Los photocall surgieron como tendencia hace unos años en eventos del mundo del cine y de la moda. Consisten en un decorado de mayor o menor tamaño, donde aparecen los logos de las empresas patrocinadoras. Los invitados a un evento posan en ellos a la entrada para lucir su atuendo, pudiendo realizar de esta forma acciones publicitarias adicionales. Un fotógrafo profesional inmortaliza el momento del posado en el photocall y las fotografías aparecerán en prensa especializada, lo que supone publicidad para los patrocinadores del evento.

La idea del photocall es sencilla y divertida, además de rentable para las empresas. Por ello, no tardó en popularizarse y verse photocalls personalizados en bodas, reuniones especiales, y todo tipo de eventos publicitarios.

Un photocall personalizado, aunque un poco más costoso en principio, permite adaptarse al espacio disponible, a su uso en interior o en exterior e, incluso, puede reutilizarse para otros eventos que organice la misma empresa. Es una gran inversión en publicidad donde el marketing on line y la visibilidad off line se dan la mano.

Por un lado, todo el mundo desea posar y tener un recuerdo de su asistencia. Los asistentes o invitados acuden al lugar del photocall ( de ahí su nombre ) y ven los logos de las empresas patrocinadoras del evento. Pero después viene lo más interesante, y es que la gente comparte su foto en sus redes sociales. En el caso de influencers, el engagement puede ser realmente elevado.

Cuando entre los asistentes a un evento con photocall personalizado no hay influencers o microinfluencers, se puede conseguir también una buena difusión por las redes sociales con un incentivo. Un sorteo entre quienes compartan la imagen y etiqueten a alguna amistad, o un premio para quien consiga más likes.

Cuando se habla de compartir las imágenes de un photocall en la red automáticamente se nos viene a la cabeza la red social Instagram. Es la más apropiada, que no la única. Facebook y twitter también son perfectas para la difusión de este tipo de contenido, así como los blogs, personales o profesionales, dependiendo de la temática del evento que haya tenido lugar.

Desde hace cosa de año y medio, cada vez más empresas apuestan por photocalls divertidos y desenfadados para las presentaciones de sus nuevos productos. Las posibilidades son variadas, aunque tal vez la que más se repite es la que imita un marco de Instagram de cartón, donde los asistentes a la presentación tienden a hacerse fotos con poses divertidas, otras en grupo, con el marco inclinado… Es como si hubiera un concurso improvisado para ver quién logra aparecer en la foto más graciosa o la más creativa. El nombre de la empresa organizadora puede aparecer en el propio marco de cartón o en una lona de las del tipo de los primeros photocall al fondo.

Estas versiones minimalistas y divertidas de los photocall, que invitan a tomarse no una o dos fotografías, sino una importante cantidad, por motivos obvios serán muy visibles en las redes sociales. Las etiquetas y los hashtags se multiplican porque todos los asistentes desean ver sus fotos y las de los demás. La fiesta continúa en las redes sociales.