(Francisco Javier Zambrana Durán – Alhaurín de la Torre)

»Sube a mediados de carrera y se coge un desnivel brutal, es algo increíble», comentaban algunos. »Yo hoy vengo a disfrutar, a pasar un buen rato», destacaban otros. Así es Jarapalos. Así es Alhaurín de la Torre, un lugar en el que nunca faltan aficionados para ninguno de los eventos que puedan acontecer en el municipio malagueño, y menos si se trata de una prueba deportiva.

Cientos de participantes se reunieron en esta Maratón Alpina de MTB que transcurriría por una distancia de 56 kilómetros. Desde jóvenes acompañados por sus familiares hasta veteranos del más alto nivel llenaron el cajón de salida previo a una prueba de gran recorrido. En su sexta edición, este MTB Jarapalos toma como referencia la popularidad del lugar en su prueba reina, el Maratón Alpino Jarapalos (42 kilómetros de Trail Running), aunque, eso sí, con la gran salvedad de que sus participantes acuden junto a sus queridos compañeros de dos ruedas.

La considerada como segunda prueba de la temporada de maratones del circuito provincial de Málaga, tras la celebrada el pasado fin de semana en Istán, se encontraba marcada a fuego en el calendario de todos los ciclistas de la localidad. La leyenda de la que tanto se ha hablado entre los aficionados de la Fuente de Jarapalos se mantiene viva, como una llama interminable que sigue haciendo brotar el fuego de los corazones de los deportistas para formar parte de cada edición.

Imagen de la salida de los primeros competidores.

Un recorrido de dureza

Nada más y nada menos que 56 kilómetros componen el track de la prueba. Durante los primeros 5 se circula con vehículos que abren y cierran el cajón de ciclistas. Sin embargo, a partir de este, el recorrido es libre. Un total de 1600 metros de desnivel acumulado son el total de la prueba, que alcanza su pico más alto a los 29 kilómetros, llegando a 939 metros sobre el nivel del mar.

La exigencia es máxima, ya que durante los kilómetros 25 y 29 se llega a un momento ciertamente complicado de la carrera en el que se asciende de manera ininterrumpida. Acto seguido, la bajada es prolongada hasta el kilómetro 40, donde se alternan varios tramos de ascenso y descenso hasta el final, el situado en el kilómetro 49 que deja paso a la bajada del 52.

Ambiente de compañerismo, ambiente de ciclismo

El ciclismo siempre se caracterizó por tener sus peculiaridades, sin embargo, si uno se coloca en la línea de salida de una prueba ciclista, se percatará de que sus participantes son compañeros los unos de los otros. Todos se ayudan se apoyan, se discuten sus tiempos, sus aspectos más interesantes sobre el día a día, o incluso se envidian por la marca de su amigo de dos ruedas.

Un grupo de ciclistas se saluda con un compañero antes de la salida.

Así se vive el compañerismo de un ciclismo que, tal vez, no se practica de manera tan profesional y deportiva a nivel popular como otras disciplinas, pero que sí deja tras de ella una imagen excepcional de respeto.


Imágenes tomadas por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).