Seguro que en multitud de ocasiones has comprado productos en grandes superficies que estaban colocados fuera de las estanterías, a modo de promoción, en expositores de cartón personalizados con un diseño atractivo y los logos de la marca en cuestión ¿verdad?

Esto es un tipo de acción publicitaria llamada publicidad en punto de venta (PLV), que es bastante eficaz y cuyo uso está enormemente extendido.

A continuación, veremos cómo se crean este tipo de expositores paso a paso

Diseño principal

La primera parte del proceso de fabricación gira en torno al diseño que se ha de elaborar ya que existen multitud de modelos distintos de expositores. Según las necesidades y deseos del cliente se elije un patrón y se presenta un primer boceto para que el cliente pueda ver si concuerda con lo que necesita. Para este diseño inicial, además del modelo de expositor, se tendrán en cuenta otros detalles como el tamaño de este, la cantidad de artículos que debe contener o la resistencia necesaria en función del peso a soportar.

También será importante saber si el expositor debe enviarse montado o no, o si debe contener ya el producto en su interior.

Una vez los detalles están claros y el cliente aporta la información que necesita que aparezca en el expositor: textos, logos, etc… el siguiente paso será aportarle la visibilidad estructural que necesita todo expositor de cartón.

A partir de este momento ya se podrá hacer una estimación de los costes y formalizar un presupuesto definido en cuanto a precios y cantidades.

Fabricación de expositor de muestra

Una vez el cliente está de acuerdo con el boceto y el presupuesto, el siguiente paso será fabricar una única unidad para ver como este diseño previo encaja con el producto final ya terminado. Este paso es fundamental para detectar errores de diseño, incompatibilidades con el producto o mejoras que pueda requerir el propio cliente. También se revisará la facilidad de montaje.

La muestra pasa revisión por parte del cliente y, si todo está correcto, el patrón del modelo diseñado pasa a producción, ya con todos los detalles y con la imagen corporativa del cliente montada.

Producción final

Con todos los detalles claros, el diseño cerrado y los posibles errores subsanados gracias a la unidad de prueba, llega la última fase que no es más que la fabricación en masa de la totalidad de unidades que el cliente requiere.

Esto se hace a través de maquinaria de impresión digital especializada para este tipo de trabajos. Los mismos aparatos dan color, hacen los cortes y dejan todo absolutamente preparado para el embalado y envío del producto al cliente o hacia el destino que el cliente haya requerido.

Lógicamente se ha resumido mucho todo el proceso. Normalmente, la fase de diseño ocupa mucho tiempo, sobre todo si se pretende conseguir una imagen innovadora y que realmente atraiga la atención del potencial comprador. Existen empresas que son auténticas especialistas en ello y que, año tras año, suman premios a los mejores diseños y productos del mercado.

Es importante tener en cuenta que es un sector bastante profesionalizado el de la publicidad en punto de venta, por lo que para mejorar los resultados es conveniente contar con un fabricante reconocido y con experiencia.