Uno de los procesos más difíciles en la vida de una persona es enfrentarse a un divorcio o separación de pareja, más aún si se tienen hijos en común. Cada vez más parejas que deciden romper el lazo afectivo que les unía, solicitan una custodia compartida. ¿De qué trata este término legal? ¿Cómo influye en la estabilidad emocional de los hijos?
La custodia compartida como opción tras una separación de pareja
Cuando se otorga una custodia compartida, ambos padres tienen iguales derechos y responsabilidades con los hijos producto de su relación. Esto implica que los dos progenitores tendrán tiempo equitativo para convivir con los menores. Un abogado de custodia compartida en Málaga, Francisco Luis López León, asegura que, si bien hay casos en los que no procede esta forma de custodia, parece ser un régimen de gran beneficio para las partes.
El Abogado especialista en derecho de Familia en Málaga, experto en divorcios y custodia compartida es quien asesorará sobre este tipo de casos, tratando de conseguir el mejor resultado tanto para los padres como para los hijos. Por supuesto, el interés del menor es el que primará, asegurándose que se le pueda proveer de la atención, el cuidado y amor que por derecho les corresponde.
Para que se otorgue este tipo de custodia es imprescindible que ambos padres tengan la motivación de participar activamente en la crianza de los hijos.
También se considerará si los progenitores cuentan con el tiempo para desempeñar una custodia compartida, lo que implica mucho más que tener una vivienda donde puedan recibir a los niños. Se requiere una estabilidad económica óptima, que ambos padres vivan en zonas que faciliten el acceso a la educación, y que para ir de una vivienda a otra no haya que realizar un largo viaje.
¿Qué impacto tiene la custodia compartida en los hijos?
Toda separación de pareja tiene consecuencias en la vida de los hijos. Con el fin de minimizar los efectos traumáticos que puedan suscitar en los menores, la custodia compartida es una opción.
Un aspecto positivo de esta clase de custodia es que no se rompe el vínculo de hijos con los padres, por lo que la convivencia es mucho más natural. Ambos padres pueden ofrecer cuidados de forma equitativa, lo que permite una buena relación con sus hijos. Disminuyen los sentimientos de culpa del menor, pues no se sienten obligados a tomar partido por ninguno de los progenitores.
La distribución equitativa de los derechos y obligaciones permite una relación más armónica entre los padres, y se fomenta la igualdad de género.
Por supuesto, no todo es color de rosas cuando se trata de este tipo de régimen de custodia. En caso de no haber diálogo abierto entre las partes, los problemas se perpetúan. Pueden surgir situaciones que obstaculicen el sano desarrollo de los niños, puede haber conflicto en la adaptación a los ambientes, sin contar con las dificultades que puedan presentarse para los progenitores.
Elegir esta forma de custodia debe hacerse después de una asesoría legal que confirme que las circunstancias familiares están prestas para este tipo de régimen. Si es así, un abogado podrá lograr un resultado óptimo para ambas partes