(Francisco Javier Zambrana Durán – Sede del PP de Málaga)
Y ocurrió. Ganó. Sin que nadie, o cada votante, lo esperara.
Cinco mil sesenta y cuatro votos. Veintidós más que el PSOE. Cuatro mil trescientos treinta y cuatro más que el pasado 26 de mayo. Primera fuerza del municipio, de aquel que coronó al PP y encumbró a VOX.
Una campaña nacional, que discute la rigurosidad de quienes escriben, que disputa la inmigración y el aborto. Que pone sobre la mesa los temas sobre los que no se habla, que son exclusivos. Pero que está llena. Llena de algo. Algo que ha convencido a más de una tercera parte del electorado. Y ha demostrado que lo municipal es distinto de lo nacional.
Un fenómeno, cuanto menos, digno de estudio.
Desde el Partido Popular no lo explican. No valoran aún el porqué. «Haremos los análisis el viernes en nuestra junta, porque no tenemos conclusiones«, comenta Elías Bendodo cerca de las doce de la noche en la sede de Avenida Andalucía. El momento de reflexión en el lugar donde debe realizarse. Solo se conoce que ha aumentado en todos los lugares. También que se ha llevado el voto de 4.493 ciudadanos que eligieron a Joaquín Villanova en los comicios del 26 de mayo. Más de la mitad.
Poco más.
VOX se dispara, con casi 1.600 votos más que el 28 de abril, se convierte en la primera elección de los alhaurinos. Demuestra que no es extrapolable lo que una persona piensa para su casa, para sus calles, para sus alrededores, con lo que quiere para el resto de sus millones de paisanos. En definitiva, que tienen el conocido como ´efecto máquina´.
El análisis político que puede realizarse sobre este auge parte de la premisa de que el votante alhaurino se encuentra dividido en dos opciones claramente diferenciadas. El Partido Popular y VOX representan al 46,40% de la población, mientras que el Partido Socialista y Podemos mantienen un 37,22%. Ciudadanos se sitúa como el 10,42% que desequilibra la balanza, y que viraría hacia la izquierda a causa de la situación de gobierno con mayoría absoluta durante más de dos décadas.
Esto provoca que, en una campaña como la vivida, en la que la indecisión es clara y el número de electores ha caído de nuevo, se tome una decisión distinta de la que se tomó a nivel local. En mayo, 3.664 personas votaron al PSOE, y 1.561 a ciudadanos. En las presentes elecciones, el bloque naranja ha sumado 2.097, y el socialista 5.042, demostrando una clara incongruencia en cuanto a la decisión del votante.
De esta forma, el partido de extrema derecha se afianza en su particular recta hacia el gobierno, y es ratificado por un electorado variado que, al menos en el municipio alhaurino, se acude a las urnas para votar a personas. No precisamente a ideas políticas.
Realizado por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).
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