(Francisco Javier Zambrana Durán – Alhaurín de la Torre)

Junio de 1778. Un grupo de ciudadanos de Alhaurín de la Torre zarpa desde la capital malagueña en el bergantín San José. Nada más y nada menos que 16 familias de la ciudad viajan a bordo. La propuesta del gobernador de Luisiana es lo que les ha llevado a emprender este viaje en un momento en el que Europa está gestando el germen de un fuerte cambio social.

El nuevo mundo es un sueño para todos, pero especialmente para los guiados por Bernardo de Gálvez, un gobernador que promete tierras para el cultivo y el poder fundar una ciudad en un lugar que necesita ser colonizado. Así nacerá Nueva Iberia, o New Iberia como es conocida hoy día desde 1849, cuando se ratificó su nombre.

Esta ciudad, fundada por un grupo de malagueños, parte de ellos de Alhaurín de la Torre, en torno a 1780 fue uno de los puntos clave durante 60 años. Se transportaron hasta 7 navíos con 1600 colonos franceses, y sirvió como vía de comercio para la ciudad de Nueva Orleans con el oeste del país.

Un conjunto de nacionalidades

New Iberia es una unión de personalidades de varias zonas de Europa. Sus fundadores, en efecto, fueron españoles, pero debido al flujo migratorio de franceses, la ciudad pasó a denominarse Nouvelle Ibérie en el Tercer Tratado de San Ildefonso. El origen de su nombre partía de la premisa de que esta ciudad podría llegar a ser la nueva península ibérica, por lo que pese a que Estados Unidos la integrase, mantuvo la denominación original.

Una ciudad próspera

En cuestión de 100 años, hasta cinco fábricas de ladrillos, tuberías y azulejos fueron instaladas en la ciudad americana. A ello se le unió el proceso de empaquetado de alimentos, las fundiciones, la construcción del molino de vapor y del de azúcar. Para 1917, se descubrieron yacimientos de petróleo y gas natural en el lugar.

Sería ya tras la Segunda Guerra Mundial cuando prosperaría de manera excepcional, creándose el Puerto Iberia. Actualmente, dicho lugar cuenta con 70 industrias y un total de 200 millones de dólares en ventas.

Un hermanamiento conocido por ambas ciudades

Todo ello es bien conocido por Alhaurín y New Iberia, hasta el punto de que anualmente alumnos del lugar realizan visitas a la localidad malagueña. José Manuel Molina, uno de los impulsores de este movimiento representa la unión entre ambas partes. Gladys Chapman, profesora de español del lugar, destaca la labor de investigación realizada en la ciudad americana para hacer comprender a los chicos que sus raíces eran alhaurinas.