(Francisco Javier Zambrana Durán – Alhaurín de la Torre)

La noche se tiñe de negro. Bajo la oscuridad que, gracias a las farolas, se refleja sobre las aceras del pueblo de Ahaurín de la Torre camina quien las historias narró. La figura embadurnada en champán desfila, cámara al hombro, cerca de uno de los flancos del Ayuntamiento. El sonido es tenue, es claro. A escasos metros, resuena permanentemente el grito de la multitud. ‘‘Máquina, máquina’’, truena. Paradójicamente, al ritmo al que los dioses hablan, las campanas de la iglesia rompen, brindan, toman su mejor versión y animan, con música ancestral, el momento de gloria de aquel que prometió brindarla. ‘‘Ganó’’, dicen. Ella. Sí. Ganó.

Joaquín Villanova volvió a reinar sobre Alhaurín, sobre su gente, sobre sus fieles, sobre su pueblo. El líder del Partido Popular, que prometió volver a ser electo alcalde tras más de 20 años como máximo representante del Ayuntamiento, no defraudó. Ni tampoco la ciudadanía a él. De los 17.054 votos, que supusieron el 58’20% de las participaciones, 8.769 fueron para el proyecto popular. Así lo decidió quien la potestad tiene, y así se hizo ver el día en el que quizá no ganó el resto, pero sí la democracia.

Joaquín celebra la victoria en la sede del Partido Popular (Calle Ermita). – Fuente: Francisco Javier Zambrana Durán.

‘‘Hemos hecho que la democracia haya subido de nivel’’, destacó Joaquín en el primer discurso con mayoría absoluta, tras haber alcanzado los 12 concejales que así lo avalan. Llegar a alcanzar casi el triple de votos que en las pasadas nacionales quizá signifique tornar la decisión del pueblo, o quizá confirme la paradoja de que el ganador del municipio es la persona, y no su equipo. A pesar de ello, Villanova no olvidó en sus palabras a su grupo de personas, los que le habían acompañado ‘‘desde el principio y a los que les debe estar aquí ahora’’.

Calle Ermita relucía ambiente de festejo, de bienestar, de día especial. Se había escrito otro capítulo más en la historia. En su larga historia. Sin embargo, la noche, apagada en el resto de zonas del municipio, no dejaba el mismo titular al pasar por los posibles festejos del resto de formaciones.

La Casa del Pueblo, sede del Partido Socialista, se había vestido de gala, pero no había sido invitada a la fiesta. Cerca del televisor se acuñaban quienes dan voz al partido en el Ayuntamiento. Atentos, quizá, a tener información sobre qué ocurría en otros puntos del país, porque lo de su zona era bien conocido. Cinco concejales y 3.664 votos no habían alcanzado lo esperado por su líder, Micaela García. ‘‘Estamos satisfechos por haber aumentado en votos y concejales’’, comentó al diario.

El PSOE se reúne en la Casa del Pueblo. – Fuente: Francisco Javier Zambrana Durán.

Una foto grupal fue el punto de unión y felicidad más próximo al vivido calles más abajo. ‘‘Siempre hay que respetar los resultados. Mis felicitaciones a Joaquín Villanova’’, remarcó Micaela.

La Avenida Isaac Peral era testigo de una mesa larga, compleja, repleta de grandes sensaciones mes atrás, pero no en la noche de un domingo cualquiera. Antonio Lara, concejal de Ciudadanos, atendía llamadas ante la atenta mirada de quienes le esperaban para ya, al fin, cenar pasadas las 10 de la noche. Al día siguiente había colegio, pero, ante todo, había que evaluar lo sucedido. ‘‘Felicito a Joaquín por haber sido elegido’’, puso en valor en sus primeras declaraciones a Diario Alhaurín.

Ciudadanos cena en Quest. – Fuente: Francisco Javier Zambrana Durán.

El clima en la cervecería del lugar era tranquilo, quizá esperanzador horas atrás, pero no en estos instantes. Dos concejales y 1.561 votos. Los rumores habían hecho mella en las decisiones. ‘‘Las urnas las considero soberanas’’, comentó Lara. ‘‘El pueblo ha hablado’’.

El eterno deseo de realizar un pacto que uniera a las tres fuerzas con mayor poder se convirtió, nuevamente, en utopía. Cerca del cuartel de Policía Local, la calle solitaria, propia de una noche donde la concentración se daba donde la victoria se vivía, Javier Caravias atendía a sus compañeros. Su polo de color rojo camuflaba su cansancio tras dos semanas de intensidad plena, de lucha por su proyecto. Su unión, Adelante Andalucía. ‘‘Felicito al PP por su justa victoria’’, agregó el concejal. ‘‘Y también a nuestro electorado, que es el mismo que hace cuatro años, por confiar en el proyecto’’. Los dos concejales y 1.490 votos justificaban sus declaraciones.

Adelante Alhaurín analiza sus resultados en la sede de IU. – Fuente: Francisco Javier Zambrana Durán.

Dos mesas, refrescos y algún que otro añadido formaron parte de la cena de evaluación, de la cena en la que los detalles se pondrían sobre la mesa. ‘‘Seguiremos luchando porque la democracia vuelva a Alhaurín de la Torre’’, cerró.

No era tarde, ni siquiera temprano. Tan solo era. Era, fue, y, tal vez, será Electores. Salir del Ayuntamiento no era su objetivo, ni siquiera estaba planteado. Los 606 votos cosechados, superados por VOX (730 votos), dejaban entrever la dura situación de la formación verde. ‘‘Agradezco a los cientos de votos y apoyos estos últimos años y felicito a los que han obtenido la confianza en nuestro pueblo’’, esgrimió Juan Mancebo, líder de la unión ecologista y animalista junto con Estela Martín.

Juan Mancebo comprueba los resultado en la sede de Electores. – Fuente: Francisco Javier Zambrana Durán.

El contraste más marcado de todos se dio en su sede, donde una mesa recogía las satisfacciones de quienes creían que el trabajo bien hecho podría dar resultado. ‘‘Vamos a seguir intentándolo, pero por un tiempo fuera del órgano municipal’’, especificó un Mancebo que no despegó sus ojos de la pantalla del ordenador, buscando algo que el pueblo había decidido que esa noche de domingo cualquiera no ocurriera.

La democracia había hecho acto de presencia, y había marcado las líneas de salida de la carrera más dura de todas, la de cuatro años más al frente de lo que evoluciona hasta convertirse en ciudad, gracias, sobre todo, a la labor de los que en los colegios lo habían hecho posible. La luz tenue seguía abriéndose paso por entre las farolas, dejando entrever el último resquicio, la última gota de análisis de lo que había sido la sorpresa. Aquella que iluminó rostros, corazones y futuros.

Finalización del escrutinio en IES Galileo. – Fuente: Francisco Javier Zambrana Durán.

El champán bañó a quienes creyeron, la comida sació a quienes lucharon, las letras ayudaron a quienes dieron voz, y las urnas hicieron justicia a quienes tienen el poder. Y es que, el 26 de mayo de 2019, ganó. Sí. Ella: nuestra democracia.


Crónica y entrevistas realizadas por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).

Fotografías de las formaciones políticas indicadas. – Todos los derechos reservados.