El comercio electrónico hace tiempo que dejó de ser “algo prometedor” para convertirse en una realidad que mueve una cifra de dinero enorme en nuestro país. De hecho, ahora mismo es posible encontrar una tienda online de casi cualquier producto que se nos ocurra.
Ya estaba afianzado, pero la pandemia le dio el último empujón y aceleró su implantación definitiva en todas las edades, pues de repente se convirtió en la única manera de comprar una gran cantidad de productos.
La atención al cliente lo es todo
Algo que hace que un comercio electrónico destaque sobre otro es la atención al cliente. El ejemplo más claro es Amazon, un gigante que hace tiempo que dejó de tener los mejores precios, pero que se caracteriza por una atención al cliente impecable.
Esto se ve en las políticas de devolución y en cómo se resuelven los problemas de entrega, qué se hace cuando un artículo llega roto, etc.
Además, ahora hay que tener mucho cuidado con este aspecto, ya que un simple hilo en Twitter (X en estos momentos) se puede viralizar y dejar la reputación de la tienda a la altura del betún.
Omnicanalidad
Bajo este término, un tanto extraño, está la integración de las tiendas online y las físicas. El objetivo es ofrecer una mejor experiencia al cliente, que ahora puede comprar por internet y recoger el pedido en la tienda física.
Del mismo modo, también se pueden devolver los artículos adquiridos online en la tienda a pie de calle, lo que hace que los clientes no tengan miedo a comprar en la red al poder devolver los productos “como toda la vida”.
Uso de la realidad aumentada
Poco a poco, el uso de la realidad aumentada se va implantando en bastantes comercios en línea, lo que permite ofrecer una experiencia de compra más inmersiva.
Se está empleando mucho en las tiendas de muebles para que el comprador se puede hacer una idea de cómo van a quedar en su hogar, comprobar si la estética es la que pensaba, si hay bastante espacio, etc.
Otros e-commerce que se van a beneficiar de esta tecnología serán los relacionados con la ropa. Los clientes tendrán la posibilidad de comprobar cómo les quedan las prendas antes de pedirlas, lo que reducirá las devoluciones (que son un quebradero de cabeza en este sector).
Sostenibilidad
Un reto que tienen las tiendas en línea es ser más sostenibles y reducir lo máximo posible su huella de carbono.
Esto es posible lograrlo de varias maneras. Una es usando puntos de recogida, con lo que los transportistas no gastan tanto combustible al dejar varios paquetes en un mismo sitio.
Otra forma de ser más ecológicos es reducir el embalaje lo máximo posible. A su vez, se pueden cambiar los materiales, optando más por el papel y el cartón, dejando a un lado el plástico.
Los materiales que se usan para los envíos pueden ser reciclados, con lo que también se hace una llamada a los clientes para que los depositen en los contenedores de reciclaje, cerrando así el círculo.