El titular es directo. No se anda con rodeos. Podemos decir que es un clásico, una especie de frase manida, que ya suena a medio refrán. ‘Joven’ y ‘vivienda’ son antónimos. Igual que ‘joven’ y ‘estabilidad’, o que ‘joven’ y ‘familia’. El individualismo egoísta ha convertido perfectas parejas de baile en enemigos acérrimos. Y aquí estamos. En silencio.

En el momento de mayor desarrollo tecnológico y formación de cualquier joven, salvando las claras excepciones de las estúpidas guerras en las que nos vemos sumergidos, un joven de entre 25 y 30 años, como yo (carrera, máster, títulos de idiomas, cursos y algo de experiencia laboral), se ve obligado a mirar para otro lado cuando se trata de crear un simple hogar. Aquello que sonaba sencillo y que antes se montaba con el esfuerzo de varios años y un único salario por familia, ahora requiere de que tus padres puedan ayudarte, de que tengas un sueldo de ministro y de que pagues 40 años a más del triple de lo que costó el ladrillo.

Este cuadro es el claro retrato de una debacle humana, un reflejo perfecto de lo que ha creado el individualismo. Se nos tacha de viajar, de gastar como nadie en teléfonos, en ropa o quizá en fiesta, pero nadie echa realmente unas cuentas que son bien sencillas. Ni aún yendo de viaje cada mes conseguiríamos equiparar lo que nos cuesta un simple alquiler en cualquier zona de Málaga. Vivir a más de una hora de donde te criaste se torna una solución ante este problema, una salida para quienes solo buscamos tener un simple sitio donde dormir, donde crear una historia, ya no sé si una familia, pero al menos una vida.

El contexto habla por sí solo y demuestra que hoy se compra más tarde la vivienda, que hoy uno se casa más tarde y que, por supuesto, se forma la familia aún más tarde todavía. Todo eso merma una sociedad en la que manda cada vez más la población de mayor edad, y donde la juventud se ve relegada a puestos de trabajo que apenas rozan el salario mínimo. ¿Cómo se paga un alquiler de 900 euros con un salario de 1200? ¿Cómo se pide una hipoteca sin ahorrar porque ese alquiler te lo impide? Estas preguntas responden a la dolorosa realidad de que cada vez nos marchemos más tarde y simbolizan lo que vivimos a diario miles, millones de jóvenes.

Yo espero que esto cambie. Confío en que la marea cubra esta arena y se vislumbre una salida. Por el momento, estamos en un páramo sin delimitar. O quizá que otros delimitan. Y todo esto, simplemente, para hacer lo que es normal. Lo humano.