En el 2020 el coronavirus entró con fuerza en nuestras vidas, llevándose por delante la de más de tres millones de personas en todo el mundo. Su transmisión y virulencia puso en guardia a los investigadores, quienes dedicaron sus esfuerzos al desarrollo de la tan ansiada vacuna.

Pero, como suele ocurrir con estas cosas, no tuvimos que esperar mucho a que surgieran supuestas ‘curas milagrosas’. La que más llamó la atención fue la de Donald Trump, en agosto de ese mismo año cuando defendió que la adelfa cura esta enfermedad.

Y es que hablamos de un arbusto de hoja perenne que contiene oleandrina, una sustancia muy tóxica para los seres humanos. Un simple roce con la piel causa irritación y enrojecimiento; ingerida puede ser letal, no solo para nosotros, si no también para muchos otros animales como los perros.

¿Dónde está el veneno de la adelfa?

La adelfa es una planta muy utilizada en la decoración de los jardines. Es muy habitual encontrarla en las regiones cálidas y templadas, puesto que aunque puede soportar las heladas de hasta los diez grados bajo cero, tiene un mejor desarrollo si el clima es suave. Además, tiene una temporada de floración larga, que va desde la primavera hasta pasado el verano; y como sus flores rojas o blancas miden unos dos centímetros de ancho, contrastan muy bien con el verdor propio de los jardines.

Pero hay que tener mucho cuidado a la hora de manipularla, pues contiene oleandrina en todas sus partes; es decir, en las ramas, flores, frutos, semillas y sobre todo en las hojas. Ahora bien, al consumir la planta fresca, enseguida se nota una sensación de ardor que obliga a deshacerse de ella. Aunque si se consumiera seca, sí se notaría que es más palatable, por lo que es más sencillo intoxicarse de este modo.

¿Qué pasa si tocas una adelfa?

Si bien hay que conocerla bien para que no surjan problemas, también lo es no demonizar a la planta. Por tocarla no va a pasar absolutamente nada. La oleandrina está en el interior de la adelfa, no fuera. Solo si su savia entrase en contacto con la piel, esta se enrojecería e irritaría hasta el punto de convertirse en una dermatitis importante.

La situación sería muy distinta si se ingiriese. En este caso, los síntomas que aparecerían serían: aumento de la presión arterial, vómitos, diarreas, salivación excesiva y/o coma. Dependiendo de la persona y de su estado de salud, así como de la dosis ingerida y de si recibe o no atención médica urgente, también podría morir.

¿Cuál es la dosis letal de oleandrina?

Es necesario saber que la dosis tóxica de esta sustancia es del 0,005% del peso vivo en hojas. Pero dependiendo de cada caso, de cómo reaccione el cuerpo ante ella, de cómo se intente proteger o deshacer de la oleandrina, esta dosis puede ser letal, y no solo tóxica.

Por este motivo, es importante enseñar a los niños a que hay ciertas plantas, como la adelfa, que no se han de consumir bajo ningún concepto. Cuando se tengan que manipular, por ejemplo, a la hora de podarlas o trasplantarlas, se han de utilizar guantes de goma para proteger las manos.

¿Cómo cuidar la adelfa?

La adelfa es una planta muy agradecida. Si bien puede llegar a medir seis metros de altura, no es difícil tenerla como un arbusto de uno o dos metros, ya que tolera bien la poda. Esta se hace siempre con guantes, y a finales del invierno; aunque si en invierno no hay heladas o son muy débiles también se puede hacer en otoño.

Básicamente consiste en quitarle los chupones y las ramas que tengan mal aspecto, así como en recortar aquellas que hayan crecido más de lo deseado. Incluso se suele aprovechar para dejarle una sola rama, para convertirla en arbolito.

Crece sin problemas en casi cualquier suelo. Pero es necesario que tenga buen drenaje pues no le gusta demasiado el encharcamiento. Por ello, en tierras pesadas se recomienda hacer agujeros grandes para poder llenarlos con una mezcla de turba con perlita a partes iguales, y así conseguir que crezca mejor.

El riego es otro tema del que no hay que olvidarse. Se tiene la idea de que resiste muy bien la sequía, pero realmente no es así. En los veranos más calurosos necesitará unos dos riegos semanales, pues de lo contrario sus hojas amanecerán colgando de las ramas en cuanto menos se espere. El resto del año, o si llueve con regularidad, no habrá que regar tanto.

Se puede abonar, pero si está en el jardín no será necesario. En maceta en cambio es más necesario, ya que los nutrientes del sustrato se van agotando a medida que las raíces los van absorbiendo. Por eso, los abonos como el guano en forma líquida le permitirán seguir creciendo. Pero si estas salen por los agujeros de drenaje habrá que plantarla en una maceta más grande.

Por lo demás, no habrá que preocuparse por nada, porque la adelfa es una planta muy interesante. No cura el covid-19, pero no le hace falta: su belleza ha conquistado los jardines y patios de muchas partes del mundo.