(PDSS) El incendio que el otro día quemó cerca de dos hectáreas entre la cantera ilegal de Pinos y la urbanización Pinos de Alhaurín, generó un despliegue de medios enorme (tres helicópteros de transporte y extinción, dos pesados, un avión de carga en tierra y otro de coordinación, tres camiones autobombas, cinco grupos de especialistas, dos brigadas, dos agentes de Medio Ambiente, técnicos de operaciones y una Unidad Médica) que contrastó grandemente con la escasa repercusión mediática que tuvo. A la PDSS le consta que algunos de los muchos agentes de policía que se desplazaron a la zona durante los hechos, comentaron a los vecinos que se acercaban a interesarse por lo que pasaba que, además de la cercanía a las viviendas, la proximidad de las canteras preocupaba por la posibilidad de que almacenaran explosivos y que el fuego los alcanzara generando una explosión descomunal. Nada hemos leído después sobre esto ni sobre las causas del incendio. De hecho no hemos leído prácticamente nada al respecto.
En la lista de argumentos que la PDSS ha aducido a lo largo de estos años, está la norma que “impide” que actividades catalogadas como peligrosas (como las explotaciones mineras salvajes a cielo abierto) estén a menos de 2 km de zonas urbanas. Las normativas no suelen ser gratuitas. La imagen adjunta, publicada por la PDSS hace ya unos años, muestra sobre una foto de Google Earth la línea de 2km de distancia desde las canteras y no requiere comentarios.
No nos dirán si las canteras almacenan explosivos (sobre todo las ilegales) pero es mejor no pensar en las consecuencias de un accidente de este tipo. En lo que sí deberíamos pensar es en que ya está bien de asumir riesgos, de sufrir daños en la salud, de ver cómo destrozan la sierra, cómo se lucran irregularmente y cómo se ríen del pueblo de Alhaurín con total desvergüenza y con la connivencia municipal y autonómica.
Ya sólo nos falta que Alhaurín salte por los aires.
Eduardo Sáez Maldonado
Plataforma en Defensa de la Salud y la Sierra