•Ahora, su insensibilidad medioambiental acaba con los pinos de la zona

Durante muchos años hemos podido observar cómo, día tras día, el muro del Polideportivo municipal de Cártama-Pueblo amenazaba con derrumbarse en cualquier momento, sin que el Equipo de gobierno municipal tomara cartas en el asunto.

Fué el pasado 26 de octubre cuando, a causa de las fuertes lluvias caídas en Cártama, dicho muró cayó al suelo, sin que, afortunadamente causara daños personales o materiales. Tan esperado fue el momento, por parte del equipo de gobierno municipal, que inmediatamente saltaron las declaraciones públicas y fotos para denunciar la mala gestión política de la Diputación de Málaga, a la que hacían responsable de lo ocurrido.

Es precisamente hasta el jueves día 22 de noviembre, es decir, a los 30 días naturales de estar el muro en el suelo para exposición de los ciudadanos -y por consiguiente los pinos “sin el muro”-, cuando el Equipo de Gobierno municipal, y más concretamente el concejal responsable de Vías y Obras, decide que la situación de estos árboles pone en peligro la seguridad de las personas. Y manos a la obra…. Ese mismo día se cortó el pino mas frondoso y, al día siguiente los cuatro restantes.

Desde el grupo popular de Cártama no podemos dar la espalda a tal tipo de decisión tomada por la “vía de la comodidad” y de la “brutalidad medioambiental” (muerto el perro, se acabó la rabia). El grupo popular cartameño quiere manifestar que, en ningún momento, y antes de la caída del muro, se habían tomado medidas de seguridad por parte del Ayuntamiento, acotando la zona de paso, por precaución. Pero es que, desde el primer instante en que el muro se derrumbó, el estado de dichos árboles ya era peligroso, y no se tomaron las correspondientes medidas de seguridad para evitar posibles desgracias. Nos referimos a diferentes actuaciones de urgencia como son la tala de los árboles, sus apuntalamientos, acotado del sentido de la vía rodada más cercana, etc. Es decir, una vez más triunfó “la dejadez”.

Creemos que se ha buscado el pretexto típico del “informe técnico” para justificar lo injustificable. El grupo popular cartameño considera que se podían haber buscado otras soluciones, tal vez más laboriosas, pero encaminadas a conseguir, desde el Ayuntamiento, predicar con el ejemplo, a la hora de acometer actuaciones medioambientales que no supongan la extinción de arboleda.

Pensamos que este tipo de árboles, por su antigüedad, por su buen estado, por su función como barrera acústica para la zona de descanso interior, por su función ecológica y de embellecimiento que cumplían donde estaban, no se merecían un final así, fruto de una decisión tan “a la ligera” y de tan “poca sensibilidad” con el medioambiente.