(Por Jmm Caminero) Todo el mundo se tiene que preguntar, si la mentira, un mandato de Moisés, “No mentirás” se está adueñando cada vez más de los corazones en todos los ámbitos de la sociedad.
Cada uno, se tiene que preguntar si cada vez más, en su propio corazón y en su propio existir, quizás, debido a mil razones o motivos o causas y fines y realidades y metas, cada vez más se está adueñando de cada ser humano: más y más la mentira, el error-mentira, la mentira-manipulación, la mentira-medio verdad, la mentira-medio error. Unos, por motivos sociales, otros culturales, aquellos ideológicos, estos económicos, los de al lado políticos, etc. La mentira se está utilizando más y más como instrumento en la vida personal, individual, colectiva, grupal, social, política, etc.
Cada uno, se debe plantear, seria y profundamente, si cada vez más deja que su corazón se vaya llenando de mentiras. No todo serán mentiras, muchas ideas serán erróneas o defectuosas por una razón o por otra, otras, quizás, la mayoría son verdaderas en mayor o menor grado. Pero uno, uno se tiene que decir a sí mismo, se está llevando o entrando en un pozo, un poco en el cual, hay más mentiras y más errores, porque le interesa creer en las mentiras y en los errores, sabiendo que son errores, y, así mismo se dice mentiras así mismos, se acostumbra a las propias mentiras en tal campo o en el otro. Así mismo se miente. Es una pregunta dura y redura, dura y muy dura. Pero hay que hacérsela. Si justifica ante sí mismo, conceptos e ideas y hechos y actos de sí mismo, y, de otros, que sabe en el fondo que son errores, que son mentiras, que son engaños, que son manipulaciones, que son maldades, en mayor o menor grado. Por intereses o causas que pueden tener mil rostros-razones….
Y, si uno, se miente a sí mismo, ya es más fácil mentir a los otros, cercanos o lejanos, pocos o muchos, según el poder o la capacidad de eco o altavoz que como individuo disponga. Imagínense ustedes, este escribiente, modesto polígrafo, si ante un tema equis, no es que esté equivocado o esté en el error, sin que sea consciente, sin quererlo, sin buscarlo, sin desearlo. Sino que en una idea o tema o cuestión, sabe que está en un error y lo expresa, o sabe que sobre ese tema o cuestión la realidad-verdad-veracidad es otra fórmula o expresión o definición, pero escribe, cambiando aspectos, amplificando alguna realidad, algún detalle, alguna situación, y, expreso un error-mentira, que soy consciente que es una mentira-manipulación-engaño. Aumento o reduzco la verdad o el error o la mentira o el engaño o la manipulación o… por los intereses que tenga, que pueden ser de muchos grados y formas…
Imagínense que yo, escribiente, expreso una mentira, imaginen que tengo cien lectores/as de este texto-artículo. Y, al menos un cuarto aceptan como verdad, ese enunciado-definición-descripción que es una mentira-error, y, yo como polígrafo lo sé, que es un error. Pues estoy influyendo y haciendo un mal a veinticinco personas, porque no es solo que me equivoque, que habrá miles de errores en los escritos personales, sino que me equivoco sabiendo que está equivocado… Expreso una descripción en parte, sabiendo que es un error, estoy enviando a otras personas ideas-huevos-tortillas en mal estado… Es más, de tanto creerme que es una mentira, ya creo que es una verdad… ya mismo me he engañado completa y total e íntegramente en ese tema o cuestión… -pero pueden existir otras decenas o cientos de errores, también no-errores-. Cada uno arrastra sobre sus espaldas, mochilas de aciertos-verdades, y de errores-mentiras… Cada uno debe examinarse ante el espejo de su conciencia y consciencia y alma y mente y moral…
Cada persona, cada persona, da lo mismo su estatura-estatus-status social o político o económico o cultural o ideológico o religioso que tenga. Cada persona mirándose al espejo de su interior, tiene que preguntarse, cuántas mentiras-errores-manipulaciones se dice y se dicta a sí mismo, cuántas dice a los demás, cuántas por un interés o por otro. Cuántas… Una vez, alguien decía, las hipotecas lleva a muchas personas a decir muchas media-verdades, muchas medio-mentiras, muchas medio-errores. Otro le contestaba: y, las pasiones desbocadas, los instintos desarmonizados, las emociones desequilibradas aún más… Todo puede mejorar, todo puede empeorar, algunas cosas pueden mejorar, otras pueden empeorar…
Todo ser humano, tiene derecho a defender sus puntos de vista, todo sujeto-colectivo-grupal-ideológico también. Pero todo ser humano individual o colectivo-grupo, ideológico o cultural o político o metafísico o social o económico, no puede mentir. Puede equivocarse, puede defender sus intereses legítimos y legales y morales. Pero no se puede jugar al futbol, si todo el mundo se salta las reglas. Alguien concibe que se pudiera jugar al futbol, baloncesto, balonmano si todos los componentes de los equipos mintieran. El deporte desaparecería.
Si continuamos mintiendo, aumentando la mentira, utilizando la mentira como un arma de la vida real, en todos los ámbitos, cada uno en el suyo. El deporte de la vida se terminará, así de sencillo. Porque usted me engañará y me mentirá en el pan que me vende, yo le engañaré en los textos que escribo, el que tiene poder máximo en cada sociedad me mentirá en tal o cual tema, y, al final, las reglas del deporte de la vida se destruirán. Y, al final, la vida humana se destruirá, o, al menos nos produciremos enormes sufrimientos y pérdidas y angustias y penas y desalientos y tristezas sin necesidad. Porque no hay deporte que se pueda jugar sin reglas, sin seguir las reglas, sin ser verdaderos-verídicos en las reglas.
El deporte de la vida no se puede jugar sin reglas, y, las reglas es expresar la verdad o las verdades, bastante con los errores sin darnos cuenta. Aviso para caminantes… Paz y bien.
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (29 agosto 2025 cr).
Fin artículo 5.079º: “Mentira y vida, mentira y política”.