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El Ayuntamiento ha invertido cerca de medio millón de euros en esta nueva fase del proyecto para duplicar la capacidad de evacuación del agua de lluvia y evitar inundaciones y hundimientos. La calle Mirador de Bellavista ya está abierta tras los últimos trabajos de asfaltado y señalización

El Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre ha concluido las obras de una nueva fase dentro del proyecto de reparación y mejora de las infraestructuras de pluviales del arroyo Blanquillo, y que supone la prolongación del gran embovedado de hormigón armado que se ejecutó en su momento en el Parque Ferial para garantizar el correcto funcionamiento del sistema de recogida en un punto que concentra abundante agua torrencial en caso de lluvias fuertes.

 

La finalización de estos trabajos ha supuesto la reapertura al tráfico rodado de la calle Mirador de Bellavista, una vía clave en las comunicaciones del centro urbano, en su tramo entre la plaza de San Sebastián y el Parque Municipal. El año pasado culminó la primera etapa dentro de esta fase, que se desarrolló en la calle Mezquita y una parte de Mirador de Bellavista (la más cercana a la zona de la Feria), y esta misma semana ha terminado la segunda parte.

 

El Ayuntamiento pide disculpas por las molestias ocasionadas, pero recuerda que se trata de un proyecto complejo y muy importante para prevenir daños, inundaciones o hundimientos en caso de precipitaciones torrenciales como las que han tenido lugar en los últimos años. Las tareas se han acelerado y han permitido la reapertura unas semanas antes incluso de lo previsto.

 

La actuación obligó a ejecutar una gran zanja para la instalación de los tubos, que cuentan con unas dimensiones de 1.800 milímetros de diámetro y prácticamente duplican la capacidad de evacuación del agua pluvial respecto a la canalización anterior. La inversión ha rondado el medio millón de euros. El nuevo entubado reduce notablemente la velocidad del agua incluso en caso de lluvias fuertes. El arroyo Blanquillo atraviesa el casco urbano de Alhaurín de la Torre de sur a norte y su antiguo colector presentaba varias dificultades que hacían necesaria esta intervención por motivos de seguridad y eficiencia.

 

El tramo afectado ha sido de unos 140 metros longitudinales entre el parque y hasta aproximadamente la mitad de la cuesta de la calle Mirador de Bellavista. Tras la colocación de los tubos, el proyecto se remató con una nueva capa de rodadura con asfalto, y la correspondiente señalización horizontal y vertical. Además, se han recuperado una docena de plazas de estacionamiento en superficie.

 

Estas obras forman parte del programa de inversiones en infraestructuras hidráulicas y para mitigar los efectos del cambio climático que ha venido impulsando el equipo de gobierno que dirige Joaquín Villanova en los últimos ejercicios.

 

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