(Unión Progreso y Democracia UPyD) ha remitido a los ayuntamientos en los que tiene representación una moción sobre la transparencia de los viajes de los cargos públicos, en la que propone que se publiquen en la web del consistorio los desplazamientos realizados con cargo a los presupuestos municipales.

 

La moción detalla que la página web debería tener un espacio habilitado en el que figuraría la información básica de esos viajes de los cargos públicos.

 

En esa información debería incluirse el motivo y destino del viaje, la duración de la estancia, medios de transporte utilizados y actividad pública programada, ya sea reuniones o actos públicos.

 

Y, una vez facturados y pagados los gastos en los que se ha incurrido en el viaje, se incluiría el coste del mismo.

 

En la exposición de motivos de la moción que propone UPyD a los ayuntamientos en los que tiene representación, se explica que los ciudadanos tienen derecho a conocer de cerca la actuación de los representantes políticos en el seno de las instituciones democráticas y el coste que suponen, para garantizar el mayor grado de legitimidad de la actividad política.

 

UPyD apunta que para romper con la tendencia de desapego de los ciudadanos respecto a la política es preciso adoptar medidas que expongan a la vista de los ciudadanos el destino que se da a los fondos públicos en la actuación de los cargos públicos de los municipios.

 

«Dentro de estas medidas, cobra especial relevancia la publicación de los desplazamientos de los cargos públicos financiados por el Ayuntamiento, no tanto por la cuantía, sino por el ejercicio de transparencia que supone poner en conocimiento de los ciudadanos en qué se gasta el dinero público».

 

 

Editorial de UPyD

Una historia de corrupción

 

Esta es una pequeña historia de lo que pasó en un pueblo de Valladolid, un pueblo con 1.000 almas llamado Aldeamayor, tan parecido a tantos otros pueblos españoles. En 2011, dos vecinos se convirtieron en concejales tras presentarse por UPyD. Tenían una instrucción muy clara: no apoyar a ninguno de los dos pilares del bipartidismo. Los dos ediles, sin embargo, dieron la alcaldía al candidato del PSOE con sus votos decisivos, afirmando que así anteponían los intereses del pueblo a los de su partido.

 

UPyD lo consideró una infracción grave y abrió un expediente de expulsión. Antes de concluirlo, los concejales se dieron de baja, aunque -como a nadie sorprenderá- mantuvieron sus cargos. Durante todo el proceso, acusaron a la dirección de UPyD de algo que tampoco sorprenderá a nadie: autoritarismo. Tres años después, uno de los concejales ha sido detenido por presunta malversación de fondos públicos.

 

Si esto fuera un cuento, habría que extraer una moraleja. Y ésta no podría ser otra que «se empieza incumpliendo la política sobre apoyos y se termina desviando fondos públicos». Pero la vida no es una fábula. Y es evidente que esto no tiene por qué ser así. Puede haber otros motivos, no necesariamente delictivos. Si se pregunta a los implicados aparecerá la conciencia personal unida a las circunstancias. Esto siempre es una excusa cuando las circunstancias eran previsibles y cuando la posición era sobradamente conocida con anterioridad. Es chocante que la conciencia se mantenga aletargada durante años hasta que, conseguida la nominación y el escaño, venga a despertar justo cuando hay que tomar la decisión. Es chocante que se acepte una disciplina de partido hasta el día en el que hay que ponerla en práctica. Y es chocante que se acuse de autoritarismo a quien, en lugar de eludir su responsabilidad, decide aplicar su legítima autoridad.

 

No, no se puede concluir que quien se independiza de un partido para hacer lo que le viene en gana tras haber guardado un silencio sepulcral lo haga para corromperse. Pero quien así actúa ya ha demostrado una amplia falta de respeto por los votantes y una escasa fiabilidad. Es un aviso. El partido puede ignorarlo (así han hecho tantas veces el PP, el PSOE o los nacionalistas) o puede ejercer su autoridad, aun sabiendo que algunos gritarán «autoritarismo» en la esperanza de que algún medio lo replique.

 

Aldeamayor es sólo un pueblo de Castilla, pero representa bien los defectos de la política española tal y como la han practicado los viejos partidos. La corrupción puede sorprendernos, pero suele haber señales que la vaticinan. Luchar contra la corrupción es también ejercer la autoridad aun sabiendo que algunos te llamarán autoritario.

 

Felipe Córdoba (UPyD Alhaurín)