La Costa del Sol tiene muchas cualidades que son públicas y notorias y que atraen cada año a millones de personas para disfrutar de sus encantos. En la parcela deportiva, el Unicaja de Málaga es el equipo de baloncesto por excelencia, con varias décadas en la máxima categoría nacional, y habiendo conquistado títulos no hace tantos años.
Desde hace algunos cursos, el cuadro malagueño se encuentra en tierra de nadie, únicamente luchando por la clasificación para la Copa del Rey y los playoffs por el título, pero sin muchas opciones de hacer algo grande, como sucedió en aquella competición del KO de 2005, unido a su única liga también conquistada en la temporada 2005-06.
El pasado curso, el subcampeonato en la Copa del Rey lleno de emoción y de esperanza a los aficionados malagueños de poder volver a rememorar éxitos pasados. Este hecho pareció un espejismo, puesto que este curso, se encuentra de nuevo luchando por la octava posición que daría acceso a la ansiada Copa, pero muy lejos de los primeros puestos.
Hace muy poco tiempo, el Unicaja Málaga estaba sin ninguna duda entre los cinco mejores equipos de España, pero esta tesitura ha cambiado. Tal y como señala la casa de apuestas deportivas Bwin hay varios equipos que han aumentado su nivel ostensiblemente y se han convertido en alternativa a las grandes, situándose incluso un escalón por encima del conjunto malagueño.
En lo que se refiere al plantel de este curso, Luis Casimiro cuenta con jugadores jóvenes llamados a dar muchas alegrías a la parroquia malagueña. En especial, Darío Brizuela, destaca por encima del resto, y tras su fichaje la pasada campaña procedente del Movistar Estudiantes, se espera que este curso se eche el equipo a las espaldas, como ya ha hecho en algunos partidos, para así poder cumplir con los objetivos marcados.
El base formado en el Ramiro de Maeztu es el presente y el futuro del baloncesto español, por lo que Unicaja de Málaga tiene suerte de contar con una de las perlas de la competición. A Brizuela se le deben unir jugadores contrastados como Carlos Suárez para dar ese paso definitivo en la entidad verde, y asegurar cada curso de forma holgada el acceso a las fases finales de las competiciones domésticas.
Cuando todo vuelva a la normalidad, el Martín Carpena debe ser ese fortín que llevaba a los suyos en volandas hacia las victorias. Hasta que ese momento llegue, los jugadores y el cuerpo técnico deben buscar esa regularidad que les otorgue muchas más posibilidades de volver por los fueros del triunfo absoluto, ya que 15 años son demasiados sin levantar un trofeo, para una entidad histórica como el Unicaja de Málaga.