Un interno de 84 años, que se encontraba en prisión preventiva acusado del presunto homicidio de su esposa en Marbella, falleció este sábado en la enfermería del Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre, según confirmaron fuentes penitenciarias. El suceso se produjo mientras el recluso se encontraba comiendo y comenzó a sentirse indispuesto.

Intentos de reanimación sin éxito

Tras detectarse su mal estado, el hombre fue trasladado de inmediato a la sala de observación del centro, donde el personal sanitario y los funcionarios de prisiones intentaron reanimarlo, sin que fuera posible salvarle la vida. El fallecimiento tuvo lugar poco después, pese a las maniobras de urgencia realizadas por los trabajadores del establecimiento penitenciario.

Denuncia sindical por falta de asistencia médica

El sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) ha denunciado públicamente la ausencia de un médico en el momento del suceso, una carencia que, según la organización, se repite de forma habitual en numerosos centros penitenciarios del país.
La agrupación sindical advierte de que la falta de cobertura médica estable en las prisiones españolas “supone un grave riesgo tanto para los internos como para los propios funcionarios”, que en muchas ocasiones deben afrontar emergencias médicas sin contar con los medios ni el personal necesarios.

Desde TAMPM insisten en que esta situación responde a “una deficiencia estructural prolongada” y a la “falta de respuesta” por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que, según el sindicato, no ha implementado medidas eficaces para garantizar la atención sanitaria en los centros de reclusión.

Antecedentes judiciales del fallecido

El recluso había sido detenido el pasado 3 de octubre por su presunta implicación en la muerte de su esposa, de 83 años, en la zona de Elviria-Las Chapas (Marbella). La víctima fue hallada sin vida en la vía pública, con heridas provocadas por arma blanca, después de que la Policía Nacional recibiera un aviso de emergencia.
El hombre fue arrestado poco después y puesto a disposición judicial, que decretó su ingreso en prisión preventiva. Según fuentes policiales, no existían denuncias previas ni antecedentes de violencia de género en la pareja.

El caso continúa bajo investigación judicial. Mientras tanto, el fallecimiento del interno ha reavivado el debate sobre las condiciones sanitarias y asistenciales en los centros penitenciarios españoles, una cuestión que los sindicatos del sector llevan años denunciando como “una situación de abandono institucional”.