(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga) La empatía es una preciosa palabra que hace alusión a la capacidad que poseen los seres humanos para ponerse en el lugar o en la piel de otros seres humanos y comprender lo que sienten en ese momento tanto si es bueno como si es malo.

Yo como profesor, padre y educador durante muchos años, he tenido la necesidad y la obligación de desarrollar mucho la empatía para poder tratar con mis alumnos/as, compañeros/as padres y madres , hijo e hija y cualquier ser humano.

Pero esta capacidad o cualidad como se la quiera llamar , es desde mi personal creencia especialmente importante en la educación y en el desarrollo psicosocial de los niños/as y adolescentes.

Si la empatía se hubiera trabajado profundamente en las escuelas durante varios siglos ,según mi criterio ahora mismo habrían muchos menos delitos, guerras, conflictos políticos, religiosos e internacionales y mucha menos pobreza , miseria y desigualdades en nuestro planeta.

¿Y por qué me atrevo a hacer semejante afirmación?

Pues por una razón muy simple y bastante clara, si uno es capaz de sentir la frustración, tristeza y el dolor de los semejantes así como la alegría y los éxitos es mucho más capaz de realizar buenas acciones que beneficien a los demás y posiblemente a la sociedad en su conjunto.

Quizá si los grandes dictadores o políticos belicosos de la historia hubieran tenido en las escuelas y en sus casas una educación más empática, se habrían evitado muchas guerras y desastres mundialmente.

Educar para la comprensión y el conocimiento de los otros seres humanos es fundamental para generar sociedades con bondad y buenos sentimientos y también para generar individuos capaces de relacionarse increíblemente mejor con el resto de sus congéneres, aparte de tener mucho más éxito en sus relaciones interpersonales en diferentes ámbitos como son: el académico, el profesional, el personal , el familiar, el conyugal etc….

En definitiva la empatía en la educación es siempre un logro y además significa un reto que siempre estamos los docentes y los padres tratando de inculcar en nuestros alumnos/as e hijos/as.

Saber sentir lo que el otro siente es un acto de amor muy profundo de nuestros corazones.

Saber ponerte en las botas del otro va más allá de cualquier religión o creencia es la verdadera compasión, es la verdadera conexión con otro ser que es igual que tú mismo , siente y padece lo mismo que tú , es feliz o desgraciado según sus circunstancias y según su modo de vida y personalidad o acontecimientos que le ocurren.

Es conocer al otro como a ti mismo ,por lo tanto si tienes ese tesoro puedes evitar muchas luchas y guerras innecesarias , porque dentro de ti habita la voluntad de hacer el bien a los demás, de tener sentimientos buenos y altamente positivos y por consiguiente de ser una persona realizada y plena, porque el que comprende al otro se comprende así mismo y no cabe en su interior ninguna intención de hacer el mal a nadie todo lo contrario en él habitan dentro de sí deseos de ser bondadoso y de avanzar y evolucionar en positivo en el camino de la vida que tanto nos cuesta a veces, precisamente por la ausencia del tesoro tan grande que significa la empatía, la comprensión y la compasión sobre todo con los más necesitados.