Con esta entrada, nuestro compañero y colaborador Jmm Caminero, alcanza el millar de publicaciones, que menos que dar nuestra enhorabuena.

(Jmm Caminero) Qué es la pintura, qué es un pintor, qué es un ser humano que dedica su actividad-ser-estar-tiempo-energía a poner trozos de color y de líneas en una superficie. Quizás en estos dos últimos siglos, entre muchos descubrimientos en el terreno de la realidad, externa e interna, se ha descubierto, que las artes, son como microscopios que quieren entrar en la carme-psique-alma de la humanidad. Bacón sería un ejemplo de ello. Por mucha eclosión que sea Bacon con su pintura, no es casi nada, comparado con la explosión de la bomba atómica, con los cientos de campos de exterminio que han existido en el mundo en el mismo siglo veinte. Bacon, en el fondo, es un testigo de dichos acontecimientos, hechos-datos-acontecimientos que él los convierte en arte-pintura.

Francis Bacon, Dublín, 1909, + Madrid, 1992. Fue un artista que puede ser considerado dentro del neoexpresionismo europeo, pero sintetizar en unas frases aspectos de su vida-obra es un intento colosal:

                        – Toda persona lleva-arrastra sus heridas-traumas internos-interiores-externos-exteriores, del pasado-presente. Y cada uno, intenta de algún modo, “racionalizarlos-conceptualizarlo-asimilarlos-vivir con ellos”.

Creo que en el caso de Bacon, el instrumento que utilizó, para poder vivir-existir con sus pesares-pensares-interiores fue la pintura.

                        – Se cumple en Bacon el axioma que en los círculos pictóricos internacionales, se indica-expresa, “un artista para llegar a ser grande, tiene que tener un mensaje-contenido estilo-forma original-nuevo-innovador, pero ser censado-seleccionado por una galería internacional importante, joven, para de ese modo tener suficiente tiempo-trayectoria para que las obras y el autor vayan madurando-amplificándose-extendiéndose.

Por lo cual, sin ser una crítica negativa, estamos ante este fenómeno, que desde finales del siglo diecinueve se va cumpliendo, casi irremediablemente, en el mundo del arte. Ya que el arte, se ha transformado no solo en un arte-saber y sus circunstancias, sino también, en un “producto financiero más”, dónde el dinero-inversión se cristaliza-materializa, y después, se puede volver dinero, con la plusvalía correspondiente.

No es una crítica negativa, ni positiva, es narrar un hecho. Que quizás los lectores, puede que conozcan o no, estén de acuerdo o en desacuerdo. De cien caballos que empiezan en una generación, ya seleccionados por docenas de intermediarios artísticos, al final, solo dos o tres terminan la carrera o ganando la carrera del tiempo y de varias generaciones. Los demás, o no salen o se van quedando por el camino, “van, en el argot artístico, que se vayan quedando o cayendo por el camino”. Sin contar con otros mil, que ni siquiera salen al principio de la carrera, aunque estén pululando toda su existencia por los paisajes de las artes.

– Aunque, no es del gusto del recolector de estas palabras, indicarlo, no cabe duda que sufría una dependencia-adicción al alcohol. Quizás en sus primeras etapas de su existencia, por diversidad de razones-motivos, arrastró una vida difícil por distintas ciudades de Europa. Vida que se ha aclarado algunos detalles, pero que quizás, al menos, para mi, quedan muchos puntos sin explicar-explicitar.

Indicamos este detalle porque es esencial, para su desarrollo posterior como artista, primero, la enorme influencia de Picasso, al asistir a una exposición, y en ese momento entrevió que podría ser artista-pintor. Después siempre le condicionó quizás de una forma esencial, que también explica el sentido trágico-doloroso-angustioso-sufriente de su pintura, su afición en demasía al alcohol, el parecer ser echado de su casa por su padre por cuestiones de identidad sexual, el andar diríamos por Europa 1927-1928 con ciertas dificultades….

Si entramos en las biografías de los grandes de la cultura del siglo veinte, todo el mundo silencia, esconde, oculta, tapa, consciente o inconscientemente, como varias docenas de los que luego fueron grandes pensadores-artistas-escritores-filósofos-diseñadores-etc., que estaban en edad de coger las armas, o que les obligasen a cogerlas, se escabulleron. Cómo fueron capaces de hacerlo en la primera y segunda guerra mundial e incluso de la incivil cruel guerra civil española…

                        – No podemos obviar, que en su etapa existencial, le tocó vivir, de una manera o de otra los aconteciéndoos de las dos guerras mundiales, la guerra fría, y todos los acontecimientos culturales-ideológicos que se produjeron en Europa y en el mundo.

El siglo veinte, y en parte el diecinueve, mirando hacia atrás fue una eclosión de cambios-movimientos en todos los sentidos, que se combinan históricos-sociales-culturales-ideológicos-científicos-tecnológicos-religiosos, y por tanto, todos se interrelacionan.

Muchos critican en demasía las pinturas de Bacon, por su tragedia, etc., pero olvidamos, que en dicho siglo, el ser humano llegó a ser consciente, que su fuerza-poder podría destruir el mundo, es decir, incluida la especie humana. Hecho que jamás en la historia que conozcamos se había producido. Lo critican como trágico, cuándo durante décadas, toda Europa y el mundo, vivió-existió con el temor de la propia autodestrucción, y tener sobre sus cabezas la “teoría de la disuasión nuclear”.

                        – Quizás Bacon, por razones anteriores indicadas y por otras, tenía un carácter autodestructivo, y quizás, eso lo reflejaba de alguna manera en sus pinturas. Quizás, en un siglo que había pasado dos guerras mundiales, la realidad de cientos de campos de concentración en el mundo, docenas de campos de exterminio, y se dice que entre 1914-1950 por unas razones y por otras en el mundo, murieron, entre setenta y cien millones de seres humanos de forma violenta. En una época así, la “pintura de Bacon”, diríamos que era el “reflejo exacto del alma del mundo”.

                        – Quizás Bacón nos enfrenta al silencio del ser humano, al profundo dolor del ser humano, quizás al estar encerrado en una inmanencia y no creer en una trascendencia, aunque pintase diferentes crucifixiones, y muchos cuadros inspirados en la temática religiosa tradicional de siglos, hasta dónde parece, el elemento religioso-espiritual-trascendental, o puramente trascendente, no está dentro de su mente, ni dentro de su pintura. Pinta el sufrimiento-angustia-pena-muerte humana, pero no tiene, parece ser, una “esperanza de esperanza, una esperanza de redención”. Y esto puede definir, parece ser, en parte su vida-existencia, en parte su obra-pintura, en parte su rutina-filosofía del pensar-existir-vivir o del vivir-existir-pensar.

Para resumir, ante tanta crítica negativa que se ha hecho a la pintura de Bacon, no debemos obviar-olvidar, que toda la pintura europea está llena de cruces-crucificados-crucifijos-gólgotas, ciertamente, con todos los estilos históricos, y posiblemente, con todas las tendencias-intenciones diferentes de cientos, si no miles de autores-artistas a lo largo del cabalgar de los siglos.

Con sosiego quizás usted deba acercarse a percibir-pensar la pintura de Bacon que puede decir, todavía algo, y creo que dirá algo durante siglos, al ser humano, al menos, mientras que sigamos siendo-estando de-en la misma pasta-carne-mente-alma.

            http://soliloquios.blogia.com      © jmm caminero (24 septiembre-10 noviembre 2017 cr).

Fin artículo 1.000º: “Francis Bacon, pintor de la carne y del alma”.