La implementación de programas de educación online se ha acelerado a partir de 2020 debido al confinamiento causado por el COVID-19. Sin embargo, la instrucción por internet no es una cuestión tan reciente como podría pensarse, ni mucho menos una novedad surgida durante la era digital.
Al respecto, la publicación Historia de la educación en línea (2013) de la UTEL (México) arroja algunas luces sobre sus inicios. En América Latina, una de las instituciones pioneras fue la UNAM, pues en 1995 crearon un “centro de alta tecnología para la educación a distancia”. Ahora bien, el verdadero comienzo de la pedagogía no presencial se produjo a principios del siglo XX.
Un breve repaso a través de los orígenes de la educación online
Los primeros programas en radio y televisión
En 1919, un grupo de profesores de la Universidad de Wisconsin fundó la primera radio (con licencia) dedicada a emitir contenido educativo. Luego, en 1930, varios docentes de la Universidad de Iowa probaron utilizar la televisión un propósito idéntico. Aunque, no fue hasta los años 50 cuando en EE. UU. se reservaron las primeras frecuencias televisivas con fines exclusivamente pedagógicos.
La segunda mitad del siglo XX
Durante la década de 1950, comenzó una relación de retroalimentación permanente entre la creación audiovisual y la educación a distancia. Dicha “simbiosis” ha alcanzado cuotas impresionantes con los salones virtuales actuales y herramientas como los softwares de editor de video online.
Adicionalmente, para entender esta evolución es necesario mencionar algunos acontecimientos importantes, mencionados a continuación:
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1967: el establecimiento de la Corporación para la Transmisión Pública (CPB, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos.
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1982: año del “registro formal” del online learning (aprendizaje en línea). El Instituto de Ciencias de Comportamiento del Oeste, ubicado en La Jolla, California, instauró la Escuela de Manejo y Estudios Estratégicos. Allí se desarrolló el primer programa de educación a distancia durante una conferencia dirigida a ejecutivos de negocios.
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1989: la Universidad de Phoenix inició sus programas de educación a través de internet.
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1993: lanzamiento del primer explorador de internet, creado por la Universidad de Illinois.
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1998: se fundaron los primeros programas centrados exclusivamente en la educación online en las siguientes casas de estudio:
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Universidad de New York Online.
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La Universidad Virtual de California.
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Universidad Internacional Trident.
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Siglo XXI
Con la llegada del nuevo milenio, los números de inscritos en cursos universitarios online pasaron de 8 % del total en 2000, al 20 % en 2008. Finalmente, a partir de 2013 el crecimiento de la proporción de cursos y materias en línea pasó del 30 % al 50 % para finales de 2015.
La “nueva normalidad”: el salón de clases virtual
En 2021, las clases en vivo se efectúan a través de programas como GoToWebinar, Zoom, Google Classroom y Microsoft Team. Se trata de softwares (con sus respectivas aplicaciones móviles) ideados para emular la interacción de un salón de clases en un entorno virtual. De esta manera, los profesores pueden dictar sus materias y evaluar a sus estudiantes en tiempo real.
Asimismo, el requisito obvio para el e-learning es que tanto emisor como receptor deben contar con una buena conexión a internet. Por ello, esta modalidad de enseñanza es muy utilizada en los países industrializados. De igual forma, los virtual classrooms son comunes en naciones en vías de desarrollo que tienen buena velocidad de intercambio de datos.
La importancia de la edición de video en la educación online
El uso de las aplicaciones que facilitan la realización por internet de reuniones, conferencias y salones virtuales no es excluyente de la edición de videos. Al contrario, la edición audiovisual es un recurso muy apreciado dentro de las nuevas metodologías de educación, tanto presenciales como a distancia.
En este sentido, las estrategias pedagógicas están evolucionando desde un enfoque colectivista hacia un abordaje personalizado de la enseñanza. Es decir, gracias a las herramientas devenidas con la digitalización, los programas de enseñanza pueden ser adaptados a cada estudiante. En lugar de imponerle al alumno una planificación grupal, sin considerar sus capacidades particulares.
Educación disruptiva
La masificación del internet y de las plataformas sociales —YouTube, por ejemplo— han facilitado la difusión de material audiovisual educativo. En donde, obviamente, la edición de vídeos sigue ostentando un rol relevante y, en paralelo, es un recurso que propicia innovaciones metodológicas. Entre esas estrategias alternativas se encuentra la educación disruptiva.
Connotaciones
Es importante tener en cuenta lo siguiente: la definición de “educación disruptiva” es más utilizada en países angloparlantes y en naciones escandinavas que en el resto del mundo. De hecho, en América Latina la palabra “disruptivo(a)” dentro de la enseñanza es más asociada a estudiantes problemáticos o violentos, difíciles de manejar.
Esta percepción negativa del término es palpable en trabajos académicos recientes como el de Bernal (2020) y el de Expósito y Marsollier (2020). Igualmente, en la investigación Educación más allá del COVID-19 de Rieble-Aubourg y Vietri (2020) del Banco Interamericano de Desarrollo, “disruptivo” es un vocablo usado para describir situaciones de desigualdad social y deficiencias educativas.
La definición más reciente de educación disruptiva
A diferencia de los documentos indexados mencionados, la definición aportada por Iberdrola (2020) asocia “educación disruptiva” directamente con la evolución de los métodos de enseñanza. Específicamente, esta firma señala que las innovaciones educativas son imperativas para atender las exigencias de un mundo cada vez más hiperactivo e hiperconectado.
Por consiguiente, la educación disruptiva aparece como una opción efectiva para formar a los profesionales del demandante mundo digitalizado actual. Al respecto, Iberdrola aclara que, si bien “una disrupción es una interrupción o un quiebre repentino… la educación disruptiva es aquella que pretende romper con los modelos establecidos para optimizar los existentes”.
Las herramientas
Los desafíos de las metodologías para la enseñanza surgidos durante el siglo XXI deben afrontarse con el apoyo de las nuevas tecnologías. En concordancia, la planificación de programas de educación disruptiva emplea formatos muy vinculados a las siguientes herramientas:
Inteligencia Artificial (IA)
Permite el desarrollo de juegos didácticos, los cuales, captan mejor la atención de los estudiantes mientras permiten la comprensión efectiva de la información trasmitida. En añadidura, las herramientas de software libre también representan un apoyo para los profesores al momento de diseñar sus evaluaciones. Entre esos programas, se encuentran:
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Moodle.
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Caroline.
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Blender.
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Inkscape.
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Libre Office.
Cursos en línea
Los canales de los llamados “teachtubers” representan un complemento bastante accesible y muy útil para la educación gracias a sus cursos especializados. A su vez, muchos profesionales de la enseñanza han conseguido monetizar sus perfiles de YouTube mediante estrategias de SEO para el posicionamiento de sus contenidos.
Además, los avances en la edición audiovisual en línea han propiciado una sana competencia entre los teachtubers por presentar vídeos interactivos y de excelente calidad. En cualquier caso, el estudiante siempre es el ganador porque dispone de más alternativas para aprender de acuerdo a sus intereses.
Aprendizaje multidisciplinario
El aprendizaje en línea con educación disruptiva tiene un enfoque integral cuya finalidad es la formación de profesionales con una visión bastante amplia. Es decir, no importa si el curso contiene materias científicas, sociales o de negocios. El objetivo es la capacitación de personas competitivas y adaptadas al entorno laboral del siglo XXI.