Señala el diario El País el pasado 12 de Febrero, en un artículo titulado “El Tribunal de Cuentas desmonta la defensa de Barberá en el ‘caso Nóos” que  el Tribunal de Cuentas ha desmontado la defensa de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ante el caso Urdangarin. Barberá ha intentado mantener alejado el escándalo de los cerca de dos millones de euros que la fundación municipal Turismo Valencia Convention Bureau concedió al Instituto Nóos del yerno del Rey, sosteniendo que se trata de una entidad privada separada del Ayuntamiento, a pesar de que la preside su número dos, el vicealcalde Alfonso Grau. También se puede leer que: Acogiéndose a ese supuesto carácter privado, Barberá y su equipo de Gobierno han rechazado informar incluso de cuánto dinero municipal acabó en manos de Urdangarin y Torres.

El Tribunal de Cuentas señala en las conclusiones de su informe que las entidades “constituidas como fundaciones, bien con aportación dotacional mayoritaria de los entes locales y/o con representación mayoritaria de estos en sus patronatos y/o cuando las aportaciones posteriores a su constitución devengan esencialmente de subvenciones concedidas por las entidades locales participantes en esta, aunque dicha participación resulte minoritaria, debieran ser consideradas como parte del sector público local y, por tanto, con igual sujeción al control previsto para este”.

La Fundación de las Canteras fue durante varios años una fundación pública. De hecho tuvo que modificar el procedimiento de nombramiento de uno de los vocales para pasar a ser privada. Pero pongan Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre donde dice Ayuntamiento de Valencia. Pongan Joaquín Villanova donde dice Alfonso Grau y el resto idem. Falta de información, falta de control público, falta de transparencia. Así llegamos a la misma conclusión de siempre. Si algo se oculta a sabiendas es porque hay mucho que ocultar. Terminamos con una frase del auto de juez en el caso de Valencia. Los acuerdos de la fundación violaron de manera descarada los principios de concurrencia y publicidad para ser sustituidos por los del amiguismo y la oficiosidad”. Pues eso es lo que ocurre en Alahurín de la Torre Sr. Alcalde.