(J.M.A.) Desgraciadamente es mucho más frecuente de lo que se publica, que la Industria Farmacéutica se “acerque” a determinados médicos que están en una situación favorable a sus intereses para promocionar o introducir en el mercado un medicamento de reciente comercialización. Desgraciadamente también, algunos de estos “profesionales” aceptan a cambio de una contraprestación económica, habitualmente acorde con sus tragaderas.

El caso que motiva este artículo de opinión hace referencia a la reciente publicación de una noticia ( https://www.eldiario.es/sociedad/Plan-Vacunas-Andalucia-regularmente-farmaceuticas_0_923558220.html ) en la que se nos dice que el director del plan de vacunas de la Junta de Andaluíia, actualmente en manos del PP, ha recibido de determinadas empresas que comercializan vacunas, el equivalente al sueldo anual de 4 mileuristas. ¿Qué les parece?, ¿no se quedan pasmados?. Es decir, el “técnico” que decide que vacunas integrarán el calendario vacunal oficial de la Sanidad pública andaluza, para nuestros hijos y nietos, cobra de las empresas que comercializan esas vacunas. ¿Les ofrece garantías o les plantea dudas, miedo y desazón?. Además cobra del sistema público de Salud, no sé si por lo mismo, pero al menos si por el puesto que tiene en el Hospital Materno-infantil de Málaga. No es que se plantee la duda de un conflicto de intereses, o un conflicto ético y moral, sino que se plantea la pregunta de cómo un vasallo sirve a la vez a dos, tres, cuatro,…, señores al mismo tiempo y en el mismo tiempo, es decir, en un tiempo ya pagado por todos nosotros para que trabaje para la sanidad pública. Desde luego, a mi juicio, no es moral, pero ¿es legal, teniendo en cuenta además que este sujeto tiene exclusividad con el Servicio Andaluz de Salud?.

Desgraciadamente estas situaciones cuestionan la moralidad de los médicos, en este caso de los pediatras, la inmensa mayoría de ellos excelentes y honorables profesionales. Cuestiona también la idoneidad de calendarios vacúnales construidos de esa forma, y sobre todo cuestiona la profesionalidad, moralidad e idoneidad de personas como esta, que desafortunadamente, y sin salirnos del tema de las vacunas, no es único en España, ya que la Industria Farmacéutica elige a los individuos por el lugar y posición de influencia donde han sido colocados, para ejecutar su estrategia comercial.

Y a todo esto ¿que dice la consejería de salud, como decía antes en manos del PP al respecto?. Pues mientras la Consejería calla, el PP Andaluz que lo sustenta lo ve todo normal ( https://www.eldiario.es/andalucia/consejero-Salud-profesionalidad-Vacunacion-Andalucia_0_923907974.html ). Esta debe ser la manera en que el PP y los partidos que lo apoyan van a regenerar a Andalucía y a eliminar cualquier sospecha de corrupción. Pero, la oposición tampoco se queda atrás; la oposición mutis por el foro, ¿porqué será?.

Y el Colegio Oficial de Médicos ¿tampoco tiene nada que decir?, ¿ni siquiera a través de su comisión deontológica?. ¿Para que le sirve a la sociedad una institución que mira para otro lado en un tema tan grave como este?.

Pero hay más, ¿y la Asociación Española de Pediatria (AEP) o su filial regional, tampoco dicen nada?. ¿No va a defender a los pediatras?; ¿va a dejar que la sociedad pierda la confianza en el calendario vacunal que se les propone por “profesionales” en esta situación?.

Para mí, es un tema de tanta gravedad, que al margen de las posibles implicaciones legales que pueda conllevar, al margen de la reprobación enérgica a partidos políticos, colegios médicos y asociaciones profesionales, merece cuando menos el cese fulminante con deshonor del director del plan de vacunas Andaluz.