(Francisco Javier Zambrana Durán – Gimnasio Rebel Pride Málaga

El malagueño David Er-Ramy, a sus 23 años, suma ya 11 temporadas practicando deportes de contacto. Lo que comenzó como una afición de un chico joven se ha terminado convirtiendo en su oficio, en su lucha diaria. Con una experiencia que lo ha llevado a combatir en múltiples zonas europeas, el apodado como ‘Golden Boy’ conoce a la perfección un mundo que muchos tachan de ‘‘bruto y salvaje’’.

La frase lapidaria de que ‘‘los deportes de contacto son para brutos’’ pocos la desechan. Desde que hace escasas décadas el reino de Urtain terminase en nuestro país y comenzasen a surgir los avisos de que los boxeadores podían morir en el cuadrilátero, el seguimiento a este tipo de disciplinas cambió totalmente. Actualmente, el panorama que existe es de contrariedad ante un deporte que en ocasiones incluso llega a ser excluido del gremio, sin importar que arte marcial se esté practicando.

‘‘Las personas que tienden a no abrir su mente en ese aspecto piensan que es violento, salvaje, medieval, y no tiene nada que ver con ello. Simplemente, lo veo como algo por lo que no todo el mundo estaría dispuesto a sacrificarse para hacerlo, para llegar a pelear’’, comenta Er-Ramy haciendo especial hincapié en lo estigmatizado que se encuentra en estos momentos. ‘‘La gente ve a dos tíos pegándose, ven espectáculo, ven sangre, y ya, pero quien realmente hace por prestar atención un poco a los detalles, se da cuenta de que no es solo eso, que es tan solo una parte. Para llegar a eso, tienes que tener respeto, sacrificio, etc., y eso hay que verlo’’, añade.

Ramy posa en las cuerdas del ring del gimnasio Rebel Pride. – Fuente: Francisco Zambrana – Diario Alhaurín.

Las máximas de una modalidad deportiva que contiene la mayor de las disciplinas son obviadas por el alarmismo social que trata de justificar sin conocer lo que hay detrás. ‘‘Es un deporte que engloba muchas cosas que se eclipsan por el pensamiento de la gente. Tiene mucha disciplina, compromiso, trabajo en equipo, inteligencia, respeto, y eso la gente no lo ve’’, destaca David. Símbolos como el respeto son tomados como pilares en gimnasios como ‘Rebel Pride’ en el que se practica este tipo de artes marciales. ‘‘Es un deporte que enseña demasiados valores y que se le podría inculcar muy bien a los niños. Es algo en el que el respeto es el fundamento’’, señala Ramy como profesor en múltiples ocasiones de chicas y chicos que acuden al gimnasio con afán de aprender.

Afortunadamente para quienes lo practican, no toda la sociedad lo condena, sino que gran parte de ella entiende que puede ser realizado sin necesidad de pelear contra nadie, sino por el simple hecho de conocer técnicas de defensa o hacer un deporte específico. La corriente de clases de defensa personal o de lucha frente al acoso escolar han dado pie a que viva un cierto auge en la provincia de Málaga. ‘‘Parece que la gente, gracias a muchos referentes, factores beneficiosos de este deporte y otros motivos, se anima más a probarlo. Veo que cada vez se apoya más el deporte de contacto; no como me gustaría, pero lo importante es el incremento’’, apunta con una mirada de esperanza David.

Sin embargo, pese a esa evolución, Andalucía se encuentra todavía a años luz del nivel que alcanzan otras ciudades españolas que dan más cabida a estas modalidades. ‘‘Bilbao es una locura, Barcelona otra, Madrid otra, Valencia otra, Las Palmas otra… Por desgracia, en esta zona va muy despacio, pero va’’, explica el entrevistado. La tradición sumada a la popularidad de otros deportes de contacto como las artes marciales en Barcelona, la lucha canaria y el boxeo en Madrid permiten que vivan un crecimiento exponencial que no encuentran en la comunidad andaluza quizá por falta de tradición o a causa del señalado estigma.


Realizado por: Francisco Javier Zambrana Durán (@neyfranzambrana/Francisco Zambrana).

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