(Izquierda Unida) presentará en el próximo pleno del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre una moción contra la reforma en el sistema de elección de alcaldes que ha anunciado recientemente el Gobierno del Partido Popular. 
Según la concejala de IU, Brénea Chaves, “atribuir la alcaldía a la lista más votada en las elecciones, aún en minoría, o darle más concejales supondrá una ruptura de la igualdad de valor de los voto”.
Los municipios españoles han sido desde 1979 la expresión más evidente de la llegada de la democracia a nuestro país: miles de concejales y concejalas, de alcaldesas y alcaldes, elegidos por sus vecinos, accedieron al gobierno de sus Ayuntamientos desde la preocupación por satisfacer las demandas más acuciantes de sus vecinos, y también, ante la falta de definición constitucional de las competencias locales, a afrontar aquellos retos y actuaciones que fueran impulsadas por la ciudadanía. Desde ese principio de administración más cercana, se configuraron los Ayuntamientos como las entidades que visualizaron la democracia en nuestro país y que representaron la primera experiencia, hasta ahora irreversible, de descentralización política.
IU considera imprescindible conservar ese papel, que ha sido razonablemente garantizado durante todo este período por un sistema electoral que, sin ser perfecto, ha permitido que las opciones políticas significativas en las que se organiza la ciudadanía en cada municipio hayan configurado mayorías de gobierno local con un respaldo mayoritario del voto popular a través de un sistema de representación respetando la proporcionalidad contemplada en la CE, a pesar de lo injusto de la ley D’Hondt, que otorga privilegios a las listas más votadas, y que Izquierda Unida lleva décadas pidiendo que se cambie.
La democracia no es compatible con un gobierno municipal que no refleje la mayoría de los votos expresada en las elecciones. Eso significa que una lista municipal no puede tener la mayoría de gobierno y, consecuentemente, la alcaldía, si no tiene el respaldo de la mayoría de los votantes, expresada por un sistema de representación política constitucionalmente establecido.
Es más, el art. 140 de la Constitución Española establece que el voto de  vecinos y vecinas será igual; por tanto, debe tener el mismo valor y producir los mismos efectos en la elección de los concejales y concejalas. Además, los/as  concejales/as serán elegidos de forma directa. La atribución del alcalde o alcaldesa  a la lista más votada llevaría a la paradoja de que podrían ser alcaldes/sas, concejales/as que hubieran obtenido menos del 20% de los votos y, por tanto, no contarán con el apoyo de más del 80% de los vecinos y vecinas.
El examen de los resultados de las últimas elecciones municipales o de las últimas elecciones europeas proporciona numerosos ejemplos. En todo caso, con esos supuestos, el número de ayuntamientos cuyo alcalde no estaría apoyado por la mayoría de los electores sería muy mayoritario. Desde IU consideramos que la democracia quedaría seriamente afectada y los criterios de proximidad y participación vulnerados.
La mayoría del vecindario vería a alcaldes y alcaldesas lejanos/as  y no queridos/as.