(Antonio Serrano Santos) Este artículo me ha parecido oportuno, con todo respeto a los que no piensan lo mismo, ahora que se está hablando de las “ actividades extraescolares obligatorias dentro del currículo escolar” y del “ pin parental”.  Al margen de extremismos,no va en contra de la igualdad que se pretende, sino solo en referencia a “ la educación sexual”, moral, etc., que parece querer imponerse sin tener en cuenta, o en contra, de la educación que, en esta materia, los padres reclaman como su derecho ya que sería, dicen, una moral del Estado, moral que no le compete.

El antiguo catecismo decía: “ El sexto mandamiento, no fornicar”. El séptimo, no hurtar”. El nuevo dice, más delicadamente : “ El sexto, no cometer actos impuros. El séptimo, no robar”. Hay un dicho popular, con ocasión de estos dos mandamientos, que, con graciosa ironía, dice: “ Si en el sexto no hay perdón y en el séptimo no hay rebaja, ya puede nuestro Señor llenar el cielo de paja”.

Y, a propósito de paja, con perdón por la vulgaridad de la expresión, hay ya un programa, en práctica, de la Junta de Andalucía, la anterior, y de Extremadura que enseña, por ahora, en teoría, con textos, dibujos, etc., toda clase de prácticas y artilugios sexuales, poniendo en el centro la masturbación. Programa, que, al publicar de nuevo este artículo, retocado, no sé si seguirá en vigor.

Justifican este programa como medio de prevenir embarazos no deseados, abortos, y destruir tabúes sexuales, etc. Todo lo que, dice, hipoteca el placer sexual lo hace inseguro, peligroso, por la posible transmisión de enfermedades sexuales,etc.

La masturbación, con todos sus sinónimos y connotaciones, merece un estudio serio, profundo, delicado, responsable, humano. Se presta a confusión. No es lo mismo masturbación que onanismo. Onan, personaje del Antiguo Testamento, derramaba el semen para evitar el embarazo; era como “ la marcha atrás”. En el mismo acto del coito. La masturbación, solipsismo, autoerotismo, vicio solitario, y otros nombres que se emplean de modo eufemístico o educado, son expresiones sinónimas junto con los nombres que le da el lenguaje coloquial, que no cito por su vulgaridad y por respeto a la sensibilidad de los lectores.

Voy a explicar por qué la masturbación es una perversión. Lo digo en el sentido etimológico de la palabra, no en el moral o religioso, pero que lleva una reflexión humana y racional. No se trata sólo de moral religiosa, a la que puede afectar, también, creando problemas de conciencia a los jóvenes, si se le da demasiada importancia y ninguna comprensión. Por lo que no es prudente ni educativo crear un problema moral, sobre todo en los adolescentes. Basta, con comprensión y bondad, sin castigos ni acritud, explicarles y hacerles comprender el verdadero sentido y finalidad de la sexualidad, en este problema, normalmente pasajero, menos en algunos casos aislados, patológicos, que se pueden dar en la masturbación.

“ Pervertere”, del latín, pervertir, que significa cambiar, trastocar un orden de cosas, desviar, por malicia o ignorancia. La finalidad de la masturbación es conseguir el placer sexual en soledad,generalmente, ( la masturbación mutua, es rara) sin coito y rápidamente. El placer por el placer. Convertir lo que es un medio en un fin.

Hay una enfermedad rara que consiste en la falta de paladar. Horrible. Comer como si fuera yeso o tierra. El placer, todo placer, está puesto como medio para un fin.. Lo dice la filosofía popular: “ Hay que comer para vivir y no vivir para comer”. No por razones religiosas, ni éticas, sino por pura razón natural, sentido común y hasta biológicas y psicológicas. El placer, de suyo, facilita y lleva a la realización de las relaciones humanas, como el amor en la pareja y la procreación de los hijos.¿Cómo podríamos alimentarnos, crecer y conservar nuestro organismo sin el placer en la comida?¿ Quién mantendría relaciones sexuales sin placer? Por lo que es un medio y no un fin.

La lujuria, la gula, son perversiones del placer. La masturbación es una perversión porque invierte, convierte el placer-medio en el placer-fin. Y, como toda perversión o trastorno de la naturaleza, perjudica, desorienta al que la practica, física y psiquicamente. Física, porque, entre otros efectos negativos, lleva, con frecuencia, y es criterio médico, a la eyaculación precoz, sobre todo si es demasiado frecuente; y psíquica, porque deja insatisfecho, con sentimiento de frustración, ya que lo que naturalmente satisface plenamente, es la penetración y el coito completo. Es una falacia y ridículo, en general, decir que produce ceguera, calvicie,etc.  Esto lo saben los sexólogos y lo experimentan los que se masturban. Es evidente que la naturaleza sigue y exige un orden. Todo acto ordenado que se repite se convierte en “ virtud”. Se dice de un artista, por ejemplo, que es un “ virtuoso” del piano porque tiene gran facilidad para tocarlo. Ha conseguido el hábito de tanto repetir los mismos actos de tocar. Así, todo acto desordenado que se repite se convierte en vicio. Y repetimos que no hablamos de religión ni moral. Se dice de un vicioso que lo es por tanto repetir los mismos actos desordenados y ya le es muy fácil hacerlo y muy difícil, si no imposible, evitarlos. Los drogadictos, los alcohólicos, los violentos, los maltratadores, son un ejemplo clarísimo que repiten, a veces, “ no lo voy a hacer más, necesito  una oportunidad…Como inciso humorístico, ese chiste de Mingote, que pone en su tumba, y es real: “ Lo siento, no lo volveré a hacer más”. La masturbación, como “ vicio”, cuando no se ha superado la etapa de la adolescencia en la que es frecuente la masturbación, esclaviza.

El sexo sin amor es inhumano. Es genitalidad, animalidad. Caso: la prostitución. El amor dignifica el sexo, lo humaniza. En la masturbación se prescinde del otro con el que está llamado a unirse, a completarse. Es un acto incompleto, no es natural. Se puede explicar, hasta disculpar, según las circunstancias personales, ambientales, sociales,etc., sobre todo, en los adolescentes. Pero no se puede, ni se debe, aconsejar, ni enseñar su teoría y mucho menos su práctica, sobre todo a los niños. La felicidad, la relativa felicidad de este mundo,consiste en compartir. Y la masturbación es un acto de egoísmo humano, lo más contrario al amor que exige, para su satisfacción plena, humana y realmente gratificante, a la pareja. Por eso la masturbación nunca produce la felicidad psicológica y física que procede del sexo en pareja, si hay amor. Es un error, por eso, y un daño gravísimo en la vida y psicología, sobre todo, en los jóvenes adolescentes.

El instinto sexual, el segundo en importancia después del de la conservación de la vida, condiciona la vida del hombre, a veces, hasta extremos que le priva o disminuye su libertad. Exactamente igual que, cuando para sobrevivir, o vivir, padece hambre, sed o medios absolutamente necesarios. Entonces, la responsabilidad, y hasta la ética o moral, o se anula o disminuye según los casos.  ¡Qué triste es el ejemplo de uno que dijo, y sería por falta de amor o de plena satisfacción sexual: “ Tengo ganas de que se vaya mi mujer para hacerme una paja”.