H(Elizabeth Santángelo) Las expectativas que tiene cada uno respecto a mantener una buena salud, es lo que anhelamos demostrar cotidianamente. Hay muchas personas que tienen un miedo latente a la muerte.

Es el temor a ella lo que hace que uno recurra a la medicina como prevención, encontrando una respuesta rápida a la salud y al bienestar.

Por otro lado, ecografías, radiografías, tomografías y demás procedimientos para lograr imágenes del cuerpo, acarrean otro inconveniente como el riesgo por la radiación.

(ver: http://www.juventudybelleza.com/2010/05/cuando-la-medicina-convencional-es-un.html).

Actualmente hay infinidad de factores a tener en cuenta para el cuidado del cuerpo y de la mente.

Juan Gérvas, doctor en medicina, y ex profesor de las universidades de Valladolid, Autónoma de Madrid y Johns Hopkins, nos advierte acerca de los peligros de la medicina preventiva: «los ricos mueren por exceso de atención médica».

Los daños de la prevención se perciben a largo plazo, por ejemplo la terapia hormonal sustitutiva para eliminar los síntomas de la menopausia, utilizada por millones de mujeres, provoca infartos, embolias y cáncer de mama (55.000 nuevos casos en el Reino Unido).

(ver: http://www.connexionsvitals.com/?q=es/blog/2013/02/07/los-ricos-mueren-por-exceso-de-atenci%C3%B3n-m%C3%A9dica).

¿Hay opciones a tener en cuenta?

Una búsqueda permanente del ser hace que entendamos quiénes somos, para qué estamos y cuál es el propósito de nuestra vida.
La espiritualidad se entiende como la búsqueda individual del ser; de esa manera podemos identificarnos con nuestro origen verdadero y así encontrar respuestas más allá de lo que percibimos con los sentidos. Es buscar adentro lo que esperamos encontrar afuera.

La pionera en la conexión Mente-Cuerpo y defensora del tratamiento mental, Mary Baker Eddy, pregunta: «¿Qué soy yo?» y responde: «Yo soy capaz de impartir verdad, salud y felicidad y ésta es mi roca de salvación y la razón de mi existencia».

Entiendo que esa es nuestra misión y propósito: impartir lo bueno, defender la salud y ponernos del lado de la Vida.
Si deseamos estar sanos, pensar en términos de salud y no de enfermedad, es una alternativa inteligente.

Es muy bueno apreciar que cada vez más los médicos escuchan con atención a sus pacientes, los comprenden y les demuestran que están ahí para ayudarlos a sanar, más que recurrir al recetario impulsivamente y no saber bien a quién tienen delante.

Y este es el mejor preventivo para mejorar la calidad de vida, sea cual sea la dificultad: escuchar, comprender, acompañar.
Quizás hoy sea una buena oportunidad para experimentar una nueva alternativa.

Si necesitamos un cambio, promovámoslo desde una plataforma espiritual, sintiéndonos parte de un Todo que está disponible para que vivamos sanos y no temamos ni a la enfermedad ni a la muerte.

El tratamiento específico que podemos darnos a nosotros mismos, es conocer qué pensamientos están necesitando atención, tal vez no solo vencer el miedo, sino también la falta de confianza, la inseguridad, el desaliento o bien la aceptación de que nuestro caso sea incurable.
«La vida te será más clara que el mediodía. Aunque oscureciere, será como la mañana», alienta un versículo bíblico.

Podemos resurgir de las cenizas de la desesperanza y remontarnos como el Ave Fenix, sobrevolando las experiencias difíciles y transformándolas en oportunidades únicas que llevan a vivir más plenamente, desprendiéndonos de aquellos temores que nos esclavizan y limitan, y aproximándonos a la curación permanente.

Elizabeth Santángelo es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Argentina.
Contacto: Argentina@compub.org