.

Entregaita por completo, no pensó en otra agua que la que ella venía  a cogé. Y le dise, casi con las lágrima saltá, pensando en las fatiguitas que pasa cada ve que viene al dichoso pozo: – “ Señor, dame de esa agua para que no sienta sed  ni tenga que venir aquí a sacarla”. Vamos, como si el rabí fuera un vendedó charlatán, que, con su labia, vende a los panolis una engañifa. Le dise él: -“ Vete, llama a tu marido, y ven aquí.” – No tengo marido. Y se puso ma colorá que un tomate, al desí esto. Jesús le dise, sonriendo por la presiosa trampa que le hiso sacá los colores y una verdá oculta:”- Bien dices, porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido, en esto has dicho la verdad”. Purita psicología milagrosa: no le dise que es una mentirosa ni una fulana.Un poco de jabón, vamos, pa suavisá la cosa. (¡Que aprendan algunos curas confesando a la gente!) Ella se quedó flipando y se olvidó del agua, de la sed, y sacando su poquita fe, la que le queaba con tantos “yo tengo la verdad y tú no” de judíos y samaritanos, va y le plantea: -“ Veo que eres profeta (había adivinao su vida). Nuestros padres adoraron en este monte( el Garizín) y vosotros que en Jerusalén”. Como disiendo ¿ en qué quedamos? ¿ A quién hay que creer? Y, como no veía na claro, ella, que tonta no era ni una santa,vivía su vida.

¡ Ozú, ozú! ¡Pero si estamos hoy igual! Que si los protestante, losanglicano, los evangelistas, los católicos, losortodoxos…¡ Y es que no saben leé el evangelio con tantos siglos leyéndolo…!¡ Si está to má claro que el agua clara: “ Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Y punto.  El Profeta judío, pa más inri, va y le dise: – “Creeme, mujer,( el tono es cariñoso, nada paternalista, ni feminista), ha llegado la hora en que ni en este monte ni en Jesrusalén adorareis al Padre. Vosotros adorais lo que no conoceis( ¡toma del frasco, Carrasco!)nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos( si no quieres arroz, toma tres tazas, Catalina); pero ya llega la hora, y es ésta, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, pues esos son los adoradores que el Padre busca.Dios es espíritu, y los que le adoran han de adorarle en espíritu y en verdad”.

El que le daba esa lesión de teología, por muy profeta que fuera, y guapo, era, al fin, un jodío judío. Y, pensando,” pa ti la perra gorda”, le va a dar a entender, con valentía feminista, sin cortarse, y,  con cierto retintín,  que no es tan analfabeta, como parese, porque  en el fondo, tiene fe, pero que, hasta que no le aclaren las cosas, vive como muchos disen y cantan hoy: “ ¿ A quién le importa lo que yo haga? ¿ A quién le importa lo que yo diga?  ¡Nunca cambiaré!“ Yo sé – ya muy a la defensiva ella-    que el Mesías, el que se llama Cristo, está para venir, y que, cuando venga, nos hará saber todas las cosas”.  Y punto pelota. Y se acabó la discusión.Pero se le cayeron los palos del sombrajo cuando oyó lo que le dijo Jesús: -“ Soy Yo, el que habla contigo”. ¿Estás tan segura de que nunca cambiarás? Porque sí hay alguien al que sí” le importa lo que tú hagas, lo que tú digas”. En ese momento, llegan los disípulos y se quedan viendo visiones. ¿ Su Maestro ligando con una mujer, y samaritana? No se atrevían a preguntarle: ¿ qué hablas con ella? o  ¿qué deseas? Era mucho el respeto. Y, además, siempre tenía respuesta pa to, y con rasón. Dejó la mujé el cántaro; se fue a la ciudad y, engallitá, dijo a la gente: Venid a ver a un hombre que sabe mi vida. ¿No será el Mesías? Los samaritanos llegaron a él. Creyeron por la mujer, pero le dijeron: Creemos, no sólo por ti, sino vemos que éste es verdaderamente el salvador del mundo. Y se quedó con ellos dos días. El rabí judío, el Profeta, el Mesías. Para que luego digan sus paisanos, los judíos: “ ¡Tú eres un samaritano y estás endemoniado !”.